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Los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 tenían la misión de convertirse en un acto de propaganda y legitimación para la Alemania nazi de Hitler, quien gobernaba en el país desde 1933 tras su victoria en las elecciones. En estos mismos juegos, un atleta afroamericano habría de demostrar al mundo de forma empírica que los preceptos de supremacía que defendía el nazismo eran una falacia. Jesse Owens, apodado el "antílope de ébano" se convirtió en una leyenda mundial del atletismo tras ganar cuatro medallas de oro en las pruebas de 100 m lisos, 200 m lisos –en la que le vemos arrancar en la imagen–, salto de longitud y en la carrera de relevos 4x100 m.