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Con la intención de demostrar que los indígenas de América del sur también podrían haber llegado a las islas polinesias en tiempos precolombinos, Thor Heyerdhal construyó una balsa de troncos unidos entre sí con lazos de cáñamo y se lanzó a la aventura de cruzar el Pacífico. Muchos pusieron en duda que la embarcación llegara entera, pero después de 101 días de navegación, el 7 de agosto de 1947, la tripulación de la Kon Tiki llegó al atolón Rairoa, en el archipiélago Tuamotu de la Polinesia francesa. La nave que llevaba el nombre de una divinidad inca solar demostró que la teoría del explorador noruego era plausible.