El 3 de julio de 1908, en el transcurso de las excavaciones de un palacio minoico situado en Festo (Phaistos), al sur de Creta, el arqueólogo italiano Luigi Pernier se asomó a un depósito subterráneo lleno de huesos quemados y cenizas que se abría medio oculto entre las ruinas. Entre esos restos destacaba un objeto semienterrado de tonalidad dorada que estaba hecho de arcilla cocida.
Al cogerlo entre sus manos, Pernier contempló un disco lleno de extrañas imágenes. Aun hoy, el ya conocido como disco de Festo sigue siendo uno
de los enigmas sin resolver más famosos de la arqueología moderna, pues no deja de resistirse a todos los ingeniosos intentos de descifrado que se han llevado a cabo desde su descubrimiento.
Cronología
Escritura misteriosa
3000 a.C.
Emerge en Creta la civilización minoica, ligada al gobernante mítico Minos.
2000 a.C.
Aparece en Creta el primer sistema de escritura, los «jeroglíficos cretenses».
1700 a.C.
En torno a esta fecha se elaboró el disco de Festo, con escritura silábica no descifrada.
1908
El arqueólogo Luigi Pernier halla el disco de Festo al excavar el palacio minoico del lugar.
Múltiples teorías
El disco, que se conserva en el museo de Heraclión, en Creta, sigue alimentando la imaginación de arqueólogos aficionados y buscadores de misterios. Las interpretaciones que ha recibido son casi tantas como los autores que se han interesado en él. Las dimensiones de la pieza, de 16 centímetros de diámetro y 1,5 de ancho, adaptadas al tamaño de la palma de un varón adulto, han hecho pensar que fue diseñado para ser manejado con las manos, por lo que se ha pensado que era una carta astronómica para calcular eclipses, un calendario lunisolar, un arcaico juego parecido al de la oca o un himno religioso. Otras teorías se adentran en el terreno de la pura fantasía, como la de quienes afirman que es un objeto procedente de la Atlántida, un mapa del laberinto del Minotauro o incluso una carta de navegación interestelar de origen extraterrestre.

Un documento «impreso»
Los signos del disco de Festo no fueron grabados con un punzón, sino con moldes preformados impresos sobre la arcilla, una especie de «tipos móviles».
Scala, Firenze
Por el lugar en que se halló, el disco se ha datado entre los años 1800 y 1600 a.C. El excelente estado de conservación de la pieza ha hecho pensar a algunos autores, como Jerome Eisenberg, que es una falsificación elaborada por el propio Pernier, quien habría intentado contrarrestar el fracaso de su trabajo arqueológico en Creta presentando una reliquia con un texto imposible de descifrar. Sin embargo, todos los indicios hacen pensar lo contrario, pues el objeto se halló en un contexto arqueológico perfectamente identificado, al lado de una tablilla escrita en escritura Lineal A (propia de la civilización minoica cretense) de indudable autenticidad. Además, en el disco se observan correcciones realizadas por el «escriba» que no podrían explicarse si realmente se tratara de una falsificación.
El disco de Festo contiene una inscripción formada por 45 signos figurativos diferentes que se repiten en una secuencia organizada de 241 o 242 caracteres (uno de ellos resulta irreconocible) que toma la forma de una espiral.

Excavaciones en Festo
Excavaciones en Festo por el equipo italiano dirigido por Luigi Pernier y Federico Halbherr. Fotografía de 1908.
Scala, FIrenze
Los signos muestran imágenes claramente identificables, como hombres, animales y objetos de diversa naturaleza. Esas imágenes hacen referencia en su mayoría a realidades de la vida cotidiana que aparecen representadas en el contexto histórico de la época. Así, varios símbolos representan aspectos diversos de un guerrero, como una cabeza emplumada 𐇑, similar a las de miembros de los Pueblos del Mar representados en la iconografía del antiguo Egipto, así como una flecha 𐇙, un yelmo 𐇖 y un escudo redondo 𐇛 también típico de los Pueblos del Mar. Se distingue igualmente la cabeza tatuada de un esclavo 𐇒 y una mujer con los pechos al descubierto 𐇕, semejante a antiguas figuras sumerias. Otros signos evocan panales 𐇧 y abejas 𐇱, animales como la paloma 𐇯, el macho cabrío 𐇭 o el gato 𐇬 y también plantas y flores que debieron de formar parte del paisaje cotidiano de la época, como la margarita 𐇵, la viña 𐇳 o el olivo 𐇲.
Los símbolos están agrupados en viñetas separadas que parecen componer 61 palabras, 30 por una cara y 31 por su reverso. Todo parece indicar que la escritura sigue el sentido de las agujas del reloj y avanza en espiral desde el borde del disco hacia el centro del mismo.
El número de signos empleados y el hecho de que las posibles palabras del texto (es decir, cada grupo de signos dentro de un recuadro) contengan entre dos y cinco imágenes lleva a suponer que se trata de una escritura silábica de tipo egeo.

Labrys
En 1935 se encontró en Creta, en la cueva de Arkalochori, esta labrys o doble hacha forjada en bronce, del II milenio a.C. En el centro de la pieza aparecen 15 signos que muestran semejanzas con los del disco de Festo, como la cabeza emplumada de un guerrero.
Alamy / ACI
Los signos del disco guardan una ligera semejanza con los «jeroglíficos cretenses» y con el llamado sistema Lineal A, pero representan una evolución particular respecto a éstos. Si se admite que se trata de un texto en una lengua aún desconocida (pues no sabemos a ciencia cierta cuál era la lengua de los cretenses durante la Edad del Bronce), y teniendo en cuenta la relativa brevedad de la inscripción, es muy posible que el sistema completo constase de unos 55 o 60 signos diferentes.
Por otra parte, si aceptamos que cada «viñeta» contiene una palabra, podemos ver que ambos lados terminan con series de frases similares. Muchas frases de la cara A comienzan con los mismos signos (𐇑 o bien 𐇑𐇛) y varias de la cara B terminan en otros similares (𐇖 o 𐇲), lo cual hace pensar en frases repetitivas por una cara y frases que riman en el lado contrario. Por ello, cabe pensar que el disco contenga un poema, una canción, un himno o una fórmula religiosa o mágica.
Desciframiento
En los últimos años se han hecho algunas tentativas sugerentes para descifrar el texto del disco de Festo. El filólogo Gareth Owens sugirió en 2014 que la lengua del disco sería de tipo indoeuropeo, emparentada con la «lengua minoica» del Lineal A. Owens defiende que el disco estaría dedicado a una madre divina, y cree reconocer ciertas palabras como iqa («gran dama») o akka («mujer embarazada»). Por su parte, en 2018, Gia Kvashilava propuso que el texto es protogeorgiano (una lengua que también se ha utilizado para intentar explicar los orígenes del vasco) y que está dedicado a Nana, la diosa colquiana de la fertilidad.
En todo caso, mientras no se encuentre una «Piedra de Rosetta» que nos proporcione claves seguras de lectura a partir de un texto descifrable, el misterio en torno al disco de Festo se mantendrá.
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Escrituras de Creta

Escrituras de Creta
Scala, Firenze
Las inscripciones de época minoica halladas en Creta corresponden a diversas modalidades de silabarios egeos. La más antigua es una escritura cretense figurativa, llamada a veces «jeroglífica» cretense por su semejanza con los jeroglíficos egipcios, aunque en realidad tiene un origen local con influencias orientales. No sabemos si la escritura del disco de Festo deriva de ella, como probablemente es el caso del sistema de escritura Lineal A, con símbolos menos realistas. No se ha podido descifrar ninguna de estas escrituras. El Lineal A desapareció con el colapso de la civilización minoica, pero dejó dos vástagos: el silabario chipriota y el Lineal B, utilizado para escribir un dialecto griego arcaico y que sí se ha descifrado.
Este artículo pertenece al número 233 de la revista Historia National Geographic.