Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
Actualizado a
· Lectura:
El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán declaró la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, naciendo el país que se conocería como Argentina: este nombre no fue adoptado formalmente hasta la Constitución de 1853 y derivaba de los rumores que corrieron entre los conquistadores españoles sobre la gran cantidad de plata que había en esta tierra.
La declaración de independencia venía motivada por diversas razones, como la restauración del absolutismo en España (de la que era virreinato), el monopolio comercial y los altos impuestos que gravaban la economía argentina y la influencia de las ideas liberales entre la élite, especialmente criolla.
Pero sobre todo, tuvieron mucha importancia los acontecimientos revolucionarios de mayo de 1810, que iniciaron la ruptura con las autoridades coloniales y formaron órganos de gobierno propios; así como la independencia de Estados Unidos, que se había rebelado con éxito contra uno de los mayores imperios del mundo e instaurado una república federal, animando a otros a hacer lo propio.
Varios países reconocieron rápidamente la independencia de Argentina, entre ellos Estados Unidos. Otros como Gran Bretaña, aunque no la reconocieron formalmente, lo hicieron de facto al instaurar relaciones diplomáticas y comerciales.
España, obviamente, no estaba entre estos y consideró la declaración un acto de traición. Envió fuerzas militares que durante años combatieron con las argentinas y resultaron insuficientes para restablecer el control colonial; finalmente, en 1857 también reconoció oficialmente al nuevo país y estableció relaciones oficiales con Argentina.