El Siglo de Oro holandés es un término que se utiliza para definir el período histórico durante el cual se produjo la transformación de los Países Bajos en una gran potencia europea. En ese momento florecieron el comercio, la ciencia y la cultura. De la misma manera, la pintura barroca flamenca tuvo un gran auge, sobre todo desde 1585, cuando los Países Bajos españoles sufrieron la secesión de las provincias del norte, hasta aproximadamente 1700, justo cuando acabó la autoridad de los Habsburgo en el territorio tras la muerte del rey Carlos II.
Grandes artistas como Rembrandt o Johannes van der Beeck son algunos de sus más conocidos representantes. Pero tanto a ellos como a otros muchos pintores debemos la creación de un característico y peculiar estilo pictórico, único en su género, que surgió precisamente durante este período y que estuvo marcado por la representación de personajes, en la mayoría de los casos anónimos, que muestran una gestualidad y una expresión facial sumamente exageradas.
Estos retratos, conocidos como tronies, no pretendían ser tales, sino que en realidad lo que buscaban era ser un estudio de la expresión, algo que hacía hincapié en el aspecto fisionómico de figuras que el artista consideraba que tenían una personalidad interesante o peculiar, o que eran muy "retratables", como en el caso de un anciano, una mujer joven, un soldado o alguien perteneciente a otra raza.

La joven de la perla. Johannes Vermeer. 1665. Colección Mauritshuis, La Haya.
La joven de la perla. Johannes Vermeer. 1665. Colección Mauritshuis, La Haya.
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Los pintores de rostros
El término tronie no tiene una definición muy exacta. En realidad, tronie es un galicismo que viene de trogne, que es la palabra que en el holandés que se hablaba entre los siglos XIII y XVI (predecesor del holandés moderno) se usaba para referirse al rostro de una persona. Aunque, en realidad, este tipo de arte, que no se hacía por encargo, no representa propiamente un retrato, ya que el objetivo no era reproducir el rostro de un personaje.
El término tronie es un galicismo que en el holandés de los siglos XIII-XVI se usaba para referirse al rostro de alguien.

Niño con capa y turbante. Obra de Jan Lievens. 1631. Leiden Collection.
Niño con capa y turbante. Obra de Jan Lievens. 1631. Leiden Collection.
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De hecho, los tronies constituían una suerte de ensayos artísticos encaminados a captar efectos lumínicos, claroscuros, tonos cromáticos... pero, sobre todo, gestos forzados. En ese tipo de obras, el artista, en un alarde de maestría, mostraba su capacidad para reflejar, a través de muecas y expresiones histriónicas de los protagonistas de sus obras, conceptos abstractos como la fuerza, la sabiduría, la locura e incluso la piedad. A menudo, en este tipo de representaciones se plasmaba tan solo la cabeza del personaje, aunque en casos excepcionales el artista podía pintar también un busto o el cuerpo entero.
Personajes curiosos de la sociedad
En realidad, los tronies también pueden ser considerados bocetos de cuadros de mayor tamaño, puesto que sus pinceladas son menos precisas, muy similares a las realizadas por los pintores impresionistas posteriores. En cuanto a su temática, esta es, a menudo, de corte histórico. Aunque también había artistas que se especializaban en mostrar algunas características concretas.
Por ejemplo, el artista flamenco Frans Floris de Vriendt ya en el siglo XVI era conocido por sus pinturas de cabezas como Retrato de una mujer de 35 años o Retrato de un hombre de 48 años. De hecho, los típicos cuadros de cabezas pintados por Floris acabaron por convertirse en un sello de identidad del artista a partir del año 1562, y muchas de sus obras han acabado siendo consideradas por los especialistas como obras de arte por derecho propio.
Los típicos cuadros de cabezas realizados por Floris acabaron por convertirse en un sello de identidad del artista en 1562.

Estudio de la cabeza de una mujer. Frans Floris.1555. Museo de Historia del Arte, Viena.
Estudio de la cabeza de una mujer. Frans Floris.1555. Museo de Historia del Arte, Viena.
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Sin embargo, como se ha apuntado antes, otra de las características de este tipo de arte es el historicismo, que consistía en vestir a los personajes con atuendos que no eran propios de su época, vestimentas de corte exótico, o incluso la representación de personajes mitológico o bíblicos. Pero algunas obras trascendieron su objetivo principal para convertirse en curiosas obras de arte, como por ejemplo El fumador, de Joos van Craesbeeck, o El bebedor alegre, de Frans Hals.
Arte independiente
En el siglo XVII, el tronie se convirtió en una forma de arte independiente en muchas ciudades de Holanda, como Leiden y Haarlem, sobre todo a partir de la década de 1620. Por ejemplo, el pintor Jan Lievens, responsable de la producción de tronies en la ciudad de Leiden, limitó sus representaciones tan solo a la cabeza o a un busto del personaje, inspirándose en maestros de la talla de Rubens y Van Dyck.
En el siglo XVII, el tronie se convirtió en una forma de arte independiente en muchas ciudades de Holanda.

El bebedor alegre. Cuadro pintado por el artista holandés Frans Hals en el año 1628. Rijksmuseum, Ámsterdam.
El bebedor alegre. Cuadro pintado por el artista holandés Frans Hals en el año 1628. Rijksmuseum, Ámsterdam.
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Un trago amargo. Cuadro del artista flamenco Adriaen Brower. 1636. Städelsches Kunstinstitut und Städtische Galerie, Fráncfort.
Un trago amargo. Cuadro del artista flamenco Adriaen Brower. 1636. Städelsches Kunstinstitut und Städtische Galerie, Fráncfort.
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Asimismo, la concepción del tronie como parte de una obra mucho más grande se la debemos al anteriormente mencionado pintor holandés Frans Hals, de Haarlem, cuya obra más conocida es La Gitana. Aunque no fue el único que se dedicó a este género en la ciudad. En Haarlem también descollaron otros artistas que hicieron del tronie su principal activo, como Pieter de Grebber, Adriaen van Ostade y Franchoys Elaut.
Durante la segunda mitad del siglo XVII la pintura de tronies había entrado en decadencia, y es al artista Michael Sweerts a quien se le atribuye una cierta revitalización de este estilo. Se cree que pudo influir en las obras de artistas como David Teniers el Joven o el propio Johannes Vermeer. La obra del famoso artista de Delft no destaca por sus muchos tronies, aunque la que tal vez es su obra más emblemática sí que lo es: La joven de la perla.