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Una sepultura de la Edad del Bronce, de unos 4.000 años de antigüedad, ha salido a la luz cerca de Stonehenge gracias a las artes excavatorias... de un tejón. En su afán por escarbar, el animal blanquinegro dejó al descubierto varios fragmentos de cerámica, pertenecientes a una urna funeraria, en unos terrenos del Ministerio de Defensa británico en Netheravon, a unos ocho kilómetros al norte de Stonehenge, en Inglaterra, según explica a este medio el arqueólogo Richard Osgood. "Hay madrigueras de tejón en bastantes monumentos catalogados. Los hábitos de los animales excavadores son un riesgo para la arqueología en Gran Bretaña, pero sacar de un agujero objetos de tal calidad es algo inusual", afirma Osgood, quien trabaja en la Organización de Infraestructuras del Ministerio de Defensa.
Material de arquería
La tumba de incineración contenía objetos excepcionales, fechados en el 2200-2000 a.C., entre ellos restos humanos cremados, un protector de muñeca para el tiro con arco, un cincel de cobre y una sierra de bronce. Los expertos creen que pertenecieron a un arquero o a una persona que construía equipos de arquería. "No hubiéramos sabido que esos objetos se encontraban ahí, así que me siento bastante agradecido de que el tejón hiciera esto... Pero probablemente hubiera sido mejor que esas cosas se quedaran dentro del monumento, donde han permanecido durante 4.000 años", expresa Osgood. Los artefactos hallados se expondrán en el Museo de Wiltshire, en Devizes, a finales de este año. En 2012 ocurrió un caso similar: un tejón dejó al descubierto unas tumbas eslavas del siglo XII al noreste de Alemania. También contenían armas.