Grandes faraones

Ramsés II

El faraón más longevo de la historia tuvo numerosas esposas y concubinas que le dieron casi un centenar de hijos. De ellas, sólo dos tuvieron un papel político destacado: Nefertari, la preferida, e Isetnofret, a la que mantuvo en la sombra

EL FARAÓN COLOSO

EL FARAÓN COLOSO

Cabeza del coloso yacente de Ramsés II en Menfis, tocado con el nemes y el ureo real.  

Foto: DEA / SCALA, FIRENZE

Cronología

EL SIGLO DE RAMSÉS

1279 a.C.

Ramsés II sube al trono de Egipto e inicia la construcción del Rameseum, su templo funerario.

1275 a.C.

A principios de su reinado Ramsés II impulsa los trabajos de construcción de la ciudad que será su capital: Pi Ramsés.

1274 a.C.

Tiene lugar la batalla de Qadesh, que enfrenta a egipcios e hititas. Ramsés la presenta como una gran victoria.

1264 a.C.

Acaba la construcción de los grandes templos dedicados a Ramsés y su esposa Nefertari en Abu Simbel.

1258 a.C.

Ramsés II y el rey hitita Hattusili III firman un tratado de paz. Ramsés se casa con una hija de Hattusili en 1245 a.C.

1213 a.C.

Fallece Ramsés tras un largo reinado. Le sucede en el trono Merneptah, uno de los hijos que tuvo con Isetnofret.

Pocos personajes de la historia de Egipto han despertado tanta curiosidad y a la vez tanto escepticismo como Ramsés II. Los copiosos datos de su abultada biografía mezclan la realidad con una cierta ficción. Y ello en todos los aspectos de una dilatada vida que sobrepasó los noventa años y un reinado que llegó casi a los setenta.

Uno de los aspectos más llamativos de la historia de este faraón es el enorme número de mujeres que llegaron a rodear al monarca, desde Grandes Esposas Reales a simples concubinas, pasando por esposas secundarias. Todas ellas le dieron un número extraordinario de hijos e hijas; según se calcula, en torno a un centenar.

Amuleto pilar dyed, que representa la columna vertebral de Osiris y es símbolo de estabilidad. Museo Egipcio, Turín.
 

FMAE / SCALA, FIRENZE
RAMSÉS II EN LA INFANCIA

RAMSÉS II EN LA INFANCIA

El futuro faraón sentado con un dedo en la boca, signo de que es un niño, al igual que el peinado con un mechón. Museo del Louvre, París.
 

Foto: JOSSE / SCALA, FIRENZE

Tapa de vaso canopo que representa a la reina Tuya, madre de Ramsés II. Museo de Luxor.

Foto: DEA / SCALA, FIRENZE

Pero entre todas, las dos únicas que tuvieron un protagonismo destacado fueron Nefertari e Isetnofret, las dos primeras mujeres que ostentaron el título de Grandes Esposas Reales de Ramsés. Sin embargo, mientras la primera figura de forma destacada en las fuentes egipcias y ha dejado tras de sí innumerables representaciones, la segunda es casi desconocida, como si el propio Ramsés la hubiera querido mantener en la sombra. Es lógico interrogarse por las razones de este tratamiento tan desigual.

Cuando se convirtió en corregente de su padre Seti I, Ramsés II recibió de éste un palacio en Menfis y un nutrido harén de jóvenes y bellas mujeres, entre las que se encontraban Nefertari e Isetnofret. No se conoce el origen de estas dos damas, lo que no ha impedido que se formulen las hipótesis más aventuradas.

Grandes Esposas Reales

Todo indica que Nefertari fue la esposa favorita de Ramsés. Su belleza está atestiguada en las estatuas y las pinturas de su tumba en el Valle de las Reinas. Sin embargo, no existe plena certeza sobre cuál fue su aspecto físico real, puesto que algunas imágenes plantean dudas sobre la verdadera identidad del personaje representado. Así, ante el segundo pilono del templo de Amón en Karnak, frente a un coloso que representa al propio Ramsés II, se alza una estatua de Nefertari a menor tamaño que la de su esposo. Más tarde, el coloso fue usurpado por el faraón Pinedyem, que inscribió su nombre en él, pero no sabemos si entonces se modificaron los rasgos de las figuras. ¿Sólo se cambió el nombre? ¿Sigue siendo esa bella cara la de Nefertari? Creemos que sí.

ESTATUA EN LUXOR

ESTATUA EN LUXOR

Coloso de Ramsés II ante el pilono de entrada del templo de Luxor, tocado con la doble corona y portando el cetro y el cayado.
 

Foto: RICHARD TAYLOR / FOTOTECA 9X12
EL FARAÓN Y LA REINA, UN AMOR ETERNO

EL FARAÓN Y LA REINA, UN AMOR ETERNO

De la predilección de Ramsés por Nefertari es prueba este anillo de oro y cornalina que lleva incisos los cartuchos con los nombres de Ramsés II y su esposa favorita. Museo del Louvre, París.

Foto: FRANCK RAUX / RMN-GRAND PALAIS

Nefertari participó en innumerables actos oficiales junto a su marido. La vemos en los festejos de la coronación de Ramsés, en las fiestas consagradas al dios Min o en la entronización de Nebunenef como Gran Sacerdote de Amón. No menos importante fue la labor de coordinación que la reina llevó a cabo en la correspondencia con los reyes hititas y culminó con un acuerdo de paz entre ambas potencias, que unos años antes se habían enfrentado en la batalla de Qadesh.

Ramsés II, por su parte, mostró por Nefertari una clara predilección, una devoción digna del mejor relato de amor. Así lo demuestra el hecho de que cuando el faraón hizo erigir el gran templo de Abu Simbel se cuidara de que su esposa Nefertari, por entonces ya fallecida, figurara en la fachada, junto a Tuya, la madre del rey. En este templo, Nefertari se transforma en Sotis, la estrella que anuncia la inundación anual del Nilo. Un poco más al norte, otro templo excavado en la roca, de dimensiones más reducidas, está dedicado a la propia Nefertari, esta vez identificada con Hathor, la diosa del amor. En su fachada, en la cual se alternan imágenes de la pareja real, se puede leer una frase de lo más elocuente: «Nefertari, aquella por la que el Sol brilla».

LA REINA NEFERTARI

LA REINA NEFERTARI

La Gran Esposa Real de Ramsés II aparece representada en este relieve de su tumba en el Valle de las Reinas, tocada con la corona de buitre y las dos plumas de avestruz símbolo de su estatus como soberana de Egipto
 

Foto: DEA / SCALA, FIRENZE

Mientras tanto, ¿qué fue de Isetnofret? ¿Fue acaso la gran olvidada, como escribió Christiane Desroches Noblecourt, la gran biógrafa de Ramsés II? Pues parece que sí. Hasta que murió Nefertari, hacia el año 26 del reinado de Ramsés, Isetnofret no aparece en ninguno de los numerosos templos construidos en Nubia por el rey, como tampoco en los de Karnak y Luxor, donde en cambio es frecuente la presencia de Nefertari. Y cuando finalmente Isetnofret fue representada en algunos templos, no lo fue por ella misma, sino por su vinculación con los hijos e hijas que había tenido con el faraón.

Príncipes y princesas

Del centenar de hijos e hijas que tuvo Ramsés II, sólo unos pocos desempeñaron un auténtico papel político y tuvieron un derecho más o menos firme a suceder a su padre en el trono. Para empezar, únicamente los nacidos de sus dos Grandes Esposas Reales son nombrados como hijos en los monumentos erigidos por el rey. En el templo nubio de Beit el-Wali, un Ramsés muy joven, todavía corregente de su padre Seti, figura en plena campaña militar, reprimiendo el levantamiento de una tribu nubia. Dos carros de guerra secundan el carro real: el de Amonherkhepshef, su hijo mayor, de apenas cinco años, el primero que tuvo con Nefertari; y el de Khaemwaset, hijo de Isetnofret. Al igual que había hecho su padre Seti con él mismo, Ramsés se hizo acompañar por sus dos hijos mayores en sus campañas bélicas.

De todos los hijos de Ramsés, el más célebre y amado por su padre fue Khaemwaset. En lugar de inclinarse por las armas, como su hermano mayor Ramsés, Khaemwaset llegó a ser Gran Maestro de los Artesanos de Ptah, título que, en la doctrina menfita, equivalía al de Primer Profeta de Amón, en Tebas. Además, llevado por su fervor hacia los reyes que levantaron las grandes pirámides del Reino Antiguo, restauró dichos monumentos en nombre de su padre, como aún consta en el revestimiento de la pirámide de Unas, de la dinastía V, lo que le ha valido ser considerado el primer arqueólogo de la historia.

Ramsés II, seguido de su esposa Isetnofret y su hija Bentanat, hace una ofrenda al dios Ptah. Dibujo de un relieve de Gebel El-Silsila.
 

Foto: BRAVO IMAGES / AGE FOTOSTOCK
EL HIJO PREDILECTO

EL HIJO PREDILECTO

Bajo estas líneas, ushebti o figurilla funeraria que lleva inscrito el nombre de Khaemwaset, el hijo preferido de Ramsés II, al que tuvo con Isetnofret
 

Foto: DEA / ALBUM

Igualmente, Khaemwaset proyectó y dirigió las obras de las «pequeñas galerías», el primer Serapeo o tumba colectiva de los Apis, los bueyes sagrados de Menfis. Durante la excavación del Serapeo por Auguste Mariette en 1850 aparecieron la momia de un hombre con una máscara de oro y varios ushebtis con el nombre de Khaemwaset. Más tarde se averiguó que no era seguro que aquella fuese la momia del hijo de Ramsés II, por lo que la ubicación de su tumba sigue siendo desconocida a día de hoy, aunque todo apunta a que se situó en la necrópolis de Saqqara.

Las hijas del faraón

Si los hijos de las Grandes Esposas Reales de Ramsés II ocuparon un puesto prominente en la corte del faraón, lo mismo puede decirse de sus hijas. De hecho, muchas de ellas se convirtieron en Grandes Esposas Reales tras contraer matrimonio ¡con su propio padre! En efecto, desde la dinastía XVIII se había establecido la costumbre de que los faraones se casaran con sus hijas, aunque es difícil saber si el matrimonio se consumaba o era sólo honorífico. Así, Amenhotep III, en vida de su Gran Esposa Real Tiy, se casó con la hija de ambos, Satamón. Posteriormente, Akhenatón se casó por lo menos con dos de las hijas que tuvo con la reina Nefertiti.

EL FARAÓN Y SU FAMILIA

EL FARAÓN Y SU FAMILIA

Fachada principal del gran templo de Ramsés II en Abu Simbel, decorada con cuatro colosos del rey y las efigies de sus esposas e hijas a sus pies.
 

Foto: JUERGEN RITTERBACH / ALAMY / ACI
A LOS PIES DEL REY

A LOS PIES DEL REY

La reina Nefertari aparece representada a los pies de su esposo, el faraón Ramsés II, en esta estatua colosal del soberano que se alza en el primer patio del templo de Amón en Karnak. Siglos después, la estatua sería usurpada por Pinedyem I.
 

Foto: JULIAN LOVE / AWL IMAGES

Ramsés II hizo lo propio al nombrar Gran Esposa Real a varias de sus hijas, nacidas de Nefertari e Isetnofret. La primera de ellas fue Bentanat, primogénita de Isetnofret, a la que siguieron Merytamón y Nebettawy, hijas de Nefertari, y Henutmira. Además de estas hijas, otras princesas ajenas a su familia llevaron también el título de Gran Esposa Real, como la hija del rey de los hititas, Maathorneferure, y otra princesa hitita cuyo nombre desconocemos.

Si Khaemwaset fue el hijo predilecto de Ramsés II, todo apunta a que su preferencia en cuanto a las hijas se dirigió a Bentanat. A esta hija suya y de Isetnofret no sólo la nombró Gran Esposa Real, sino que figuró como Señora de las Dos Tierras y Soberana del Alto y Bajo Egipto.

EL SUCESOR DE RAMSÉS II

EL SUCESOR DE RAMSÉS II

Merneptah, tocado con la corona atef, representado en un relieve de su tumba en el Valle de los Reyes.
 

Foto: SCALA, FIRENZE

Bentanat ocupa un lugar privilegiado en la fachada del templo de Abu Simbel, pues a cada lado del coloso sur se encuentran ella y su hermana Nebettawy (algunos historiadores opinan que la madre de esta última fue Isetnofret, pero otros prefieren considerar a Nebettawy hija de Nefertari). Así pues, fue Isetnofret quien dio a su marido los dos hijos que más cerca estuvieron de su corazón: Khaemwaset y Bentanat. Y no sólo eso: aunque no sucedió de modo deliberado, sería otro hijo de Isetnofret, Merneptah, quien heredase la doble corona de Egipto a la muerte de su padre Ramsés. Aunque tarde, Isetnofret, la «reina ignorada», acabó triunfando a través de su descendencia.

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El dios Amón, padre de reyes

El faraón Seti I, padre de Ramsés II, representado en su tumba del valle de los reyes.

 

Foto: S. VANNINI / DEA / ALBUM

Durante la dinastía XVIII, la anterior a la de Ramsés, los reyes legitimaron su poder mediante una curiosa ficción: pretendían que eran el fruto de la unión sexual de sus madres con el dios Amón
Re
, quien habría tomado para la ocasión la apariencia del padre terrenal. Así lo sostuvieron, entre otros, la reina Hatshepsut y el faraón Amenhotep III.

Ramsés II, en cambio, nunca invocó esta ascendencia. La razón de ello es que su familia paterna no pertenecía a la realeza: su abuelo, Paramesu, era un general que fue ascendido por el faraón Horemheb primero a visir y luego lo asoció al trono, que ocupó con el nombre de Ramsés I. En lugar de ello, en un relieve en Qurna se ve a Ramsés II siendo coronado directamente por el dios Amón en presencia de su padre, Seti I

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LA GRAN FAMILIA DE RAMSÉS II

Estatua de Ramsés II sedente, tocado con la corona azul Jeperesh y sosteniendo el cetro Heka. Museo Egipcio Turín.
 

Foto: SCALA, FIRENZE

A lo largo de su dilatada vida, Ramsés II pudo engendrar más de cien hijos de sus numerosas esposas y concubinas. Aquí se muestran los descendientes que tuvo de sus dos primeras Grandes Esposas Reales, Nefertari e Isetnofret. Entre ellos se contaban los varones con derecho directo a la sucesión, empezando por su primogénito Amonherkhepshef y siguiendo, tras su muerte, con Ramsés, Pareheruenemef y Khaemwaset. Finalmente, sería Merneptah quien heredaría el trono. Algunas de sus hijas se convertirían a su vez en Grandes Esposas del faraón, como Bentanat, Merytamón y Nebettawy.

Bajo estas líneas vemos un relieve del templo de Abu Simbel. Bajo la figura del faraón que aplasta a sus enemigos en la batalla de Qadesh aparece una hilera con varias de sus hijas. De izquierda a derecha vemos a Werenro, Henttawy A, Isetnofret B, Nebettawy, Merytamón E, Nefertari E, Bakmut y Bentanat, hija esta última de Isetnofret y probablemente la preferida de Ramsés II.

Foto: TJETJEP RUSTANDI / ALAMY / ACI

Procesión con algunos de los hijos de Ramsés II en un relieve del templo de Luxor.
 

Album

Merneptah hijo de Ramsés II e Isetnofret, sucedió a su padre en el trono cuando ya tenía más de 60 años.

Foto: ALAMY / ACI

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Una tumba principesca

Interior de la tumba KV5, perteneciente a los hijos de Ramsés II, en el Valle de los Reyes.
 

Foto: KENNETH GARRETT

Al llegar al Valle de los Reyes, y a la derecha de la carretera de acceso, se abre la entrada a la KV7, la tumba de Ramsés II. Justo enfrente, al otro lado de la vía, está la KV5, la tumba de los hijos del rey. Recientemente excavada por la Universidad Americana de El Cairo bajo la dirección del británico Kent Weeks, la enorme tumba fue el lugar de descanso eterno de la mayoría de los hijos de Ramsés.

Hasta la fecha se han localizado en ella más de 95 cámaras funerarias, lo que confirma que podría haber albergado a la totalidad de hijos del faraón. Merneptah, en cambio, fue enterrado en la KV8, un hipogeo sólo destinado a él, como correspondía a un rey, y se halla al final de un wadi, relativamente próximo a las tumbas de su padre y sus hermanos.

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Este artículo pertenece al número 218 de la revista Historia National Geographic.

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