(Reportaje especial multimedia)
Tallada como la colosal representación de un faraón, la Esfinge de Gizeh también fue adorada como una divinidad solar a la que se entregaban ofrendas. Siglos más tarde, los campesinos árabes vieron en ella una figura terrorífica. Por José Lull.
(Reportaje especial multimedia)
Gracias a su privilegiada situación en un fértil oasis del desierto de Siria, en la gran ruta comercial que unía el Mediterráneo con Oriente, Palmira se convirtió en la ciudad más rica y brillante del Oriente romano. En el siglo III d.C., su momento de máximo esplendor, la ciudad quizá llegó a albergar a 200.000 habitantes y desarrolló una identidad propia basada en la pluralidad de etnias, lenguas y religiones. Por Francisco del Río Sánchez.
En Alejandría, su capital, los reyes griegos de Egipto crearon una biblioteca que almacenó todo el saber acumulado de su tiempo y se convirtió en un centro de investigación que atrajo a los sabios más prestigiosos de la Antigüedad. Por Juan Pablo Sánchez.
Aficionados a llevar amuletos para protegerse del mal de ojo y de las desgracias, los romanos también creían que se podía invocar a las divinidades infernales para causar daño o vengarse de un enemigo. Con este fin escribían maldiciones en tablillas de plomo que enterraban en lugares recónditos. Por Pedro Ángel Fernández Vega.
(Reportaje especial multimedia)
Compuesto un siglo después de la muerte del gran héroe castellano, el Cantar de Mio Cid convirtió a Rodrigo Díaz de Vivar en una figura legendaria, un guerrero con rostro humano, de carácter sobrio y contenido. Por Alberto Montaner.
Junto a los hombres que fueron a América en busca de fortuna y aventuras viajaron muchas mujeres. Además de ser esposas y madres de los colonos, participaron en empresas de conquista y exploración, y hasta empuñaron las armas. Por Eloísa Gómez-Lucena.
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