Dentro de la Roma amurallada del siglo I a.C., la ciudad solo manifestaba su grandeza en dos lugares: el Capitolio y el antiguo Foro republicano, que también conocemos como Foro romano. Pero el Capitolio, con su templo dedicado a Júpiter, Juno y Minerva, estaba reservado a la exaltación de los dioses, y el Foro carecía de espacio suficiente para albergar nuevos monumentos. Por esa razón, la pugna propagandística entre los grandes caudillos militares de la época se materializó en la construcción de edificios emblemáticos fuera de los muros, en el Campo de Marte.

Foros imperiales
Vista área de los Foros Imperiales. La avenida que la cruza une el Coliseo y la plaza Venezia; fue inaugurada por Mussolini en 1932 como Vía del Imperio.
Scala, Firenze
Julio César, deseoso de construir una nueva ciudad al estilo helenístico, fue el primero en plantear la ampliación del centro político, administrativo y comercial de la ciudad hacia el único espacio posible, al este del viejo Foro, en una zona de viviendas pertenecientes al barrio del Argileto y delimitada por tres colinas: la Velia, el Quirinal y un collado que unía el Quirinal y el Capitolio, al otro lado del cual se extendía el Campo de Marte. En este último lugar, Pompeyo el Grande había levantado un imponente teatro, en cuyo pórtico había una curia que acogía las reuniones del Senado. César, enfrentado a Pompeyo, también precisaba un espacio equivalente, en el que se engrandeciera su imagen y en el que se exaltara la ascendencia divina de los Julios, su familia. Estos decían provenir de la diosa Venus a través de Iulo, hijo de Eneas, un príncipe troyano que había llegado a Italia huyendo de la destrucción de su ciudad.
Cronología
Cinco foros de Roma
54-46 a.C.
Julio César financia la construcción de su foro junto al Foro republicano.
42-2 a.C.
Augusto erige el templo de Mars Ultor (Marte Vengador), que preside su foro.
75 d.C.
Vespasiano y su hijo Tito dedican un recinto porticado a la diosa Pax.
95 d.C.
Nerva inaugura el Foro Transitorio, iniciado por Domiciano diez años antes.
107-113 d.C.
Trajano construye el mayor de todos los Foros Imperiales.

Foros imperiales
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El primer foro imperial
En el año 54 a.C., César emprendió la construcción del primer foro «imperial», dedicado a Venus Genetrix, «engendradora» de su linaje. Este recinto fijó el modelo de los nuevos foros, que incluía un templo situado en uno de los lados cortos de un recinto porticado. La decoración del complejo quedaba al servicio de la propaganda del constructor del foro.
Octavio Augusto, heredero de César y convertido en el primer emperador de Roma en el año 27 a.C., adosó un segundo foro al de su padre adoptivo. La consagración de este recinto a Marte, dios de la guerra, insistía en la vinculación de los Julios con el origen mítico de Roma, ahora gracias a un descendiente de Iulo: Rómulo, el mítico fundador de Roma, hijo de Marte y una virgen vestal. El culto a Marte en el Foro de Augusto incorporó una simbología alusiva a la supremacía militar de Roma y a la paz que Augusto garantizaba. Por esa razón, su foro se convirtió en el lugar para la celebración de ceremonias relacionadas con la guerra y el triunfo.
La muerte de Nerón, que supuso el fin de la dinastía Julio-Claudia, condujo en 69 d.C. a una guerra civil que devastó Roma. Por ello, tras el nombramiento de Vespasiano como emperador, este se propuso restaurar el orden y devolver a la capital su esplendor. Consciente de la utilidad de la arquitectura monumental como soporte propagandístico para engrandecer su modesto linaje, aprovechó la mala reputación de Nerón y envolvió con un discurso populista las obras de la dinastía Flavia, fundada por él, según el cual esta restituiría al pueblo romano todo lo que Nerón le había arrebatado.
Los foros flavios
Con ese fin, Vespasiano puso en marcha la construcción del Coliseo y del Templum Pacis o Recinto de la Paz, financiados con el botín de las guerras contra germanos y judíos.
Y utilizó los restos de la Domus Aurea, el palacio imperial de Nerón, para cimentar los dos monumentos. Durante cuatro años, las obras de ambos se desarrollaron a la vez, hasta que Vespasiano y su hijo Tito inauguraron el Templum Pacis en el año 75. Según cuenta el médico Galeno, la gran biblioteca instalada junto a la estatua de la diosa Paz atraía a «todos los que se ocupan de saberes racionales», que impartían clase en las exedras del recinto.
Los dos últimos Foros Imperiales tienen su origen en las obras acometidas por el más ambicioso de los flavios, Domiciano. Este emperador llevó a cabo una amplia intervención urbanística en los dos flancos del Foro de Augusto, con una doble finalidad. Por un lado, quiso comunicar uno de los barrios más poblados de Roma, la Subura, con el centro de la Urbe –el Foro republicano y el Capitolio–, para lo que comenzó los trabajos de un nuevo espacio público, el futuro Foro Transitorio.
Por otro lado, Domiciano quiso unir urbanísticamente el Campo de Marte con el centro de la ciudad. El inicio de este último proyecto supuso una transformación radical del paisaje del centro de Roma, pues Domiciano decidió tallar la falda del Quirinal y eliminar el collado que unía esta colina con el Capitolio para despejar un área donde erigir un foro monumental. Para sostener la falda tallada del Quirinal, Domiciano creó la «terraza domicianea», una estructura monumental de 20 m de altura (que en su mayor parte quedaría integrada en los Mercados de Trajano). Pero el asesinato del emperador otorgó el mérito de los dos últimos Foros Imperiales a sus sucesores. Nerva inauguró y dio nombre al pequeño Foro Transitorio, y Trajano cumplió el sueño de Domiciano de dar un carácter monumental a la llanura artificial que este había creado.
En tan solo diez años, el Foro de Trajano –de una envergadura extraordinaria, en nada comparable a la de los otros Foros Imperiales– concluyó con broche de oro la monumentalización del centro político y administrativo de Roma. Los emperadores que lo sucedieron desplazaron su interés a otros puntos de la ciudad o se limitaron a completar, decorar y restaurar las obras precedentes, hasta que los Foros Imperiales cayeron en el olvido y otras construcciones se levantaron en ellos cuando los días de gloria de Roma se apagaron.

Los foros de la Roma imperial
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En honor de Venus
I el foro de césar

Foro de César
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Illustrazione inklink Musei-Simone Boni
El Foro Julio se planteó como una ampliación del antiguo Foro republicano, centro de la actividad política, administrativa y comercial de Roma y que resultaba insuficiente para una ciudad y un imperio en expansión. César encargó al senador y famoso orador Cicerón la compra de un amplio terreno ocupado por viviendas particulares entre el barrio del Argileto y el Atrio de la Libertad, un complejo monumental situado entre el viejo Foro y el Campo de Marte. La confiscación y compra de los terrenos costaron a César 60 millones de sestercios, y se invirtieron 40 millones más en la construcción y decoración de los pórticos y el templo.

Foro de César
El Foro de César estaba enmarcado por un pórtico doble (en la imagen) que daba acceso a una plaza pavimentada con travertino. Sumando la plaza y el pórtico, el foro medía 160 m de largo y 75 de ancho.
Illustrazione inklink Musei-Simone Boni
Según el historiador Apiano, con los trabajos de nivelación y preparación del terreno ya iniciados, César partió a Farsalia para enfrentarse a Pompeyo, pero antes de marcharse prometió a la diosa Venus que si vencía le consagraría un templo.

Templo de Venus
Las tres columnas corintias conservadas del templo de Venus, reconstruidas en la década de 1930.
Roberto Conte / Getty Images
Al volver triunfante, César cumplió el voto y erigió el templo a Venus Genetrix en un extremo de su foro. La plaza, de 100 m de largo y casi 49 de ancho, fue rodeada de un porticado doble, al que se accedía desde la Curia que daba al Foro republicano y desde el clivus argentarius, una calle que conducía al Capitolio. A los pies del templo había fuentes monumentales, un lugar idóneo, según Ovidio, donde ir al encuentro de aventuras galantes.

Denario de Julio César
Denario acuñado en 42 a.C. con la efigie de Julio César, tocado con la corona de laurel, símbolo del triunfo.
Album
Las glorias militares
II El foro de Augusto
Como el templo de Venus en el Foro Julio, el templo de Marte en el Foro de Augusto fue fruto de una promesa religiosa. Octavio, sobrino nieto y heredero de Julio César, prometió un templo al dios de la guerra si este le ayudaba a vengar la muerte de su padre adoptivo con la de sus asesinos, Bruto y Casio.

Templo de Marte
Ruinas del templo de Marte. Se aprecia la parte conservada del enorme muro que lo separaba de la Subura.
Stefano Valeri / Cordon Press
Tras derrotarlos en Filipos en el año 42 a.C., Octavio emprendió la construcción del templo a Marte Vengador, que se erigió en un extremo del nuevo foro, aunque no se inauguró hasta el año 2 a.C.

Marte Vengador
Cabeza de Mars Ultor, Marte Vengador. Copia de la estatua del templo del Foro de Augusto hecha en el año 90 d.C.
Scala, Firenze
El espacio para construir la plaza y el templo era reducido (125 x 110 m), pues quedaba delimitado por el Foro Julio al oeste, el monte Quirinal al norte y el populoso barrio de la Subura al este. A pesar de ello, Octavio renunció a expropiar terrenos privados o a modificar el terreno (como harían Domiciano y Trajano).

Camafeo con el águila de la victoria
Camafeo de ónice con el águila de la victoria, alusivo a la concesión de la corona cívica a Augusto en 27 a.C.
AKG / Album
Optó por unir la pared trasera del templo al portentoso muro de toba y travertino, de más de 30 m de altura, que servía de barrera e incluso de cortafuegos entre el barrio de la Subura y la zona monumental de los foros. El templo albergaba las estatuas de Marte y su amante Venus, a cuyos pies los generales victoriosos depositaban los trofeos de guerra, y donde quienes celebraban el triunfo (un desfile que el Senado concedía por victorias de especial magnitud) dejaban las coronas de oro que lucían durante el cortejo triunfal.

Estatua de Augusto
La estatua colosal de Augusto era en realidad un acrolito, una estatua con torso de madera y cabeza y extremidades de mármol.
Illustrazione inklink Musei-Simone Boni

Tribunales de justicia
En las dos exedras del foro, dedicadas a Eneas y a Rómulo, se reunían los tribunales de justicia.
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Los beneficios de la paz
III El foro de vespasiano

Foro de Vespasiano
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Illustrazione inklink Musei-Simone Boni
Cuando aún faltaban cinco años para terminar el Coliseo, Vespasiano inauguró su primera gran obra pública: el Templum Pacis o Recinto de la Paz, que abrió sus puertas el año 75. Era un amplio recinto cuadrangular, con pórticos en tres de sus lados, «de una magnificencia superior a toda imaginación humana», según el historiador judío Flavio Josefo. La plaza central –presidida por un aula de culto consagrada a Pax (la diosa de la Paz) y que también servía de biblioteca– estaba adornada con fuentes y estanques que creaban juegos de agua en un jardín de rosas gálicas y plantas aromáticas. Distribuidas por la plaza o instaladas en los pórticos, podían admirarse «las antiguas obras maestras de pintura y de escultura. Allí fueron reunidas todas aquellas obras de arte, para cuya contemplación previamente habría que haber viajado por toda la tierra», añadía Josefo.

Recinto de la Paz
Pórtico oeste del Recinto de la Paz, comunicado con el antiguo Foro republicano.
Alamy / Cordon Press
Muchas habían pertenecido a la colección privada de Nerón, pero ahora podían contemplarse en un espacio público para disfrute de todo el pueblo romano. El recinto también custodiaba las piezas de oro expoliadas del Templo de Jerusalén durante la guerra contra los judíos, y muchos objetos preciosos en oro y plata, todo protegido por una férrea vigilancia. Tanto es así que las familias más ricas depositaban en el Templum Pacissus bienes más preciados para garantizar su conservación.

Vespasiano
Vespasiano, emperador entre los años 69 y 79. Busto en mármol conservado en los Museos Capitolinos de Roma.
Album

El centro de la antigua Roma
La fotografía muestra el estado actual del área de los foros. En primer término aparece el Foro republicano; arriba, a la izquierda, la mole del Capitolio, y casi en el centro de la imagen, la Curia Julia (el edificio de ladrillo), tras la cual estaba el Foro de César. Al otro lado de la Vía de los Foros Imperiales se ven el muro posterior del Foro de Augusto y las tres columnas del templo de Mars Ultor.
Riccardo Auci
Foro transitorio
IV El foro de Nerva

Foro Transitorio
El Foro de Nerva era llamado Foro Transitorio porque lo frecuentaban muchas personas que iban y venían del barrio de la Subura a la zona del Foro romano.
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Illustrazione inklink Musei-Simone Boni
Su construcción, comenzada por Domiciano, duró una década (del año 85/86 al 95/96) y comportó la adaptación de los edificios circundantes: el Foro de Augusto perdió una de sus dos exedras y la entrada monumental del Templo de la Paz fue destruida. En el año 87 terminó la primera fase del proyecto, que no debió de satisfacer a Domiciano, porque el diseño inicial se transformó radicalmente en los siete años siguientes.

Plano de los Foros imperiales
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En un principio, la plaza tenía unas dimensiones más reducidas y un primer templo ocupaba el lado sur. En la segunda fase, antes de pavimentar la plaza con mármol, se amplió el espacio central y se desmontó el templo para edificar otro nuevo en el lado norte. El espacio alrededor de este edificio no era simétrico, y para disimular esa irregularidad se hicieron dos cosas: se levantaron dos muros ligeramente curvos unidos al templo, cerrando la plaza por el norte, y detrás del templo se construyó un pórtico de forma elíptica, el Pórtico absidado (Porticus absidata).

Friso del Foro de Nerva
Detalle del friso sobre las colonnacce supervivientes del Foro de Nerva.
Alamy / Cordon Press
Su fachada monumental, que se abría al barrio de la Subura, unió las altas paredes del Templo de la Paz, de 25 m de altura, con el portentoso muro del Foro de Augusto.

Foro de Nerva, columnas y friso
Las dos columnas y parte del friso que se conserva del Foro de Nerva. Las columnas medían 10,68 m con la base y el capitel incluidos.
Alamy / Cordon Press
El escaso espacio disponible para el foro, encajado entre los de Augusto, César y Vespasiano, impidió construir los grandes pórticos que eran habituales, pero se logró el efecto visual de plaza porticada mediante un falso pórtico con columnas puestas a solo 2 m del muro.
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Foro de Nerva
Se conservan 25 m de los relieves que decoraban el friso del ático, donde se narraban escenas protagonizadas por Minerva, según un discurso moralizante que exaltaba las virtudes y labores de las matronas romanas. En la escena que se conserva sobre las dos colonnacce se reconoce el episodio final del mito de Aracne, en el que Minerva castiga violentamente a esta joven por haberse atrevido a desafiarla en el arte del hilado.
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Nerva
Nerva, emperador entre septiembre del año 96 y enero de 98. Busto en mármol descubierto en Tívoli. Museo Nacional Romano, Roma.
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Un conjunto colosal
V El foro de Trajano

Terraza de la basílica Ulpia
Terraza de la basílica Ulpia que separaba el foro de la columna Trajana. En la basílica se celebraban las ceremonias de manumisión o liberación de esclavos, se guardaban archivos del Estado y se realizaban los repartos de dinero al pueblo (congiarium).
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Illustrazione inklink Musei-Simone Boni
El Foro de Trajano fue diseñado por Apolodoro de Damasco, el arquitecto nabateo a quien el emperador confió sus más ambiciosos proyectos. Incluía dos archivos-biblioteca, una basílica, una plaza porticada con un atrio monumental y un espacio reservado para la tumba del emperador. Esta ocupaba la base de la columna Trajana, de 39,8 m, que señalaba la altura del monte eliminado para liberar el espacio necesario para construir el foro. Decoraban su superficie 155 escenas con relieves polícromos que ilustraban las guerras de Trajano contra los dacios.

Mercados de Trajano
Vista general de los Mercados de Trajano, construidos mediante la técnica del opus latericium: hormigón romano revestido de ladrillo.
Alamy / Cordon Press
En este foro no existía un templo como telón de fondo de la plaza, sino una basílica de cinco naves y dimensiones colosales (170 m de largo por 60 de ancho), que separaba el espacio central porticado del recinto funerario de Trajano, más allá del cual su sucesor Adriano erigió un templo consagrado a Trajano y su esposa Plotina divinizados.

Trajano
Trajano, en un busto de mármol labrado durante su reinado, entre los años 98 y 117. Museos Capitolinos, Roma.
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El Foro de Trajano incorporó las funciones del Atrio de la Libertad, un complejo monumental de época republicana arrasado con la construcción de los Foros Imperiales. Como aquel, el Foro de Trajano fue sede de los censores, archivo-biblioteca de los pretores, polo cultural de intelectuales y espacio donde se llevaba a cabo la ceremonia de manumisión de esclavos. El foro, además, se convirtió en escenario de la quema pública de las listas de deudores del fisco, perdonados por Trajano.

Complejo monumental de los mercados de Trajano
El complejo monumental de los mercados de Trajano, no formaba parte propiamente del Foro de Trajano, aunque también lo diseñó Apolodoro de Damasco como estructura de contención de la ladera del Quirinal, seccionada por Domiciano para construir el foro. Lo formaban diferentes estructuras adaptadas a la pendiente del terreno, de 40 m de desnivel. La parte superior, ocupada por la Gran Aula y un cuerpo central de tres plantas, se disponía a lo largo de la vía Biberática, una calle peatonal que comunicaba la Subura con el Campo de Marte.
Illustrazione inklink Musei-Simone Boni

Construcción de los Mercados de Trajano
La ilustración recrea la construcción de los Mercados de Trajano, que pudieron acoger tiendas, puestos de cambio de moneda, un centro de enseñanza relacionado con las bibliotecas del foro y el almacenamiento y venta de excedentes de comida gestionados por el Estado.
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Illustrazione inklink Musei-Simone Boni
Este artículo pertenece al número 237 de la revista Historia National Geographic.