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En 1982, el arqueólogo submarino Çemal Pulak, del Instituto de Arqueología Náutica (INA) de la Universidad de Texas A&M, había escuchado algunos rumores. Al parecer, un buceador de esponjas turco llamado Mehmet Çakir había encontrado en el cabo de Uluburun, situado al sur de Turquía, unos singulares objetos a los que había definido como "galletas con orejas". Pulak se dio cuenta de que la curiosa descripción de Çakir se correspondía exactamente con la forma que tenían los lingotes, sobre todo de cobre (aunque también de estaño y otros metales), de la Edad del Bronce (1450-1200 a.C.), por lo que el arqueólogo decidió dar con el que prometía ser un fabuloso hallazgo durante la campaña arqueológica de 1983. Y tuvo éxito, puesto que logró localizar el barco que transportaba aquellos increíbles lingotes conocidos como "piel de buey".
El pecio se hallaba entre 41 y 61 metros de profundidad, lo que dificultaba enormemente los trabajos ya que el oxígeno que podían cargar las bombonas reducía el tiempo de inmersión a unos treinta o cuarenta minutos. A pesar de las dificultades, las primeras investigaciones sobre el terreno hacían suponer que realmente se trataba de un barco del siglo XIV a.C., ya que entre los restos del naufragio se descubrió, efectivamente, el tipo de lingote que había descrito Çakir. Y es que el Mediterráneo oriental era un hervidero de actividad en aquella lejana época. Micénicos y cananeos surcaban los mares siguiendo las rutas comerciales que conectaban las grandes potencias de la época: Egipto, Mesopotamia y el Imperio hitita.

Mapa que muestra la ruta del estaño desde la minas de Uzbekistán hasta su destino final en las bodegas del barco de Uluburun.
Mapa que muestra la ruta del estaño desde la minas de Uzbekistán hasta su destino final en las bodegas del barco de Uluburun.
Mapa: Michael Frachetti
Una red comercial insospechada
Pero el Uluburun no solo transportaba cobre. También llevaba a bordo una buena cantidad de estaño, un metal imprescindible para conseguir el preciado bronce (que es una aleación de bronce y estaño). Aunque su procedencia intrigaba a los investigadores. Ahora, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington y que ha sido publicado en la revista Science Advances ha comparado el estaño encontrado en el lugar del naufragio del Uluburun con muestras de este metal procedentes de pequeñas comunidades de pastores situadas en las tierras altas del actual Uzbekistán. El equipo aplicó un análisis geoquímico al estaño y este reveló que un tercio del metal del Uluburun procedía de una mina prehistórica situada en Uzbekistán, a más de 3.200 kilómetros de distancia de donde el barco naufragó junto a su carga.
Un tercio del estaño que transportaba el uluburun procedía de una mina prehistórica situada en Uzbekistán.

Uno de los buzos durante los trabajos de extracción de lingotes del naufragio del Uluburun.
Uno de los buzos durante los trabajos de extracción de lingotes del naufragio del Uluburun.
Foto: Cemal Pulak/Universidad A&M (Texas)
Michael Frachetti, profesor de Arqueología en Artes y Ciencias de la Universidad de Washington, ha asegurado que "parece que estos mineros locales tenían acceso a vastas redes internacionales y, a través del comercio terrestre y otras formas de conectividad, pudieron llevar esta valiosa mercancía hasta el Mediterráneo. Es bastante sorprendente saber que un sistema de comercio culturalmente diverso, multirregional y multivector sustentaba el intercambio de estaño en Eurasia durante la Edad del Bronce Final". Y sugiere un ejemplo actual: "Para ponerlo en perspectiva, esto sería el equivalente comercial de todo Estados Unidos abasteciendo sus necesidades energéticas de pequeñas plataformas petroleras en el centro de Kansas".
El origen del estaño al descubierto
Cuando se descubrió el naufragio del Uluburun, los expertos estaban desconcertados ya que no conocían la procedencia de los metales que el barco llevaba a bordo. Sin embargo, en la década de 1990 surgió la idea de utilizar isótopos de estaño para averiguar el origen del estaño que contenían los objetos antiguos. Si bien los resultados no fueron concluyentes, los avances realizados en los últimos años han permitido a los científicos comenzar a rastrear objetos de estaño hasta sus lugares de origen a través de sus composiciones químicas únicas.
En la década de 1990 surgió la idea de utilizar isótopos de estaño para averiguar la procedencia del estaño de los objetos antiguos.

Lingote de cobre procedente del naufragio del Uluburun, en las costas de Turquía.
Lingote de cobre procedente del naufragio del Uluburun, en las costas de Turquía.
Foto: Martin Bahman (CC BY-SA)
De este modo, los hallazgos conseguidos por la investigación actual han resuelto algunos encendidos debates sobre el origen del metal que transportaba el Uluburun y el intercambio de estaño en Eurasia durante la Edad del Bronce Final. Pero aún quedan muchas cosas por averiguar. Después de extraer los metales, estos se procesaban y fundían de formas estandarizadas, un modo de que los comerciantes supieran cuál era su procedencia.
Asimismo, los investigadores también han estudiado la procedencia de la forma de "piel de buey" de los lingotes, que hasta ahora se creía que tenía su origen en Chipre. Sin embargo, los nuevos hallazgos sugieren que esta singular forma podría haberse originado bastante más al este.