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El Museo Británico ha renovado la Sala 41, dedicada a las colecciones comprendidas entre la Antigüedad tardía y la Alta Edad Media, gracias a una donación de los mecenas Sir Paul y Lady Jill Ruddock. La galería cuenta ahora con un nuevo diseño, un enfoque más coherente de las colecciones y la exposición de piezas nunca antes expuestas, como por ejemplo unos mosaicos de la Antigüedad tardía, un enorme collar de aleación de cobre procedente de la región del mar Báltico y una montura dorada descubierta con rayos X en una tumba de una mujer vikinga. Sin embargo, la piezas principales de esta galería forman parte del enterramiento de Sutton Hoo, a orillas del río Deben, en Suffolk, al este de Inglaterra. En esta tumba excavada en 1939 se hallaron los restos de un barco funerario de 27 metros de largo que debió honrar la memoria de un rey anglosajón que murió a comienzos del siglo VII, durante un período de formación de la historia europea, en el que se comenzaron a desarrollar los primeros estados.
El casco de Sutton Hoo
Los tesoros procedentes de este enterramiento, entre los más importantes del Reino Unido, incluyen un casco, una hebilla de oro y una piedra para afilar. La renovada galería hace un repaso de este período clave en la historia europea, en el que se vivió la caída del Imperio romano de Occidente, la evolución del Imperio bizantino, se produjeron movimientos migratorios alrededor del continente y la aparición del cristianismo y el islam como religiones principales. La Sala 41 también reúne otros tesoros excepcionales como la copa de Licurgo, la arqueta de Projecta, el báculo de Kells, los tesoros de Domagnano y de Cuerdale y el broce de Fuller.