El Museo Quai Branly de París acoge hasta el 8 de febrero de 2015 la exposición Mayas, la revelación de un tiempo sin fin, producida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), que reúne casi 400 obras maestras procedentes de varias regiones de México y de diferentes períodos. La muestra descubre la vida diaria de los mayas, su organización política y su religión. Destaca la presentación de máscaras de jade utilizadas durante los ritos funerarios. El culto a las fuerzas sagradas constituía una prioridad para las comunidades, como ha quedado reflejado en el tamaño que ocupaban los centros ceremoniales en las ciudades. Todos los rituales incluían fases de purificación, abstinencia sexual, privación de sueño y autosacrificio. Una vez completados estos preliminares, una amplia variedad de rituales se celebraba en público, como por ejemplo las plegarias, el uso de incienso, el canto, el baile y las procesiones. Se preparaban comidas y bebidas especiales y se celebraban sacrificios humanos y animales, a pesar de que éstos eran considerados hermanos del hombre y manifestaciones de lo divino. El visitante descubrirá una gran variedad de cerámica policromada, imágenes de índole astronómica y figuras humanas: nobles, guerreros y miembros de la élite, prisioneros y madres con sus hijos. También podrá ver representaciones de dioses, animales y seres del inframundo; estelas, discos esculpidos, columnas, retratos en estuco, junto con hachas rituales, collares, pectorales y otros ornamentos de jade, máscaras, cuchillos de obsidiana, flautas y tambores...
, explica María Teresa Franco, directora del INAH.