El palacio del hijo del cielo

La Ciudad Prohibida, la residencia de los emperadores chinos

Desde el siglo XV hasta la caída del Imperio en 1911, los emperadores chinos vivieron en un vasto recinto palaciego situado en el centro de Beijing. Cerrada en teoría a todos los visitantes, la Ciudad Púrpura Prohibida comprendía múltiples palacios, templos y residencias reservados al monarca, sus concubinas y sus servidores más estrechos

La Sala de la Armonía Suprema. Elevado unos treinta metros sobre el nivel de la plaza, este edificio es uno de los principales de la Ciudad Prohibida de Beijing. En su interior se encuentra el Trono del Dragón, donde se sentaba el emperador o Hijo del Cielo.

La Sala de la Armonía Suprema. Elevado unos treinta metros sobre el nivel de la plaza, este edificio es uno de los principales de la Ciudad Prohibida de Beijing. En su interior se encuentra el Trono del Dragón, donde se sentaba el emperador o Hijo del Cielo.

Foto: AGE Fotostock

La Ciudad Púrpura Prohibida, centro simbólico y político de China entre 1420 y 1911, se encuentra en el corazón de Beijing, antes conocida como Pekín. Construida por Yongle, tercer emperador Ming (1403-1424), sus murallas delimitan una vasta superficie de unos 72.000 metros cuadrados, llena de palacios, jardines y salas donde habitaron y gobernaron veinticuatro emperadores, catorce de la dinastía Ming (1368-1644) y diez de la dinastía Qing (1644-1911). Cerca de 100.000 artesanos y un millón de trabajadores forzosos fueron necesarios para erigir este complejo entre 1406 y 1420. Sus murallas, de ocho metros de alto y rodeadas por un foso de agua de 50 metros de ancho, forman un rectángulo de 960 metros de largo por 750 de ancho.

La Ciudad Púrpura Prohibida. Estos tres ideogramas dan el nombre oficial del recinto imperial de Beijing: Zijincheng.

La Ciudad Púrpura Prohibida. Estos tres ideogramas dan el nombre oficial del recinto imperial de Beijing: Zijincheng.

Organizado siguiendo los preceptos del feng shui (el arte de colocar objetos y edificios de cierta manera para aprovechar la energía positiva), en un orden estrictamente simétrico para emular el equilibrio del universo, el complejo palacial contaba con 9.999 jian, término chino que se refiere al espacio entre columnas; por tanto, no es correcto decir que la Ciudad Prohibida tiene casi mil habitaciones. Por otra parte, 9.999 es un número auspicio en China, asociado con el emperador por su pronunciación idéntica a la palabra china «eterno».

Los espacios más importantes de la Ciudad Púrpura Prohibida se distribuyen a lo largo de un eje vertical de 960 metros que corta simétricamente la muralla rectangular. De esta manera se forma una figura idéntica al ideograma zhong, el quinto punto cardinal chino que representa el centro. Con el emplazamiento del trono en el punto central de esta figura, el emperador se transformaba de manera simbólica en el centro del universo, el pináculo de la jerarquía social y natural a cuyo alrededor giraba todo el imperio.

El Palacio Imperial Ming. Esta pintura sobre seda representa la residencia imperial, erigida por la dinastía Ming en el siglo XV, con los numerosos edificios que la componían. Museo de Nankín.

El Palacio Imperial Ming. Esta pintura sobre seda representa la residencia imperial, erigida por la dinastía Ming en el siglo XV, con los numerosos edificios que la componían. Museo de Nankín.

Foto: Fine Art / Album

Como si de una casa se tratara, el complejo palacial se construyó para servir a las necesidades del monarca chino como emperador y como gobernante. Al norte quedaban sus estancias privadas, donde sólo podían entrar mujeres y eunucos. Era un espacio destinado al cultivo de los placeres corporales, donde concubinas y eunucos podían ejercer su influencia. Al sur se localizaban los espacios administrativos, donde el emperador concedía audiencias y llevaba a cabo su labor como gobernante, junto a ministros y oficiales que medían su prestigio a través del protocolo. Era en este espacio de contacto con el mundo exterior donde se desplegaba de manera abrumadora el simbolismo de la corte imperial china, usando la arquitectura como escenario para la exhibición del poder del emperador.

León de bronce. Un león con aspecto fiero se alza a cada lado de las escaleras que llevan al pabellón del lado norte.

León de bronce. Un león con aspecto fiero se alza a cada lado de las escaleras que llevan al pabellón del lado norte.

Foto: Jane Sweeney / AWL Images

Ceremonias y rituales

Dentro de la tradición imperial china, el monarca estaba considerado como el único habitante de la Ciudad Púrpura Prohibida, mientras que sus súbditos, representados por oficiales y nobles, eran vistos como meros visitantes. Esta distinción era importante a la hora de organizar las diversas ceremonias oficiales protagonizadas por el soberano, como su ascensión al trono, las grandes audiencias, su cumpleaños y la declaración de decretos. Todas ellas seguían una misma fórmula ritual. Mientras el monarca se desplazaba hacia la sala o puerta donde fuera a realizarse el ritual, los oficiales y nobles debían realizar un viaje hacia el corazón del recinto palaciego en estricto orden jerárquico, cruzando puertas y puentes de acuerdo al rango de cada uno antes de tomar el puesto correspondiente en el patio al sur del emperador, quedando éste al norte.

El Hijo del Cielo. Qianlong, emperador de la dinastía Qing, representado en su escritorio. Qianlong reinó hasta 1795, cuando abdicó en favor de su hijo Jiaqing.

El Hijo del Cielo. Qianlong, emperador de la dinastía Qing, representado en su escritorio. Qianlong reinó hasta 1795, cuando abdicó en favor de su hijo Jiaqing.

Foto: Bridgeman / ACI

Tal disposición geográfica responde a una antigua tradición china que establece que aquellos que se sitúan al norte, encarando el sur, tienen una posición superior, de igual manera que los que están dentro de un edificio o en un espacio elevado se encuentran por encima de aquellos que están fuera o en un espacio más bajo. Estas asimetrías espaciales se trasladaron a la arquitectura de la Ciudad Púrpura Prohibida, donde el emperador siempre se colocaba dentro de una puerta o sala elevada situada al norte y mirando al sur desde arriba, mientras que sus súbditos quedaban a la intemperie, en los patios abiertos situados al sur mirando hacia el norte –y desde abajo– la figura imponente del edificio y, por ende, del emperador.

La Torre Noroeste. La Ciudad Prohibida está rodeada por una muralla de casi ocho metros de altura. En cada una de sus cuatro esquinas se alza una elaborada torre.

La Torre Noroeste. La Ciudad Prohibida está rodeada por una muralla de casi ocho metros de altura. En cada una de sus cuatro esquinas se alza una elaborada torre.

Foto: Mirko Kuzmanovic / Alamy / ACI

Las descripciones históricas de las audiencias imperiales dan cuenta de cómo se reproducía el orden social en el protocolo. Los asistentes se reunían al amanecer en la Sala de la Armonía Suprema y su patio exterior; sobre los peldaños de las escaleras debían colocarse los familiares del emperador según su grado de proximidad al soberano, mirando al norte, mientras que los oficiales militares y civiles debían formar filas en el patio exterior de acuerdo a su rango, también mirando al norte. El foco de la celebración era el trono, con cada uno de los participantes separado del emperador de acuerdo a su proximidad política, geográfica o de parentesco. El emperador también estaba sujeto a las formalidades, y debía llegar al trono precedido de un cortejo y ataviado con las ropas imperiales decoradas con la figura del dragón. Una vez todos estaban en su lugar, los asistentes se arrodillaban y rendían pleitesía al emperador tocando el suelo con la cabeza tres veces.

Pabellón de las Diez Mil Primaveras. Es una de las muchas construcciones de este tipo que se encuentran en el Jardín Imperial de la Ciudad Prohibida. Es idéntico al pabellón llamado de los Mil Otoños.

Pabellón de las Diez Mil Primaveras. Es una de las muchas construcciones de este tipo que se encuentran en el Jardín Imperial de la Ciudad Prohibida. Es idéntico al pabellón llamado de los Mil Otoños.

Foto: Coward Lion / Alamy / ACI

La importancia del trono

El emperador debía estar presente en las ceremonias más importantes, pero cuando no lo estaba el trono del Dragón era venerado igual que él. Asimismo, cuando un edicto era emitido por el emperador, éste era transportado con la misma pompa con la que se trasladaba el soberano. Cada una de estas ceremonias celebraba así la sacralidad de una forma de entender el mundo, con el emperador en el centro y sus súbditos ordenados en marcados estratos jerárquicos, y reforzaba el patrón de relaciones sociales que habían construido los chinos en torno a la figura imperial. La Ciudad Púrpura Prohibida, como modelo arquitectónico, sirvió de escenario ineludible para estas representaciones imperiales, reforzando con ello el poder del emperador como institución.

Este intrincado panel de mármol con representación de dragones se encuentra ante el Palacio de la Pureza Celestial. Al fondo se divisa la Puerta de la Pureza Celestial.

Este intrincado panel de mármol con representación de dragones se encuentra ante el Palacio de la Pureza Celestial. Al fondo se divisa la Puerta de la Pureza Celestial.

Foto: Alamy / ACI

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Sala de la Armonía Suprema. El número de animales mitológicos dispuestos en un tejado indica la categoría del edificio. Esta sala tiene diez, el máximo, flanqueados por un dragón y un ser inmortal montado a lomos de una gallina.

Sala de la Armonía Suprema. El número de animales mitológicos dispuestos en un tejado indica la categoría del edificio. Esta sala tiene diez, el máximo, flanqueados por un dragón y un ser inmortal montado a lomos de una gallina.

Foto: Bruce Morser / National Geographic Image Collection

Una boda imperial en la Ciudad Prohibida

En marzo de 1889, el Ministerio de los Ritos organizó un gran acto para anunciar la boda del emperador Guangxu y su prometida, celebrada tres días antes en el Palacio de la Tranquilidad Terrestre. Desde el alba, los funcionarios civiles y militares, con sus vestidos de gala y empuñando banderas, parasoles y abanicos circulares, ocuparon la terraza frente a la Sala de la Armonía Suprema. En ella se encontraba el emperador, sentado en un trono elevado, del que partía el «camino imperial», una calle central cubierta con una alfombra de lana que sólo el monarca podía recorrer, generalmente en palanquín. La ceremonia terminó cuando unos funcionarios leyeron la proclama del matrimonio en la puerta de Tiananmen.

Uno de los 18 incensarios de bronce situados en la terraza de la Sala de la Armonía Auprema. En ellos se quemaba incienso de sándalo. Siglo XV.

Uno de los 18 incensarios de bronce situados en la terraza de la Sala de la Armonía Auprema. En ellos se quemaba incienso de sándalo. Siglo XV.

Foto: AKG / Album

 

Ver el plano completo de la Ciudad Prohibida.

Ver el plano completo de la Ciudad Prohibida.

 

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La entrada principal. La del Mediodía es la puerta principal del conjunto palacial de la Ciudad Púrpura Prohibida. En este punto, la muralla que rodea el palacio alcanza una altura de trece metros.

Foto: Xiaolei Wu / Alamy / ACI

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La Puerta del Mediodía.

Con casi 40 metros de altura, la Puerta del Mediodía, Wumen en chino, es una imponente construcción que da acceso a la Ciudad Púrpura Prohibida desde el sur. Situado en el eje central del recinto, el edificio es más una torre que una simple puerta, y cuenta con dos brazos laterales derivados de las torres que, un tipo de torre usado para decorar la entrada de palacios, templos y tumbas desde la dinastía Zhou (siglos XI-III a.C.). La parte central mide unos 60 metros de largo y está cubierta por un tejado doble de tejas vidriadas. En cada extremo había dos campanas y tambores; cuando el emperador salía hacia el Altar del Cielo, situado dentro del recinto de la Ciudad Exterior, sonaban las campanas, mientras que los tambores se unían al son de éstas cuando se celebraban las ceremonias más importantes en la Sala de la Armonía Suprema. De las cinco puertas que daban acceso al recinto palacial, la del centro estaba reservada para uso exclusivo del monarca. Tan sólo se hacía una excepción para la emperatriz en el día de su boda y para honrar a los tres participantes de los exámenes nacionales que obtuvieran los mejores resultados. Las proclamaciones del emperador se hacían desde esta puerta.

El río de las aguas de oro. Este canal, llamado Jin Shi He, desempeñaba, entre otras, una función mágica: ofrecer una línea de protección antes de la Puerta de la Armonía.

Foto: Travel Pix / AWI Images

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El río y la Puerta de la Armonía.

Pasada la puerta meridional, se entraba en un patio abierto cruzado de oeste a este por el Río de las Aguas de Oro, quedando del otro lado gran parte del foso y la estructura de la Puerta de la Armonía Imperial. De acuerdo con los principios del feng shui, toda montaña –representada por la puerta monumental– debe estar precedida por un elemento de agua, para lo que se creó un río serpenteante que entra en la ciudad por la zona noroeste y sale por el sureste. A los pies de la Puerta de la Armonía Imperial, el río tiene forma de arco mongol, cruzado por cinco puentes, cada uno de los cuales simboliza una de las cinco virtudes confucianas que se espera de los súbditos del emperador: benevolencia (ren), honestidad (yi), sabiduría (zhi), integridad (xin) y conocimiento del ritual (li). Los cinco puentes simbolizan cinco flechas de estos principios que emanan del poder imperial hacia el mundo. Además de su valor simbólico, el uso de estos puentes estaba ligado a la jerarquía social: el puente central sólo podía cruzarlo el emperador; los dos que lo flanqueaban, la familia real, y los laterales estaban reservados a los oficiales de la corte.

Escaparate imperial. Ante la Sala de la Armonía Suprema, ubicada sobre una triple terraza de mármol, se abre una inmensa plaza que es el mayor espacio al aire libre de toda la Ciudad Púrpura Prohibida.

Foto: Shutterstock

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Las tres salas ceremoniales.

En el centro de la Ciudad Púrpura Prohibida, sobre una terraza de mármol blanco de tres niveles, se alzan los tres edificios más importantes del complejo: la Sala de la Armonía Suprema, la Sala de la Armonía Perfecta y la Sala de la Preservación de la Armonía. Cada una de estas salas, cubiertas todas con tejados de tejas vidriadas amarillas, el color imperial, tenía un trono desde el que el emperador presidía las ceremonias, audiencias y celebraciones. El más importante de estos espacios era la Sala de la Armonía Suprema, donde se alzaba imponente el trono del Dragón. Todo el edificio estaba decorado con imágenes de este animal mitológico, símbolo del emperador. Aquí tenían lugar los eventos mas importantes, mientras que otras actividades, como recibir pleitesía o examinar documentos imperiales, se hacían en la Sala de la Armonía Perfecta, un edificio más pequeño, pero más iluminado. La Sala de la Preservación de la Armonía –nombre que aludía a la función imperial de compartir la armonía bajo el cielo– se usó para que el emperador vistiera las ropas ceremoniales bajo los Ming, mientras que con los Qing fue escenario de banquetes para jefes de Estado, nobles y ministros de alto rango.

El Trono del Dragón. El trono está enteramente tallado en madera de palisandro lacada de amarillo, y se accede a él subiendo siete peldaños. Detrás, un gran biombo de madera esculpida, con cinco paneles articulados, protege al emperador de las influencias maléficas del Norte.

Foto: Shutterstock

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El salón del Trono.

Emplazado en la sala de la Armonía Suprema, el trono del Dragón fue el lugar más importante de la Ciudad Púrpura Prohibida durante los seiscientos años que estuvo en uso.
A lo largo de la historia de China, el dragón se ha usado como símbolo imperial, y ello queda plasmado en la decoración de este trono, con dragones labrados en oro e incrustaciones de piedras preciosas. Cinco de estos dragones aparecen en el respaldo, representando los cinco elementos. Tras ellos se eleva un panel labrado con nueve dragones, símbolo de lo eterno. Justo encima, en un techo intrincadamente decorado, aparece un dragón enroscado que sostiene en sus fauces una gran perla de metal. Conocido como el espejo Xuanyuan, el dragón representa al mítico primer emperador, Qin Shihuang di, erigido en protector del trono, de quien se dice que dejará caer la perla sobre cualquier usurpador. Cuando un emperador, ataviado con ropas ceremoniales decoradas con el emblema del dragón, ocupaba su lugar en el trono, ambos se convertían en el corazón de todo el mundo civilizado. Esta identificación de China como centro del universo se refleja en el propio nombre de China, Zhongguo, que se traduce como País del Centro.

Puerta de la tranquilidad terrestre. Da paso al Jardín Imperial, un amplio espacio lleno de vegetación, con árboles, rocas, macizos de flores, colinas artificiales, pabellones y terrazas; un lugar propicio a la relajación.

Foto: Alamy / ACI

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El jardín imperial.

El jardín imperial se encuentra al norte del complejo palacial y contiene numerosos pabellones de pequeño tamaño dispersos en un jardín artificial de bambús, cipreses y pinos. El jardín fue construido originalmente en el siglo XV bajo el mandato del emperador Yongle para el disfrute del soberano y su esposa, y posteriormente fue extendiéndose hasta ocupar 12.000 metros cuadrados. En el centro del jardín se alza la Sala de la Paz Imperial, un templo taoísta donde los emperadores Ming se ejercitaban en artes como la alquimia o la adivinación. La sala principal estaba dedicada a Zhenwu (también escrito como Xuanwu), un poderoso dios guerrero del taoísmo asociado con el Norte y el agua. Éste es el único templo taoísta emplazado en el eje principal de la Ciudad Prohibida. Durante la dinastía Qing, los emperadores usaban este espacio para venerar a las deidades taoístas durante las celebraciones del año nuevo lunar, así como durante otros festivales. Otro de los edificios destacados es la Pérgola de la Nieve Carmesí, nombre que hace referencia a los árboles que lo rodean (Philadelphus pekinensis), cuyas flores rojizas parecen nieve encarnada al caer. Su belleza fue muy apreciada por los emperadores Kangxi (1662-1722) y Qianlong (1736-1795), quienes frecuentaban el pabellón para componer poemas.

La salida del Palacio Imperial. Detrás del Jardín Imperial se eleva esta monumental puerta que recibe el nombre de Puerta de la Divina Bravura. Se trata de la entrada posterior de la Ciudad Prohibida, que hoy en día se usa como salida principal.

Foto: Shutterstock

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La Puerta de la Divina Bravura.

Construida en 1420, la Puerta de la Divina Bravura es el acceso posterior del palacio y era usada sólo por los trabajadores y por las mujeres que iban a ser presentadas como concubinas al emperador. Junto con los casi cerca de 50.000 eunucos a cargo de salvaguardar la legitimidad de la sucesión imperial, las concubinas eran las otras únicas habitantes del palacio imperial. Las mujeres eran seleccionadas como xiunu (mujeres elegantes), aunque el criterio varió con el tiempo. Durante la dinastía Ming, sólo las casadas, o aquellas con deformidades físicas, estaban exentas de ser elegidas, pero en el siglo XVII los Qing decidieron limitar la selección a mujeres de Manchuria y Mongolia. Las jóvenes, acompañadas de sus padres o familiares, eran llevadas a la puerta de la Divina Bravura para ser inspeccionadas. Menos de cien candidatas pasarían la primera selección. A las elegidas se les enseñaban habilidades como pintura, lectura, escritura, baile y ajedrez, así como buenos modales. Sólo las más destacadas pasaban a servir a la madre del emperador, antes de llegar a ser concubinas imperiales. Ninguna de ellas podía salir de la zona norte del palacio, y aquellas que lograran dar un hijo al emperador se convertían en consortes imperiales.

Este artículo pertenece al número 206 de la revista Historia National Geographic.

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