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El 11 de junio de 1963, los cientos de personas que caminaban por una de las calles más transitadas de Saigón, la actual Ho Chi Minh, iban a ser testigos de un impactante acto de protesta. El monje budista Thích Quảng Đức llegó en su coche cargado con un bidón de gasolina, se lo echó por encima con la ayuda de otros dos compañeros, se sentó en el asfalto y se prendió fuego. Permaneció sentado hasta que las llamas lo devoraron y acabaron con su vida. Las imágenes tomadas por el fotógrafo Malcom Browne –una de ellas, la que aparece sobre estas líneas– dieron la vuelta al mundo y pusieron los focos sobre el conflicto contra el que luchaba el monje. Desde 1955, el gobierno de Diệm había aplicado políticas represivas contra el budismo, persiguiendo deliberadamente a sus practicantes. A raíz de esta primera protesta mortal, otras le sucedieron, y pocos meses después, en noviembre de 1963, el presidente fue derrocado y asesinado, terminando con el régimen dictatorial al que había sometido a Vietnam durante los primeros años de la guerra.