Entre los miles de inmigrantes que a mediados del siglo XIX partieron de Gran Bretaña a Estados Unidos en busca de fortuna se hallaba un escocés llamado Allan Pinkerton. Nacido en un suburbio de Glasgow famoso por sus burdeles, a los ocho años dejó el colegio y aprendió el oficio de tonelero. Pronto se implicó en el cartismo, el primer movimiento obrero organizado del siglo XIX. Cuando la policía británica puso precio a su cabeza decidió emigrar con su esposa a Estados Unidos.
Pinkerton se estableció en Dundee, cerca de Chicago, donde abrió un taller de tonelería para abastecer a las granjas de la zona. Pero en 1847 un incidente cambió el curso de su vida. Mientras recogía madera en el río Fox descubrió a unos bandoleros a los que ayudó a detener. Poco después, sus paisanos acudieron a él para que atrapara a un estafador que pasaba billetes falsos. Pinkerton montó una trampa y lo pilló con las manos en la masa.
A la vista de sus aptitudes, en 1848 el sheriff del condado contrató a Pinkerton. Tras un año en que siguió trabajando a la vez de tonelero,Pinkerton se incorporó a la policía de Chicago como su único detective. No tardó en adquirir buena fama por su inteligencia y por sus buenos puños. También por su honradez, lo que lo llevó a enfrentarse a las autoridades locales en un período marcado por la corrupción. Harto de presiones políticas, Pinkerton acabó dimitiendo de su puesto en la policía.
Cronología
De Escocia a Estados Unidos
1842
Allan Pinkerton y su esposa se establecen en Estados Unidos tras huir de Escocia por causas políticas.
1848
Empieza a trabajar como ayudante de sheriff tras colaborar en la captura de unos forajidos y de un falsificador.
1849
El alcalde de Chicago lo contrata como primer y único detective del departamento de Policía de la ciudad.
1850
Funda una agencia de investigación que dos años después se llamará Agencia Nacional de Detectives de Pinkerton.
1874
Para recuperarse de un derrame cerebral empieza a escribir una serie de libros en los que narra casos de la agencia.
Aventura en solitario
El administrador de Correos de Chicago lo contrató entonces para que investigara un caso en sus oficinas: la desaparición de cartas con cheques bancarios por valor de miles de dólares. Ocultando su identidad, Pinkerton empezó a trabajar como auxiliar en la oficina principal, y no tardó en descubrir que quien robaba los cheques era uno de sus compañeros. El asunto se envenenó porque el culpable era sobrino del administrador que lo había contratado, y éste hizo todo lo posible por tapar el caso. El íntegro Pinkerton lo denunció ante la dirección de la compañía.
Con la nueva fama que le deparó este caso, Pinkerton decidió establecerse por su cuenta como detective privado. Este oficio, creado en Francia a principios de siglo, estaba en plena expansión en Estados Unidos. En la década de 1840 se fundaron al menos tres agencias en Nueva York y San Luis. Los detectives trabajaban para la burguesía, resolviendo discretamente problemas familiares, así comopara compañías aseguradoras, bancos y empresas comerciales en casos de fraude, de empleados infieles y de competencia desleal.
Para iniciar su aventura, Pinkerton necesitaba capital y contactos en empresas y bufetes, que serían sus principales clientes. Por eso se asoció con un abogado bien relacionado, Edward Ruckel, para fundar la agencia North-Western Police Agency, aunque para aprovechar la fama del detective se anunciaba como Pinkerton & Co. La sociedad duró un año.Hacia 1852, Allan se unió a su hermano Robert para crear la Agencia Nacional de Detectives de Pinkerton.

Emblema de la agencia de detectives Pinkerton.
Emblema de la agencia de detectives Pinkerton.
Foto: AKG / Album
La agencia suscribió un contrato con las seis compañías de ferrocarril más importantes del Medio Oeste para vigilar sus vagones y estaciones. Además, Correos mantuvo el contrato con Allan y lo amplió para que investigara robos y sustracciones en vehículos postales y estafetas. Pinkerton se señaló por introducir técnicas científicas tanto en los escenarios del crimen como en el laboratorio. Y creó, además, el primer archivo de identificación de delincuentes –la «galería de pícaros»– con sus fotografías y su descripción física.
Gracias a su talento y a su poder de convicción, Kate Warne se convirtió en la primera mujer detective de la historia
Para llevar a cabo sus múltiples investigaciones, los hermanos Pinkerton formaron un equipo de agentes. En contra de lo que era habitual en otras agencias, no contrataron a antiguos delincuentes para el trabajo de calle, sino a agentes honrados, con capacidad analítica y dotes para interpretar cualquier papel en distintos ambientes. Uno de sus agentes más destacados fue una mujer, Kate Warne, una joven viuda de Nueva York que en 1856 se presentó en el despacho de Pinkerton respondiendo a un anuncio de empleo. «Le dije que no se contrataba a mujeres para aquel trabajo –escribió el detective–, pero fue muy convincente. Me dijo que las mujeres son excelentes observadoras, pueden ganarse la confianza de las esposas de los delincuentes y los hombres sueltan la lengua cuando una muchacha los anima». Kate Warne se convirtió así en la primera mujer detective de la historia. En poco tiempo se la consideró la mejor especialista del país en delitos de cuello blanco y pasó a dirigir la nueva unidad femenina de la agencia, conocida como «las Pinks».
El salvador de Lincoln
El caso que cimentó la fama de la agencia Pinkerton fue el complot para asesinar a Abraham Lincoln en Baltimore, en febrero de 1861, justo antes de que tomara posesión como presidente electo y de que estallara la guerra de Secesión. Todo partió de una investigación sobre sabotajes en la línea ferroviaria Filadelfia-Baltimore. Allan Pinkerton viajó a esta última ciudad para infiltrarse entre los partidarios de la secesión del Sur. Entre los agentes que lo acompañaron estaba Kate Warne, que sedujo a varios políticos usando dos identidades: la coqueta Mrs. Cherry y la modosa Mrs. Barley. Al final averiguaron que un grupo pretendía asesinar al presidente en el tren. Pinkerton consiguió que Lincoln se disfrazase y se ocultase entre el pasaje, sin sufrir mayores contratiempos.
Pinkerton animaba a estar siempre alerta, de ahí el emblema de la agencia: un ojo abierto
Comentando aquel incidente,los agentes destacaron la importancia de estar siempre alerta; de ahí surgió el logo de la compañía, un ojo abierto con el lema We never sleep («Nunca dormimos»), del que proviene el sobrenombre de la profesión en Estados Unidos: private eye, ojo privado.
Allan Pinkerton fue un abolicionista militante. Su casa en Chicago era una de las paradas del «ferrocarril subterráneo» por el que miles de esclavos huyeron del Sur hacia la libertad. Cuando estalló la guerra civil, en abril de 1861, Pinkerton se alistó en el ejército de la Unión como jefe de una división de inteligencia, responsable de la captura de espías confederados y de la infiltración de agentes propios tras las líneas enemigas; se le asignó el nombre en clave de «comandante E. J. Allen». De forma exagerada se atribuye a Pinkerton la fundación del Servicio Secreto de Estados Unidos, que fue creado cuando él ya no se hallaba en activo. En todo caso, es probable que Lincoln no hubiera muerto asesinado el 15 de abril de 1865 si Pinkerton se hubiera ocupado de la seguridad presidencial.

William Pinkerton en un despacho de la agencia Pinkerton, con un retrato de su padre colgado en la pared, a la derecha. 1904.
William Pinkerton en un despacho de la agencia Pinkerton, con un retrato de su padre colgado en la pared, a la derecha. 1904.
Foto: Alamy / ACI
La leyenda negra
En la posguerra se multiplicaron las bandas de forajidos, muchos de ellos veteranos del derrotado ejército confederado, que asaltaban bancos, trenes y furgones blindados. Para hacerles frente, las asociaciones de banca, ferrocarriles y transporte de valores contrataron a la agencia Pinkerton, que respondió con éxitos notables.Sus agentes eran tan implacables en la persecución de los delincuentes que la opinión pública empezó a cuestionar sus métodos. Surgió así la leyenda negra de la agencia.
La tensión acumulada durante la guerra, la intensa actividad de la posguerra, las muertes de su hija Isabella y de colaboradores y amigos íntimos pasaron factura a la salud de Allan Pinkerton. En 1869 sufrió un derrame cerebral y empezó a ceder el control de la compañía a sus hijos William y Robert, mientras él se dedicaba a escribir libros sobre su vida como detective. Cuando murió, en 1884, se había convertido en una leyenda.
---
El sombrero que le salvó la vida
Tras huir de Escocia, Allan Pinkerton y su esposa llegaron a Montreal, en Canadá, donde compraron pasajes para viajar en barco a Chicago a través del lago Michigan. Sin embargo, Joan había encargado un sombrero muy caro que iban a entregarle después de la fecha de embarque, por lo que tuvieron que aplazar el viaje. Ese capricho les salvó la vida, pues el vapor en el que iban a embarcar se hundió y murieron casi todos los pasajeros. Al final se establecieron en Dundee, a unos 40 kilómetros de Chicago, una localidad agrícola cuyos habitantes eran en su mayoría escoceses.
---
Capturado
Mediante artimañas más que por la violencia, James Dunlap robó a los bancos estadounidenses más de tres millones de dólares, una fortuna para la época. Tras un atraco, la agencia Pinkerton lo detuvo en 1875.

Foto de la ficha de James Dunlap en los archivos de la Agencia Pinkerton.
Foto de la ficha de James Dunlap en los archivos de la Agencia Pinkerton.
Foto: Alamy / ACI
---
El trabajo sucio
En la década de 1890, la agencia de detectives Pinkerton llegó a contar con más de 2.000 agentes uniformados y 30.000 reservistas, número que superaba el de miembros del mismísimo ejército de Estados Unidos. La agencia fue acusada de participar en la guerra sucia contra los sindicatos en varias huelgas mineras, en especial bajo la dirección de los hermanos Robert y William Pinkerton. En 1893, el Congreso de Estados Unidos intentó frenar su creciente poder aprobando la llamada Ley Anti-Pinkerton, por la que se prohibió al Gobierno contratar a empleados de la agencia Pinkerton u otras similares.

Grupo de mineros que vuelven de su trabajo escoltados por agentes de Pinkerton. Grabado.
Grupo de mineros que vuelven de su trabajo escoltados por agentes de Pinkerton. Grabado.
Foto: Alamy / ACI
Este artículo pertenece al número 226 de la revista Historia National Geographic.