Lucha en Nueva Inglaterra

Indios contra colonos, la guerra del rey Felipe

Entre 1675 y 1676, el líder de los wampanoag dirigió a las tribus indígenas de Nueva Inglaterra en una gran rebelión contra los colonos llegados de Europa cincuenta años atrás

Ingleses y nativos

Ingleses y nativos

Este grabado de la Historia del descubrimiento de América (1810) muestra la lucha entre los nativos y los colonos europeos.

Foto: MPI / Getty Images

En 1620 llegaron a las costas de América del Norte, a bordo del Mayflower, los colonos ingleses conocidos como «padres peregrinos», a quienes se considera los fundadores de Estados Unidos. Los peregrinos bautizaron como Nueva Inglaterra la región en la que desembarcaron, y que entonces era el hogar de los wampanoag. Estos indígenas fueron los primeros en tener contacto con los europeos, y en la primavera de 1621 compartieron con ellos la primera celebración de Acción de Gracias (origen de la festividad estadounidense del Thanksgiving Day), tras un duro invierno en el que los colonos sobrevivieron gracias a la ayuda de los nativos. El propio jefe wampanoag, Massasoit, acudió al banquete con seis venados que compartió con los peregrinos. Éste fue el inicio de unas décadas de convivencia relativamente pacífica, en la que floreció el comercio de pieles de castor.

Los wampanoag que aceptaban la evangelización y buscaban la integración acababan como sirvientes de los colonos, convirtiéndose en ciudadanos de segunda clase.

Cincuenta años más tarde, la situación había cambiado por completo. El crecimiento demográfico de los colonos –eran ahora 80.000, ocho veces más que los nativos– había desplazado a éstos de sus tierras. El comercio de pieles decayó, y los wampanoag que aceptaban la evangelización y buscaban la integración acababan como sirvientes de los colonos, convirtiéndose en ciudadanos de segunda clase, despreciados y endeudados económicamente.

La familia del jefe wampanoag Massasoit fue un ejemplo de esta evolución. Su segundo hijo varón, Metacomet, nacido en 1638, creció en medio del mestizaje cultural efervescente que imperaba en Nueva Inglaterra en aquellos años, y probablemente disfrutó de lo mejor de ambos mundos. En su tribu era honrado como hijo del jefe Massasoit, y entre los europeos gozaba de cierta holgura económica que le permitía desplazarse a Boston a comprar ropa. Incluso llegó a ser conocido por un nombre europeo, Felipe.

Metacomet

Metacomet

Metacomet, conocido como rey Felipe por los europeos, lideró la gran revuelta india de 1675.

Imagen: Kean Collection / Getty Images

Tras convertirse en jefe o sachem de su pueblo (de ahí la denominación «rey Felipe»), Metacomet cobró conciencia de la amenaza que representaba la expansión europea. Por ello buscó alianzas con las tribus vecinas, primero con el matrimonio y después intentando convencer a los pueblos indígenas de que debían unirse para mostrar músculo ante los europeos. Aun así, consciente de su inferioridad numérica, fue posponiendo el conflicto armado porque preveía sus consecuencias y necesitaba el apoyo del mayor número posible de tribus.

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Comienza la guerra

El desencadenante del conflicto fue la muerte, en enero de 1675, de un wampanoag en circunstancias poco claras. John Sassamon, como se lo conocía entre los colonos, era un indio convertido al cristianismo que había actuado a modo de mediador entre las tribus nativas y los europeos. En una ocasión, Sassamon advirtió al gobernador de la colonia de Plymouth de que el rey Felipe estaba reuniendo fuerzas para atacar los poblados europeos menos protegidos de la región. Poco después, Sassamon fue encontrado muerto bajo el hielo de un pequeño lago al que supuestamente había ido a pescar.

Se acusó del asesinato a tres indios, todos pertenecientes al círculo de confianza de Metacomet. Fueron condenados a muerte por un jurado y ahorcados el 8 de junio de 1675. Dos semanas después, guerreros wapanoag saquearon las granjas de colonos en la población de Swansea. Cuando uno de los suyos fue abatido, atacaron a los colonos mientras volvían de la iglesia y mataron a nueve de ellos. «Así empezó la guerra», escribió un cronista de la época.

Nueva Inglaterra

Nueva Inglaterra

El foco de la guerra del rey Felipe se situó en el sur de Nueva Inglaterra, más precisamente en la zona de frontera entre la colonia de Plymouth –incorporada en 1691 al estado de Massachusetts, con capital en Boston– y Rhode Island, cuya principal ciudad era Providence. Los wampanoag ocupaban el centro de esta región mientras que los narragansett se hallaban más al este.

Imagen: Bridgeman / ACI

Más que una guerra, fue un gran alzamiento de los pueblos indígenas contra los colonos europeos. A los wampanoag se sumó pronto otro pueblo temible, los nipmuck, y un poco más tarde los poderosos narragansett. En cambio, otras comunidades indias, enfrentadas con los anteriores, prefirieron mantenerse fieles a los ingleses, como los mohegan. Aunque eran inferiores en número, los indios contaban con armas de fuego –que habían obtenido y aprendido a usar en las décadas anteriores– y gracias a su conocimiento del terreno podían poner en práctica tácticas guerrilleras.

Durante el conflicto asaltaron más de la mitad del casi centenar de asentamientos ingleses en la zona. Incendiaban las casas y los graneros y atacaban a los colonos, causando a veces cuantiosas bajas. Así, en un ataque contra Lancaster en febrero de 1676 mataron o hirieron a 50 colonos y se llevaron 24 presos, incluida la esposa de un clérigo, Mary Rowlandson, y su hijo.

Plimoth Plantation

Plimoth Plantation

Plimoth Plantation recrea el asentamiento original de Plymouth, la colonia que establecieron los colonos llegados en el Mayflower.

Foto: Tarker Collection / ACI

Asaltos y emboscadas

Un ejemplo de este tipo de acciones fue el ataque de los wampanoag a Northampton. Según resumía el historiador Daniel Strock (1851), «el objetivo de los indios era sorprender la aldea. Se aproximaron sin ser vistos hasta que lanzaron un furioso ataque contra las casas más alejadas. Cuatro hombres y dos mujeres murieron mientras huían al pueblo, y varias residencias fueron incendiadas junto a cuatro o cinco graneros. Los aldeanos se refugiaron en la guarnición».

Pero el asalto no terminó bien para el bando de Metacomet. «Seguros de la victoria, prosiguieron con tanta precipitación que entraron en la empalizada que rodeaba el fuerte, donde se encontraron al alcance de los fusiles de la guarnición. Bajo el fuego de los soldados, los indios, completamente sorprendidos, se apelotonaron en un pequeño espacio hasta que al final huyeron en confusión, cayendo unos encima de los otros mientras los aldeanos aprovechaban para dispararles. Sus pérdidas en muertos y heridos fueron considerables».

Desde Boston y Plymouth se enviaron milicias para penetrar en territorio indio y destruir sus bases. Los indios respondían con emboscadas sangrientas, como la tendida por los narragansett en septiembre de 1675 contra una columna inglesa cerca de Northampton, en la que murieron más de 60 soldados. Los asaltos a granjas y asentamientos continuaron durante meses. En marzo de 1676, los narragansett incendiaron Providence. Los habitantes de Boston no se atrevían a salir de la ciudad. El levantamiento creó tal inseguridad que, por primera vez, un buen número de colonos retornó a Europa.

combate del Gran Pantano

combate del Gran Pantano

En diciembre de 1675 tuvo lugar una de las batallas más sangrientas de la guerra del rey Felipe: el combate del Gran Pantano. La milicia colonial invadió el principal asentamiento de la tribu narragansett (rodeado de árboles caídos, como muestra el grabado) y mató a centenares de indios, incluidos ancianos y niños.

Imagen: ALAMY / ACI

El fin de la revuelta

La captura, en abril de 1676, del jefe narragansett Canonchet, ejecutado de inmediato por sus enemigos jurados, los mohegan, marcó el punto de inflexión del conflicto. Para entonces, los nativos habían sufrido ya muchas bajas y se enfrentaban a dificultades de aprovisionamiento, tanto de comida como de pólvora y municiones. Muchos indios dejaron de apoyar al rey Felipe y comenzaron a abandonar sus filas. Presagiaban un final cercano. Metacomet se parapetó en Mount Hope con los guerreros que aún le eran fieles, y allí se libraron los últimos enfrentamientos. El 12 de agosto, John Alderman, un indio que pertenecía a la milicia de la colonia de Plymouth, mató de un disparo al rey Felipe. En los meses siguientes hubo todavía algunas escaramuzas, pero la rebelión había quedado aplastada.

Mary Rowlandson

Mary Rowlandson

Portada del relato publicado por Mary Rowlandson, que pasó casi un año cautiva de los indios.

Foto: MPI / Getty Images

Se calcula que durante la guerra murieron unos mil colonos y unos tres mil indios. Otros mil nativos fueron vendidos como esclavos y transportados a las islas del Caribe que pertenecían al Imperio británico. Unos tres mil murieron de hambre o debido a las nuevas enfermedades traídas por los colonos. Otros dos mil indios tuvieron que huir y unirse a las tribus que vivían al norte y al oeste de las colonias. Los indígenas de la zona no se recuperarían jamás de esta catástrofe.

Pero para los colonos también supuso un duro golpe. Por la proporción de muertos y sus consecuencias económicas, se ha dicho que la guerra del rey Felipe ha sido la más destructiva de la historia de Estados Unidos. El cuerpo de Metacomet fue descuartizado y su cabeza acabó en una pica. Los colonos de Plymouth la exhibieron públicamente durante años muy cerca de donde su padre Massasoit había celebrado el primer banquete de Acción de Gracias junto a los peregrinos del Mayflower.

Este artículo pertenece al número 197 de la revista Historia National Geographic.