Terror al servicio del poder

Los Tonton Macoutes, los "hombres del saco" de Haití

Durante más de tres décadas, este grupo paramilitar utilizó el terror como principal arma para ayudar a mantener en el poder el régimen dictatorial de la familia Duvalier.

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Reclutados en un primer momento entre las clases más bajas de la sociedad haitiana, así como entre los criminales deseosos de dar rienda suelta a sus más bajos instintos, los Tonton Macoutes, término que significa"hombres del saco" en idioma criollo, "se escudaron en esa leyenda infantil para propagar el horror y convertir Haití en un gran y aterrorizado cementerio", en palabras de Patrick Elie, activista de izquierdas y exministro del gobierno del presidente Jean-Bertrand Aristide. Vestidos con uniforme de color azul, sombrero al estilo cowboy, gafas oscuras y una cinta roja anudada al brazo, los Tonton Macoutes iban armados con viejos fusiles y aparatosos revólveres, y se paseaban de manera arrogante alardeando de la impunidad gubernamental de la que disfrutaban.

El gobierno del terror

Los casi treinta años de duro gobierno de François "Papa Doc" Duvalier y de su hijo, Jean-Claude "Baby Doc" Duvalier constituyen con diferencia uno de los períodos más oscuros que ha vivido esta pequeña nación que ocupa el tercio occidental de la isla caribeña de La Española. Sin lugar a dudas, la principal herramienta que padre e hijo emplearon para mantener su férreo control sobre la población fueron los Tonton Macoutes, conocidos como la Milice de Voluntaires de la Sécurité Nationale (Milicia de Voluntarios para la Seguridad Nacional). Aunque esta organización ya no existe formalmente, su legado de violencia paramilitar y brutalidad fue tan intenso que aún hoy permanece en la memoria colectiva de los haitianos.

Conocido popularmente con el sobrenombre de "Papa Doc", el dictador Françoise Duvalier se mantuvo en el poder hasta su muerte en 1971, cuando fue sucedido por su hijo Jean Claude.

Conocido popularmente con el sobrenombre de "Papa Doc", el dictador Françoise Duvalier se mantuvo en el poder hasta su muerte en 1971, cuando fue sucedido por su hijo Jean Claude.

Foto: Cordon Press

Aunque esta organización ya no existe formalmente, su legado de violencia paramilitar y pura brutalidad fue tan intenso que aquellos actos aún hoy permanece en la memoria colectiva de los haitianos.

Dos años después de convertirse en presidente, en 1959, François Duvalier creó una fuerza paramilitar fiel a su persona y plenamente facultada para usar la violencia de forma continua e indiscriminada con el propósito de mantener la autoridad de la nueva administración y deshacerse sumariamente de sus adversarios. Este tipo de actuaciones continuaron hasta la muerte del dictador, en 1971. La influencia de los Tonton Macoutes sería indiscutible en Haití hasta 1986, cuando la presión de los altos mandos militares del país provocarían la caída del régimen, por entonces dirigido por su hijo, Jean- Claude Duvalier, a la que seguiría una serie de golpes de Estado que llevarían a diversas figuras militares (a cual más brutal) a sucederse en el poder.

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Delincuentes y líderes vudú

Luckner Cambronne fue uno de los líderes más temidos de los Tonton Macoute durante la década de 1960 y principios de la de 1970. Considerado como el hombre más poderoso e influyente en Haití durante la transición entre "Papa" y "Baby Doc", su estrecha relación con Duvalier padre, le sirvió para ascender rápidamente en la estructura de poder de Haití y convertirse en uno de los líderes paramilitares más poderosos. Cambronne fue un personaje que hizo gala de una forma única de crueldad que, además de convertirlo en un hombre muy rico, le valdría el sobrenombre de "Vampiro del Caribe". Tal vez el "negocio" más provechoso de Cambronne fue el suministro de cadáveres y sangre a universidades y hospitales de Estados Unidos; en caso de "escasez" de "materia prima", no dudaba en matar a personas inocentes para facilitar el crecimiento de su "industria". Al final, los desencuentros con la familia Duvalier obligaron a Cambronne a huir a Miami, desde donde siguió siendo un ferviente partidario del régimen haitiano.

Tras once años de una férrea dictadura liderada por su padre, Jean Claude Duvalier, en el primer término de la imagen, heredó el cargo con tan solo 19 años de edad. 

Foto: CordonPress

Cambronne fue un personaje que desplegó una forma única de crueldad que, además de convertirlo en un hombre muy rico, le valdría el sobrenombre de "Vampiro del Caribe".

Algunos de los miembros más importantes de los Tonton Macoutes fueron además líderes vudú, que dieron a la organización un sentido de autoridad sobrenatural a ojos de la población, lo que asimismo les permitió realizar actos terribles sin temer represalia alguna. De hecho, los Tonton Macoute formaban parte de una estrategia espiritual destinada a infundir miedo en sus adversarios. La milicia sembró el terror a través de continuas amenazas contra el pueblo y frecuentes ejecuciones al azar. La prensa opositora también sufrió los desmanes y el terror de la milicia, que irrumpía en las redacciones de periódicos como Foi Social, Le patriote, Mopisme Integral, Haití Miroir o Independence, destrozando todo cuanto hallaban a su paso. Iban en patota (grupo) y abusaban de las mujeres, como le sucedió a Hakim Rimpel, redactora de La Escala, que fue golpeada, violada y abandonada en un descampado.

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Acabar con los opositores

Con el tiempo, los Tonton Macoutes, fortalecidos por la impunidad de sus actos, buscaron acciones más espectaculares para sembrar el terror. Sus miembros a menudo apedreaban y quemaban vivas a las personas, y colgaban los cuerpos de sus víctimas en la calle como advertencia al resto de la población.De hecho, en las principales plazas de las ciudades haitianas se exponían los cadáveres de los enemigos de los Duvalier hasta su total descomposición, sin que nadie osara enterrarlos por miedo a las represalias, o los paramilitares se paseaban por las calles con sus machetes buscando a todo aquel que había sido delatado por su oposición al régimen.

Un miembro de la fuerza de los Tonton Macoute posa frente a la cámara ataviado con el uniforme. Extendidos sobre la cama se encuentran los utensilios y armas su uso cotidiano.

Foto: CordonPress

En las principales plazas de las ciudades haitianas se exponían los cadáveres de los enemigos de los Duvalier hasta su total descomposición.

Los que no eran asesinados y expuestos eran encerrados en uno de los lugares más terribles de Haití: la prisión de Fort Dimanche, considerada el Auschwitz del Caribe. En unas celdas de 4 x 3 metros vivían 40 personas, desnudas y durmiendo por turnos sobre sus propios excrementos. Los presos así hacinados sólo disponían para alimentarse de cinco cucharadas de arroz, pan duro y una taza de café al día; allí morían de hambre y olvidados. Se decía que en Fort Dimanche había unas 50.000 personas, pero cuando en 1977, el gobierno estadounidense de Jimmy Carter presionó al de Jean-Claude Duvalier para liberar a los presos, sólo quedaban 106, y una enorme fosa común en el patio trasero de la prisión.

Intentos fallidos de acabar con el régimen

En 1963, un ex jefe de la milicia llamado Clement Barbot, junto con su hermano Harry y otros rebeldes, trataron de derrocar a François Duvalier con la ayuda de la CIA intentando secuestrar al hijo del dictador. Al enterarse de la notica, la violencia que desató Duvalier padre no tuvo límites. Ignorando quién había sido el autor del complot, ordenó matar a todo aquel que se le pusiera por delante, incluido François Benoit, un teniente del ejército que fue perseguido por el mero hecho de ser campeón de tiro. Benoit se convirtió en sospechoso y se puso precio a su cabeza. El militar logró esconderse en la embajada de la República Dominicana, pero no pudo evitar que todos sus familiares fueran asesinados.

François Benoit, un teniente del ejército, fue perseguido por el mero hecho de ser campeón de tiro. Logró esconderse en la embajada de la República Dominicana, pero no pudo evitar que todos sus familiares fueran asesinados.

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En agosto de 1964, trece jóvenes procedentes de los Estados Unidos, miembros del Movimiento Haití Joven, decididos a organizar una guerrilla en el sur del país para luchar contra Duvalier, desembarcaron en las playas de Jeremie. El dictador logró la listacon los nombres de los jóvenes y ordenó la muerte de sus familias. Tras una resistencia heroica, once de ellos fueron asesinados, les cortaron la cabeza y las exhibieron para que la prensa se hiciera eco. Los dos supervivientes fueron ajusticiados en el cementerio y obligaron a los niños de las escuelas a presenciar la ejecución en vivo.

Clement Barbot (derecha, en una imagen de 1963) había sido miembro de la milicia haitiana pero, tras caer en desgracia y pasar por la cárcel de Fort Dimanche, se conviritió en un ferviente opositor. Junto con su hermano Harry (izquierda), intentaron el secuestro de Jean Claude Duvalier, fracasando y perdiendo la vida en el intento.

Clement Barbot (derecha, en una imagen de 1963) había sido miembro de la milicia haitiana pero, tras caer en desgracia y pasar por la cárcel de Fort Dimanche, se conviritió en un ferviente opositor. Junto con su hermano Harry (izquierda), intentaron el secuestro de Jean Claude Duvalier, fracasando y perdiendo la vida en el intento.

Foto: AP images

Un legado de cenizas

Durante las casi tres décadas que duró el régimen de los Duvalier, según los historiadores, los Tonton Macoutes acabaron con la vida de entre 40.000 y 100.000 personas. En 2004, un informe de Human Rights Watch no dejó en muy buen lugar a Estados Unidos, país al que acusó de dar refugio a algunos líderes paramilitares haitianos. Tras la huida de "Baby Doc" a Francia en 1986 (donde obtuvo refugio), la oscura era de los Tonton Macoutes parecía haber llegado a su fin, sin embargo las masacres continuaron durante la década siguiente favorecidas por los sucesivos golpes de Estado.

Durante las casi tres décadas que duró el régimen de los Duvalier, según los historiadores, los Tonton Macoutes acabaron con la vida de entre 40.000 y 100.000 personas.

En 1991, Jean-Bertrand Aristide ganó las primeras elecciones democráticas en Haití, pero siete meses después fue obligado a dejar la presidencia tras ser derrocado por un golpe militar liderado por el general Raoul Cédras, cuyo régimen dictatorial dejaría 4.000 muertos. Aristide volvería a la presidencia dos veces más, y su legado ha cosechado tanto defensores como detractores. Pero ¿qué fue de los Tonton Macoutes? Algunos pequeños grupos paramilitares siguieron actuando en Haití adscritos a las fuerzas de seguridad del gobierno o trabajando para organizaciones políticas corruptas que tenían la capacidad de usar la fuerza contra sus enemigos. Un buen número de estos nuevos cuerpos estaban siendo formados por ex Macoutes,"nostálgicos" de los buenos tiempos vividos durante el régimen tiránico de los Duvalier.

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