El Proyecto Djehuty, un proyecto arqueológico liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), bajo la dirección del egiptólogo José Manuel Galán, ha llevado a cabo un importante descubrimiento durante su última campaña de excavaciones (la número 19), durante los meses de enero y febrero de 2020, en la colina de Dra Abu el-Naga, en Luxor (antigua Tebas): un ataúd antropomorfo de la dinastía XVII.
Una momia femenina
El sarcófago, de madera de sicomoro pintada de blanco, ha sido localizado a pocos metros del patio de entrada a la tumba-capilla de Djehuty (un alto personaje que fue supervisor del Tesoro y de los trabajos artesanos durante el reinado de la reina Hatshepsut, y que da nombre al proyecto), junto a una pequeña capilla de adobe datada en el año 1600 a.C. El ataúd fue tallado en un solo tronco y mide 1,75 de alto por 0,33 de ancho. Según piensan los investigadores, fue abandonado allí por antiguos saqueadores de tumbas, aunque por algún motivo fue depositado "con cierto cuidado y sin abrir".
Cuando los arqueólogos procedieron a su apertura descubrieron que en su interior descansaba una momia femenina, de unos 15 o 16 años y de 1,59 m de altura, que conservaba todo su ajuar funerario: dos pendientes, dos anillos y cuatro collares, uno de ellos de gran valor. Los pendientes y los anillos pudieron ser localizados tras realizar a la momia una radiografía aún dentro del sarcófago. Uno de los anillos es de hueso y el otro, de vidrio azul, con un engarce y un cordel alrededor del dedo. Sobre el pecho se habían dispuesto cuatro collares de entre 61 y 70 centímetros de longitud. Dos de ellos están hechos con cuentas de fayenza (un tipo de cerámica artesanal con acabado vidrioso) en distintos tonos de azul. El tercero combina cuentas de fayenza con cuentas verdes de vidrio.
En el interior del sarcófago descansaba una momia femenina, de unos 15 o 16 años y de 1,59 m de altura, que conservaba todo su ajuar funerario.
"El cuarto [collar] es el más elaborado y valioso, pues está formado por 74 piezas de distintas formas talladas en amatista, cornalina y otras piedras semipreciosas que todavía no han sido identificadas, además de vidrio, y siete amuletos de fayenza. Un halcón de ámbar, representando al dios Horus, parece haber sido la figura central, flanqueado por dos escarabeos (amuletos egipcios en forma de escarabajo pelotero). Sorprende la riqueza del ajuar para una persona tan joven y con un ataúd relativamente modesto", destaca José Manuel Galán.
En esta zona de la necrópolis de Dra Abu el Naga se enterraron al menos tres faraones de la dinastía XVII y, junto a ellos, algunos miembros de sus familias y altos funcionarios. Según Galán, "en el yacimiento se ha hallado hasta la fecha una docena de ataúdes dejados sobre el suelo sin protección alguna, algo inusual. Además, el porcentaje de enterramientos infantiles y mujeres es también más elevado que en otras partes de la necrópolis".
Un pequeño sarcófago de barro
Al otro lado de la capilla de adobe se ha localizado un pequeño ataúd de barro, de 22 centímetros de largo por 15 de ancho, que todavía conservaba anudada la cuerda con la que se había cerrado. En su interior había una figurilla funeraria de madera (shabti o ushebti) envuelta en cuatro vendas de lino anudadas por el cuello y los tobillos. Las cuatro telas son diferentes y en una de ellas, una inscripción en hierático identifica al propietario como "El Osiris, Djehuty". Esa misma etiqueta se escribió en vertical en la parte delantera del cuerpo de la figurilla momiforme.
Al otro lado de la capilla de adobe se ha localizado un pequeño ataúd de barro, de 22 cm de largo por 15 de ancho en cuyo interior había una figurilla funeraria.
Según explica Galán, "Djehuty era un nombre relativamente popular entre 1600 y 1400 a. C. En este caso, la datación debe situarse en torno al año 1600 a. C., es decir, más de cien años antes de la existencia del personaje que da nombre al proyecto y que se hizo enterrar en una gran tumba no muy lejos del lugar de hallazgo del pequeño ataúd y su momia en miniatura. La tumba o la capilla a la que debe asociarse este último es todavía una incógnita", añade.
Las 19 campañas de excavaciones que Galán y su equipo han llevado a cabo en Dra Abu el Naga hasta la fecha han dado numerosos frutos, como el descubrimiento del ataúd del arquero Iqer (en torno al año 2000 a. C.), enterrado con sus arcos, flechas y bastones de mando; el ataúd alado de Neb (1600 a. C.); la cámara sepulcral del propio Djehuty, decorada por completo con pasajes del Libro de los muertos (1470 a. C.); la denominada Tabla del Aprendiz, una especie de pizarra de escuela de esa misma época usada para aprender a manejar el pincel escribiendo y dibujando, o los cincuenta ramos de flores datados en el año 1000 a. C.
La campaña de excavación de 2020 ha contado con el apoyo financiero del Ministerio de Cultura y Deporte, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y con el patrocinio de Técnicas Reunidas, la Fundación Palarq y casi trescientos mecenas privados.