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La de mayo de 1958 era la 42ª edición de una de las carreras de coches más conocidas del automobilismo: las 500 millas de Indianápolis. Es una de las competiciones más antiguas, y es que su primera edición tuvo lugar en 1911. Fue precisamente en esa carrera que se utilizó por primera vez en la historia el retrovisor, algo que ayudó mucho a Ray Harroun a ganar, pasando del puesto 28 de salida al primero. Pero una de las ediciones más tristemente recordadas es la de 1958 debido a un accidente mortal que implicó a varios de los corredores. Todo ocurrió durante la primera vuelta cuando uno de los pilotos, Ed Elisian forzó un giró que provocó que todos los coches que venían detrás empezaran a chocar. Uno de ellos fue el de Pat O´Connor, uno de los favoritos, que chocó con el vehículo de delante debido al frenazo. Puesto que además iban a gran velocidad, su coche se levantó hasta quince metros, cayó boca abajo y estalló en llamas. En la imagen se puede ver justo el momento posterior al impacto. Los médicos explicaron que seguramente, O'Connor había muerto en el acto antes de que el fuego llegara a prenderse. Aún así, sorprendentemente la carrera siguió su curso hasta el final.