Visita arqueológica desde casa

Visita virtual a la ciudad prehispánica de Tingambato

Investigadores mexicanos e internacionales han recreado virtualmente este yacimiento de Michoacán, cuya época de máximo esplendor fue en el siglo VI d.C.

Tingambato estuvo habitada desde principios de nuestra era hasta el año 900 d.C..

Tingambato estuvo habitada desde principios de nuestra era hasta el año 900 d.C..

Arqueólogos y técnicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), en colaboracón con otros centros académicos mexicanos entre los que destacan la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), los laboratorios del Museo del Templo Mayor (MTM), la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y las universidades de Estrasburgo y de Auckland, han recreado virtualmente una antigua ciudad prehispánica de hace 1.500 años. Se trata de Tingambato, un yacimiento que se ubica en el estado mexicano de Michoacán. La recreación, que ha podido ver la luz gracias al uso de drones, cámaras de alta resolución e instrumentos de Lidar, puede verse íntegramente en el portal de la Mediateca del INAH y ofrece una visita a la antigua ciudad tal como era en su época de máximo esplendor.

El recuerdo de Teotihuacán

Según el arqueólogo José Luis Punzo Díaz, Tingambato estuvo habitada durante nueve siglos, desde principios de nuestra era hasta el año 900 d.C., pero su etapa de auge se dio durante la segunda mitad de su ocupación. Al parecer, este florecimiento coincidió con el declive de la gran urbe de Teotihuacán, en el valle de México, concretamente después del gran incendio de la Calzada de los Muertos de esta ciudad, que se produjo hacia 570 d.C., un acontecimiento que parece que marcó el declive de la metrópolis. Según los investigadores, muchos de sus pobladores regresaron entonces a sus lugares de origen, como Tingambato. Una vez allí, decidieron construir sus edificios de un modo que les recordase el esplendor de la antigua capital, como las fachadas en forma de talud-tablero, una estructura también usada en la construcción de pirámides.

Tingambato estuvo habitada durante nueve siglos, pero su etapa de auge se dio durante la segunda mitad de su ocupación.

Entierros de la élite

Las excavaciones en Tingambato se iniciaron en la década de 1970, lideradas por los arqueólogos Román Piña Chan y Kuniaki Ohi, que descubrieron una cancha de juego de pelota, y en 1979, un entierro colectivo con los restos de más de cien personas y que se bautizó como Tumba I.

Desde 2013, los trabajos en el yacimiento están dirigidos por José Luis Punzo Díaz, quien afirma que el recorrido virtual que se está preparando por este enterramiento permitirá al visitante descubrir cómo era la Tumba I cuando fue descubierta. Para realizar esta reconstrucción, ha sido imprescindible la colaboración de la familia de Kuniaki Ohi, que amablemente facilitó los planos, apuntes y dibujos que el arqueólogo japonés realizó capa por capa durante la excavación.

Se está preparando un recorrido virtual pro la Tumba I, que permitirá al visitante descubrir cómo era la sepultura cuando fue descubierta.

En 2012 se descubrió otro interesante enterramiento en Tingambato, la llamada Tumba II, que contenía los restos de un solo individuo, una mujer joven de entre 15 y 29 años, con deformación craneal, y que estaba acompañada de un rico ajuar funerario compuesto por 19.428 elementos de piedra y conchas (muchos de estos objetos eran importados). Su reconstrucción virtual, que aún está en marcha y que cuenta con la colaboración del arqueólogo Alejandro Valdés, tiene el objetivo, en palabras del investigador, de "traer a la vida, o quizá al momento de su muerte, a la joven de alto estatus que se localizó en ella".

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