Una tumba micénica monumental sale a la luz en Grecia

La tumba 2 de Prosilio fue tallada en la roca en el siglo XIV a.C. y es una de las más grandes de este tipo jamás descubiertas en Grecia

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Foto: Yannis Galanakis, courtesy of the Prosilio Excavation Project

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Fachada monumental

Fachada monumental de 5,4 metros de profundidad con el stomion o entrada a la cámara funeraria.

Foto: Yannis Galanakis, courtesy of the Prosilio Excavation Project

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Piezas para controlar un caballo

Dos bocados (parte de la brida que se introduce en la boca del caballo para dirigirlo) hallados en la tumba.

Foto: Yannis Galanakis, courtesy of the Prosilio Excavation Project

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Pasillo subterráneo

Las excavaciones arqueológicas del verano de 2017 han revelado un pasillo subterráneo de 20 metros de longitud que conduce a la tumba.

Foto: Yannis Galanakis, courtesy of the Prosilio Excavation Project

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Kílix vidriado

Un kílix de cerámica estañada, utilizado como una copa para beber.

Foto: Yannis Galanakis, courtesy of the Prosilio Excavation Project

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Vasija cerámica

Vasija de arcilla utilizada para almacenar aceites aromáticos.

Foto: Yannis Galanakis, courtesy of the Prosilio Excavation Project

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Restos humanos

Excavación de los restos humanos de la tumba 2 de Prosilio.

Foto: Yannis Galanakis, courtesy of the Prosilio Excavation Project

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Oculta bajo tierra

Pasillo subterráneo que conduce a la cámara funeraria, oculta bajo tierra desde mediados del siglo XIV a.C.

Una tumba micénica monumental ha sido descubierta este verano en Prosilio, cerca de Orcómeno, en la región de Beocia, en Grecia. La tumba 2 de Prosilio, como ha sido designada, está excavada en la roca y es una de las más grandes de este tipo jamás descubiertas en Grecia. Un pasillo subterráneo de 20 metros de longitud conduce a una fachada monumental de 5,4 metros de profundidad y, a través del stomion o entrada, se accede a una cámara funeraria de 42 m², que es la novena más grande de las aproximadamente 4.000 tumbas micénicas excavadas en Grecia en los últimos 150 años, según informan el Ministerio de Cultura de Grecia, la Escuela Británica de Atenas y la Universidad de Cambridge, que han participado en las excavaciones arqueológicas.

El techo de la tumba originalmente era a dos aguas y tenía una altura de unos 3,5 metros, pero comenzó a desprenderse a lo largo de los años, formándose así un interior cavernoso de 6,5 metros de altura. El desprendimiento del techo original sin embargo ayudó a conservar el entierro y su ajuar funerario, ocultos bajo tierra desde mediados del siglo XIV a.C., cuando se construyó la tumba de forma rectangular, con bancos tallados en la roca en cada uno de sus lados.

El desprendimiento del techo original contribuyó a conservar el entierro y su ajuar funerario

Los arqueólogos han comprobado que se trata de una tumba individual, perteneciente a un hombre de entre 40 y 50 años de edad, que fue enterrado junto a diversos objetos: vasijas de cerámica vidriada de diferentes tamaños, dos bocados (parte de la brida que se introduce en la boca del caballo para dirigirlo), flechas, alfileres, joyería de diferentes materiales, peines, un sello de piedra y un anillo con un sello.

No se ha encontrado ninguna inscripción, pero los investigadores creen que el difunto probablemente perteneció a las altas esferas de la antigua Orcómeno, un importante centro de la civilización micénica que controlaba el norte de Beocia y que estaba situado a unos 3,5 kilómetros de distancia de la tumba.