Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El 7 de setiembre de 1940, el Tercer Reich empezó un bombardeo de 50 días y 50 noches sobre el Reino Unido, una campaña de terror conocida como el Blitz (“relámpago”). Durante este período, Londres y otras ciudades importantes en Inglaterra fueron sometidas a intensos bombardeos nocturnos y diurnos por parte de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana.
Los bombardeos se dirigieron principalmente a ciudades y áreas industriales clave en todo el país. El resultado fue la destrucción de hogares, infraestructura, edificios históricos y la pérdida de vidas civiles. Se optó por evacuar al campo a la población no esencial para el esfuerzo de guerra, principalmente los niños.
El objetivo principal de la campaña de bombardeos era debilitar la moral de la población británica y socavar la capacidad de la Real Fuerza Aérea (RAF) para resistir los ataques. La población británica, sin embargo, respondió con una determinación y resiliencia notables, lo que llevó a que la campaña de bombardeos no lograra su objetivo de minar la moral de la nación. La defensa aérea británica, liderada por la RAF, logró resistir a los ataques.
El Blitz dejó una marca indeleble en la historia del Reino Unido y se convirtió en un símbolo de la resistencia británica en tiempos de adversidad. Las ciudades que sufrieron los bombardeos fueron reconstruidas y el espíritu de resiliencia de la población británica durante este período se convirtió en un ejemplo de determinación en la historia moderna.