Trajano ha pasado a la historia como uno de los mejores emperadores de Roma. Pero el conquistador de los dacios no nació en Roma, sino que fue el primer emperador romano de origen "extranjero", no solo porque vio la luz en Hispania, concretamente en la ciudad de Itálica (cerca de la actual Sevilla), en la provincia de la Bética, sino porque su familia era de ascendencia indígena; su caso fue típico del ascenso que en el siglo I d.C. vivieron los provinciales en el Imperio. Aunque no todo fue fácil. Su carrera hasta la púrpura imperial pasó por diversas etapas.
Una fuente del siglo IV cuenta que Trajano era "natural de una ciudad turdetana", aunque no especifica cuál. Así, los historiadores han intentado desentrañar el enigma. Algunos han sugerido que esa misteriosa localidad podía ser Tuder, en Italia, pero la prestigiosa historiadora Alicia Canto cree que en realidad la fuente alude a la región de Turdetania,en la Andalucía occidental. Además, según los historiadores romanos Dion Casio y Herodiano, Trajano era un alloethnés y un externus: es decir, un hombre de otra raza y un extranjero.

Busto de Trajano luciendo la corona cívica. Gliptoteca de Múnich.
Busto de Trajano luciendo la corona cívica. Gliptoteca de Múnich.
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Los orígenes del emperador
De este modo, se cree que el linaje turdetano de los Trahii, o Traii, se integró en la ciudad de Itálica, cerca de la actual Sevilla, poco después de su fundación por los romanos en el año 205 a.C., junto a un enclave turdetano preexistente. En un pavimento de mosaico descubierto en el foro viejo de Itálica se menciona a un tal Marcus Trahius, que era pretor de la ciudad hacia 80 a.C., cuyo padre, llamado Gaius, ya era ciudadano romano. Tal vez se tratase del cuarto o quinto abuelo del emperador Trajano.
Se cree que el linaje turdetano de los Trahii, o Traii, se integró en Itálica poco después de la fundación de la ciudad por los romanos en el año 205 a.C.

Detalle de la columna de Trajano que conmemora la victoria del emperador contra los dacios.
Detalle de la columna de Trajano que conmemora la victoria del emperador contra los dacios.
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Trajano también estaba emparentado con los Ulpios, un linaje, este sí, procedente de Italia, que ya residía en Itálica en el año 143 a.C., en tiempos de la rebelión del caudillo lusitano Viriato. Los Ulpios, a su vez, estaban relacionados con otra familia itálica instalada en la ciudad, los Marcios. Según sigue contando la historiadora Alicia Canto, el padre de Trajano fue adoptado por un miembro de la gens Ulpia después de casarse con su hija y heredera; de ahí el nombre por el que se le conoce: Marco Ulpio Trajano.
Así, tal vez gracias al enlace con los Ulpios y a la fortuna heredada, el padre de Trajano se trasladó a Roma poco después del nacimiento de su hijo en Itálica, en el año 53 d.C. En la capital del Imperio, Marco Ulpio no tardaría en ser nombrado senador. Su caso no era raro; en aquella época muchos miembros del Senado eran de origen hispano o galo. Continuando con su fulgurante carrera, el padre del futuro emperador Trajano fue nombrado muy pronto pretor y procónsul de la Bética, su tierra natal.
Una carrera triunfal
Tiempo después, en los años 68-69 d.C., durante la crisis política que se desató tras el asesinato de Nerón, el padre de Trajano tomó partido por Vespasiano, un veterano general que resultó vencedor en la lucha por la sucesión del odiado emperador y fundó una nueva dinastía, la Flavia. Gracias a ello, en los años siguientes Marco Ulpio recibió honores de todo tipo: fue elegido cónsul en el año 70, patricio y censor en 73 y, por último, procónsul de Asia en 79. En esta última misión le acompañó su hijo, que allí empezó su formación militar desempeñando el cargo de tribuno laticlavio (es decir, el jefe de una legión que solo tenía como superior al legado de la misma).
Tiempo después, durante los años 68-69, en la crisis política abierta tras el asesinato de Nerón, el padre de Trajano tomó partido por Vespasiano.

Detalle de la columna de Trajano, erigida en Roma.
Detalle de la columna de Trajano, erigida en Roma.
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De este modo, gracias a la envidiable posición de su padre, Trajano pudo desarrollar una brillante carrera en el ejército romano. El joven desempeñó los cargos de cuestor y pretor bajo el gobierno de Domiciano (el hijo menor del fallecido Vespasiano), fue destinado a Hispania y en el año 89 marchó a la Germania Superior. Su éxito en la defensa de ese territorio le hizo acreedor de un gran prestigio y Nerva, que fue nombrado emperador tras el asesinato del tiránico Domiciano, lo adoptó como heredero, una decisión en la que indudablemente tuvieron mucho que ver los aliados de Trajano en Roma, muchos de ellos de origen hispano. Así, tras la muerte de su padre adoptivo, Trajano finalmente se convertiría en emperador de los romanos en el año 98 d.C.