Texto: Vladimir López Alcañiz. Historiador.
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El club de la dinamita
La noche del 12 de febrero de 1894, el joven anarquista Émile Henry lanzó una bomba en el Café Terminus, un local frecuentado por la burguesía cercano a la estación de Saint-Lazare de París. El estallido del artefacto causó un muerto y veinte heridos. Se considera que ése fue el primer acto de terrorismo moderno, ya que el ataque no se dirigía contra el gobierno o las fuerzas del orden, ni contra un especulador o un magnate, sino contra personas corrientes que disfrutaban de una velada en el lugar y el momento equivocados.
¿Por qué cometió Henry ese atentado? Para responder a esta pregunta, John Merriman, historiador de la Universidad Yale y reconocido experto en la historia de Francia, reconstruye la vida del terrorista y explora el mundo anarquista francés, sobre todo la espiral de violencia que sacudió París entre los años 1892 y 1894.
Violencia justificada
De su mano, seguimos con todo detalle la infancia y la brillante adolescencia académica de Henry, truncada cuando estaba ya a las puertas de la universidad, y el resentimiento por la desigualdad social que lo llevó a los círculos anarquistas. Allí tomó partido por la «propaganda por el hecho», es decir, por el uso de la violencia para alcanzar los objetivos políticos que defendían los anarquistas.
Merriman retrata de forma vívida los escenarios del anarquismo europeo: la Rusia zarista, cuna del nihilismo; Londres, refugio de anarquistas y centro de distribución de su propaganda, e incluso Barcelona, donde se vivió otro de los momentos originarios del terrorismo moderno: el atentado en el Teatro del Liceo el 7 de noviembre de 1893. El club de la dinamita se convierte, así, en una historia de Europa a finales del siglo XIX.
Bien ponderado, el libro muestra que, a pesar de la ola de pánico que desataron los atentados, el anarquismo fue fundamentalmente pacífico. El «club de la dinamita» sólo existió en la imaginación de sus contemporáneos. Los terroristas fueron unos pocos individuos, que actuaron solos o en pequeños grupos, y el movimiento anarquista comprendió pronto que «el odio no produce amor y mediante el odio no se puede rehacer el mundo».
El club de la dinamita. John Merriman. Siglo XXI, Madrid, 2020, 264 pp., 22 €