La reina Nefertari-Merit-en-Mut, «la más bella amada de Mut», vivió durante la dinastía XIX y fue una de las Grandes Esposas Reales de Ramsés II, parece que la favorita y la más poderosa. Recibió los títulos de Gran Esposa Real, Esposa de Dios, Madre del Faraón, Mujer Noble Hereditaria y Señora del Alto y Bajo Egipto, pero el que manifiesta más el amor que el rey le profesaba es «Aquella por quien el Sol brilla».

Amuleto en forma de pilar djed
Amuleto en forma de pilar djed, la columna vertebral del dios Osiris, símbolo de estabilidad.
Scala, Firenze
Nefertari tuvo el privilegio de que su esposo, el faraón, le construyera una magnífica tumba en la necrópolis del Valle de las Reinas (al sur del Valle de los Reyes), llamada por los antiguos egipcios Ta Set Neferu, el Lugar de las Bellezas o el Lugar de los Hijos Reales. La planta de la tumba de la soberana es la característica del Reino Nuevo. El sepulcro está excavado en la roca de la montaña tebana y se organiza en una serie de pasillos descendentes y cámaras que concluyen en la sala más profunda, donde se dispuso el sarcófago de Nefertari.
Decoración fastuosa
La tumba de la reina fue saqueada ya en la Antigüedad, y de su lujoso ajuar funerario nos han llegado escasas muestras, aunque de gran calidad: telas, sandalias, algunas joyas, fragmentos de estatuillas y cajas... En cambio, se conservó magníficamente la mayor parte de su decoración pictórica, de hermosa factura y que originalmente cubría unos 520 metros cuadrados de superficie, de los cuales se conservan unos 400. El extraordinario valor de esta decoración fue reconocido de inmediato por el descubridor de la tumba, el egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli, en 1904: «Todas las paredes estaban cubiertas de pinturas y de inscripciones en el estilo amplio y bellísimo de la primera parte del reinado de Ramsés II, caídos en pequeños trozos por la acción del agua que había penetrado en la tumba, pero en su mayor parte muy bien conservada y de una frescura verdaderamente maravillosa».
La decoración de la sepultura de Nefertari fue realizada por dos equipos de artistas: uno, el de mayor pericia, se ocupó del lado izquierdo de la tumba y otro, del derecho. Primero la roca se cubría con estuco, sobre el cual se trazaban los esbozos de las figuras con pintura roja, que luego se corregían con pintura negra. Acto seguido entraban en acción los artesanos, que tallaban los relieves en el estuco siguiendo los dibujos, y a continuación los pintores, cuya labor creaba un espacio mágico en muros y techos. Con el paso del tiempo algunas capas de estuco, demasiado gruesas, comenzaron a desprenderse y a caer debido a su propio peso. A pesar de ello, las pinturas, hoy restauradas, constituyen un conjunto artístico único, que permite contemplar la concepción de la muerte y de la vida de ultratumba que tenían los habitantes del Egipto faraónico.
El viaje de Nefertari al más allá
Los artistas decoraron la tumba siguiendo los preceptos y cánones imperantes en su época. Las tumbas reales se concebían como un microcosmos, un mundo aparte. Los techos representaban el cielo, y el suelo era la tierra en la que se integraba el difunto. La cámara funeraria en la que se colocaba el sarcófago del rey o de la reina fallecidos representaba el reino de Osiris, el dios del inframundo. Este presidía el tribunal que juzgaba a los difuntos y determinaba si habían sido justos y si se les permitía una vida inmortal.
Si el juicio era favorable, el difunto emprendía el ascenso hacia la regeneración junto al dios solar Re, a lo largo de un viaje en el que debía demostrar determinados conocimientos y realizar ofrendas a las divinidades, tal como se establecía en el Libro de los muertos o Libro de la salida al día. Toda la decoración de la tumba de Nefertari estaba concebida para acompañar a la reina en ese trayecto que la llevaría a una vida plena y feliz más allá de la muerte.
Cronología
La joya del arte egipcio
1255 a.C.
A su muerte, Nefertari es enterrada en una tumba del Valle de las Reinas.
1826
El anticuario escocés Robert Hay inicia la exploración del Valle de las Reinas.
1904
El egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli descubre la tumba de Nefertari.
1986-1992
El Instituto Getty de Los Ángeles emprende una restauración integral de las pinturas.
1. La cámara funeraria
El mundo subterráneo de Osiris
El funeral de Nefertari terminó con el traslado de su momia a la cámara del sarcófago. Aquí se encontraba simbólicamente el dominio de Osiris, el dios con el que la reina se funde tras la muerte y que juzga si es apta para disfrutar de la vida inmortal. Osiris aparece representado en los lados de los cuatro pilares que sustentan la sala: con forma humana en los centrales 1, y bajo el símbolo del pilar djeden otros 2. La momia de Nefertari se colocó dentro de un enorme sarcófago de granito rosa3 (del que se conserva la tapa fragmentada) que se situó en un área más baja de la sala, simbolizando la tierra primigenia, origen del mundo y de lo que hay en él. Para emprender el viaje que la llevaría a su renacimiento y a su vida eterna, la reina contaba con la protección de diversas divinidades representadas también en los pilares de la cámara, como el dios cánido Anubis y otras diosas protectoras, como Isis4, que le ofrece un símbolo ankh. En los muros laterales de la cámara se representa el inicio del viaje de Nefertari. En ellos hay puertas y cavernas5 que la reina deberá atravesar tras demostrar que conoce el nombre de sus guardianes; para ayudarla en su ascensión se pintó a los genios con sus nombres, ya que los tenía que pronunciar.
ANEXOS
Las salas anexas pudieron servir para guardar parte del ajuar de la reina. Entre lo que no fue robado había ushebtis o «respondedores», estatuillas que, de forma mágica, cobraban vida y trabajaban en nombre de la reina en los campos del más allá.
2. La escalera
El tránsito hacia el día
Foto: Andrey Plaksin. nefertaritomb.com
Tras completar su recorrido por el mundo subterráneo, la reina Nefertari comienza a ascender al nivel superior por la escalera. En realidad se trata de una escalera doble, con un lado para el descenso y otro (el que se muestra en la imagen) para el ascenso del espíritu del difunto. En el nivel inferior de la tumba Nefertari había concluido la primera parte de su transformación, y ahora tenía que dirigirse hacia las últimas etapas de su regeneración en las salas más próximas a la entrada. La decoración de las paredes de la escalera refleja el viaje de ultratumba. En la parte inferior aparece la hermana de Osiris, Neftis 1, que se arrodilla sobre el signo jeroglífico de «oro», emblema del metal inalterable con el que estaba hecha la carne de los dioses, y ahora de la reina difunta. Encima aparece el dios cánido Anubis 2, protegiendo la tumba. Sobre Anubis, el cartucho en el que está inscrito el nombre de la soberana aparece protegido primero por una gran cobra alada 3 y, a la derecha de esta, por la diosa Maat 4, también con las alas desplegadas. A continuación aparecen las diosas Serqet 5 y Hathor 6 sentadas en sendos tronos. Ante ellas, de pie, está Nefertari, que les hace ofrendas 7 para solicitar su ayuda en el viaje.

Escalera
En lo alto de la escalera, guardada por el dios cánido Anubis, se representó a dos diosas: Serqet, a la derecha, y Neith, a la izquierda.
Alamy / Cordon Press
La diosa Maat
Detrás de las diosas Serqet e Isis, sentadas en sus tronos, aparece la diosa Maat alada, protegiendo el cartucho con el nombre de la reina. Esta divinidad fue muy importante en Egipto, porque encarnaba el orden y la justicia que debían regir para garantizar el buen funcionamiento de la tierra y el cosmos.
Ofrendas
Durante su viaje, la reina se encuentra ante las diosas ofrendando vasos nu de vino, bebida asociada a la crecida anual del Nilo (por los sedimentos rojizos que llevaba) y al rejuvenecimiento. Ante las diosas, Nefertari presenta una gran mesa de ofrendas cargada de alimentos y bebidas que hombres y dioses necesitan para vivir en el más allá.
3. El vestíbulo
El triunfo sobre la muerte
Foto: Andrey Plaksin. nefertaritomb.com
La escalera desemboca en un vestíbulo en el que Nefertari se internará para después pasar al anexo que se abre en el muro oeste. Para ello atravesará la puerta protegida por la diosa buitre Nekhbet, patrona del Alto Egipto (el sur del país), una divinidad muy ligada a la reina y que también está presente en el tocado protector que cubre la cabeza de la soberana en todas las escenas de la tumba. En este espacio se produce la transición del viaje nocturno al diurno. La reina pasará frente a Osiris1, en su función de dios resucitado y dios de los muertos. Luego, Nefertari se topa con las diosas Serqet 2 y Neith, situadas a ambos lados de los muros laterales, que saludan a la soberana. Después, en compañía de la diosa Isis, la reina se dirige hacia el dios Khepri 3, con cabeza de escarabajo, alegoría del Sol en su nacimiento diario, al amanecer, y, por tanto, también ligado a la regeneración y el renacimiento de la reina. A continuación, se interna en el anexo, donde se encuentran las escenas más importantes de la tumba. Aquí están Hathor 4, en su forma de señora de Uaset (Tebas, en cuyo lado oeste estaban las necrópolis) y Re-Horakhty 5, el Sol de la mañana, con cabeza de halcón.
6 Cobras
Todo el espacio está protegido por un friso de cobras y plumas de avestruz (símbolo de Maat). Un genio arrodillado en el primer dintel, cuyo nombre no aparece escrito, impide que penetre el mal y sujeta dos círculos donde está el ojo Udyat de Horus, el hijo de Osiris, un símbolo protector que le proporciona salud.
7 Buitre
El buitre representado en este otro dintel, que encarna a la diosa Nekhbet, con las alas desplegadas, lleva sujeto en cada una de sus garras el símbolo shen, que es un poderoso amuleto que ofrece protección eterna, un emblema de lo que no tiene principio ni fin y que tiene la forma de un anillo anudado.
8 Agua y cielo
La franja negra en la base de los muros simboliza la tierra negra de Egipto que emergió de las aguas primordiales. Esta franja contrasta vivamente con el cielo estrellado sobre fondo azul que cubre la totalidad de los techos de la tumba de Nefertari y que representa la bóveda celeste.
4. El anexo superior
El paso de osiris a re, el dios sol
Foto: Andrey Plaksin. nefertaritomb.com
Foto: S. Vannini
Desde el vestíbulo, la reina pasa al anexo, donde aparece sola, sin que deba ser presentada por ningún dios. En esta sala se desarrollan las etapas más importantes del proceso de renacimiento, antes de que vuelva a salir por la puerta por la que entró y llegue a la antecámara. Este anexo también está dividido en dos zonas: la mitad noroeste, el dominio de Osiris, y la mitad sureste, el dominio del Sol. La división la determinan las figuras de Osiris y Atum, el Sol del atardecer, dándose la espalda 1. En esta sala, la reina realiza ofrendas a diversos dioses: a Ptah 2, al que entrega tejidos para que los dioses le proporcionen la ropa que necesitará en su vida tras la muerte; a Thot 3, que le entregará el conocimiento que dan la palabra y la escritura, y a Atum. En el panel quizá más importante de todo el conjunto vemos un solo dios carnero momiforme de piel verde 4, en el que se han reunido las dos divinidades que intervienen en el renacimiento de la reina: Osiris (del que toma la piel verde) y Re (al que corresponde el disco solar sobre la cabeza). Un texto jeroglífico confirma esta identificación: «Es Osiris quien descansa en Re y es Re quien descansa en Osiris».
Osiris y Atum
Nefertari, con un cetro sejem en la mano, consagra las ofrendas que presenta al dios Osiris (a la izquierda) y de forma paralela a Atum, el Sol del atardecer (a la derecha). Ante Osiris hay cuatro pequeñas figuras que encarnan a los hijos del dios Horus: Amset, Hapy, Duamutef y Qebehsenuf, guardianes y protectores de las vísceras del difunto.
El dios Thot
La reina se encuentra delante de Thot, el dios de la escritura y la sabiduría, representado sobre un trono como un hombre con cabeza de ave, concretamente un ibis. El dios sujeta el cetro uas,acabado con la cabeza de un animal fabuloso y con base ahorquillada, y un símbolo ankh. Ante él vemos una paleta de escriba y una rana.
Vacas y remos
En otro panel del anexo hay una composición con siete vacas y un toro divinos. La reina debía conocer los nombres de estos animales para poder recibir alimentos al renacer, puesto que determinaban el destino y eran «la reserva del alimento del señor del universo». Los remos en el registro inferior, orientados al este, simbolizan los cuatro puntos cardinales.
5. La antecámara
nefertari vuelve a la vida
Foto: Andrey Plaksin. nefertaritomb.com
Al término de su ascensión, Nefertari ya está próxima a fundirse con Re y llega a la antecámara para preparar la salida al día. El significado de este momento se relata en el texto del hechizo 17 del Libro de la salida al día, que recorre la sala: «Principio de las alabanzas e invocaciones para salir de la necrópolis gloriosa y entrar en ella, así como en el hermoso occidente, salir a la luz del día». Las pinturas muestran a la reina ya renacida, jugando al senet 1, un juego de mesa vinculado a la muerte, y transfigurada en forma de ba 2, uno de los elementos inmateriales que forman al ser humano.
Su forma de ave con cabeza humana faculta al ba para volar fuera de la tumba en el día, descansar dentro durante la noche y alimentarse. En un lecho la reina reposa momificada 3, identificada con Osiris y flanqueada por Isis 4 y Neftis 5. Delante aparece un genio con pechos colgantes relacionado con las grandes extensiones de agua y la prosperidad 6.
Nefertari también adora al ave Bennu 7, emblema solar de muerte y renacimiento. Completadas las etapas de su viaje nocturno, Nefertari sale por la puerta de la tumba para unirse a su padre, el Sol, por toda la eternidad.
Foto: S. Vannini
El juego favorito en el más allá
Bajo una tienda, hecha con elementos vegetales atados en los ángulos, la reina juega una partida de senet; como era la regla en las pinturas funerarias, no se representa a su contrincante. Frente a ella aparece su ba, con cuerpo de ave y los rasgos faciales de la reina. Tanto el fondo de la tienda como el del cartucho están coloreados en color amarillo, emblema de la inmortalidad y distintivo solar.
Foto: Album
La momia de la reina
En la parte superior del muro se ha representado la momia inerte de Nefertari, que yace sobre un lecho con patas de león, fundida con el dios Osiris, señor del inframundo, cuyo aspecto adopta.
Está custodiada por las diosas protectoras Isis, esposa de Osiris (a la derecha), y Neftis, su hermana (a la izquierda), ambas representadas en forma de aves.
Este artículo pertenece al número 235 de la revista Historia National Geographic.