Editorial del Número 222 de Historia National Geographic

'Drakkar', nave vikinga empleada en la guerra, en una moneda de finales del siglo IX, probablemente acuñada en Dinamarca.

'Drakkar', nave vikinga empleada en la guerra, en una moneda de finales del siglo IX, probablemente acuñada en Dinamarca.

Foto: UIG / Album

Gudríd estaba en su casa, sentada frente a la puerta, junto a la cuna de su hijo Snorri, cuando una sombra cruzó el umbral y entró una mujer vestida con una túnica negra ceñida; era menuda y una cinta rodeaba sus cabellos castaños. De pálida tez, tenía los ojos más grandes que nadie haya visto nunca en cabeza humana. Caminó hacia Gudríd y dijo:

–¿Cómo te llamas?

–Me llamo Gudríd. ¿Y tú?

–Me llamo Gudríd.

Entonces Gudríd, la mujer de Karlsefni, le indicó con un gesto que se acercara y se sentara a su lado; pero de repente se oyó un gran ruido y la mujer desapareció».

La escena, contada en la Saga de los groenlandeses, probablemente se desarrolla en algún lugar de la costa del actual Canadá, al sur de la península del Labrador. Allí, Gudríd –una mujer valiente y hermosa– ha dado a luz al pequeño Snorri, que descansa a su lado en la cuna; es el primer europeo nacido en América. La mujer que ha entrado en su casa no es un fantasma: es una muchacha indígena, una skraeling, como llaman los escandinavos a los nativos de Vinland, el Far West vikingo, adonde van en busca de madera y pieles. Claramente, la joven ha repetido las palabras en nórdico que ha oído a su interlocutora: «Me llamo Gudríd».

En ese momento estalla una pelea. Los vikingos, cuyo jefe es Thorfinn Karlsefni, esposo de Gudríd, matan a un skraeling que intenta robar una de sus armas (de hierro, a diferencia de las de los nativos, que son de piedra). Sigue un combate que ganan los nórdicos, pero Thorfinn decide irse pasado el invierno, y en primavera pone proa a Groenlandia con el pequeño Snorri, ya de tres años. La idea de fundar un asentamiento permanente ha quedado en nada. Faltan cinco siglos para que Colón llegue a ese nuevo mundo que la familia de Gudríd ha dejado atrás. América no será vikinga.

Este artículo pertenece al número 222 de la revista Historia National Geographic.