Editorial del Número 233 de Historia National Geographic

Carro de bronce hallado en Mérida

Carro de bronce hallado en Mérida

Carro de bronce hallado en Mérida. Muestra a un jinete, acompañado de un perro, que da caza a un jabalí. MNA, Saint-Germain-en-Laye.

Erich Lessing / Album

Hay objetos maravillosos, que capturan nuestra imaginación porque los envuelve el aura del misterio. ¿Qué se hizo de ellos? Ahí están el cáliz de la última cena de Cristo con sus discípulos, o el Arca de la Alianza que se custodiaba en el Templo de Jerusalén. Películas y novelas han utilizado estos elementos que forman parte de la historia para convertirlos en el núcleo de ficciones trepidantes, pero ¿qué sabemos en verdad de ambos objetos sagrados? La respuesta es que muy poco; de hecho, en el caso del Arca se ignora incluso cuándo desapareció del Templo de Jerusalén, que se había edificado para albergarla; un hecho sorprendente que contamos en nuestro artículo. Si el Grial y el Arca son reliquias perdidas de cultos que aún existen hoy, la arqueología nos propone un viaje inverso: la reconstrucción de civilizaciones desaparecidas a partir de los objetos que un día acompañaron a su propietario o a su dueña en la guerra, en las fiestas, en los rituales religiosos o en la vida diaria, y que el azar ha puesto en nuestras manos. Así sucede con los celtas. Sus torques de metales preciosos, sus cascos de bronce y sus espadas de hierro o sus esculturas de piedra nos ofrecen retazos de sus vidas y sus creencias. Son visiones fugaces de una cultura cuya historia nos llegó de la mano de su gran enemiga, Roma, porque los sabios celtas, los druidas, depositarios de las tradiciones, los conocimientos y la religión de su pueblo, desconfiaban de la escritura y transmitían su saber de palabra. De ahí la distorsionada imagen –legada por los romanos– de los pueblos celtas como «bárbaros». ¿Lo eran? Quizá nos parezca que lo fueron menos después de leer el artículo que dedicamos a las penas y castigos medievales…

Este artículo pertenece al número 233 de la revista Historia National Geographic.