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El documento cayó en manos del Ejército Rojo a finales de la Segunda Guerra Mundial y, como tantos otros informes, acabó olvidado en un archivo ruso. Durante casi setenta años ha pasado desapercibido, clasificado como Dnevnik (diario) y arrinconado en un archivo militar ruso en Podolsk, una ciudad industrial ubicada al sur de Moscú. Hasta que fue descubierto en 2013.
Nikolaus Katzer, director del Instituto Histórico Alemán en Moscú, lo ha descrito como "un documento estremecedor de una importancia histórica excepcional". Se trata de los diarios oficiales de Heinrich Himmler, uno de los principales dirigentes del Partido Nazi, quien fue jefe de las SS y responsable directo del Holocausto. Himmler fue un personaje sombrío, un fanático del misticismo ario, que se suicidó al ingerir una cápsula de cianuro en mayo de 1945, evitando ser juzgado por sus crímenes de guerra.
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Los diarios oficiales de Himmler, de unas mil páginas, fueron mecanografiados por ayudantes del jerarca nazi en los años 1937-1938 y 1944-1945. Los documentos ofrecen detalles escalofriantes sobre los quehaceres diarios de Himmler y ayudan a completar su diario de 1941-1942, publicado en 1999.
Los documentos revelan el ajetreo diario que vivía Himmler: reuniones con burócratas, con generales de las SS, con líderes extranjeros como Benito Mussolini y visitas a los campos de concentración, entre ellos Auschwitz, Sobibor y Buchenwald. Una de las notas, publicada en el diario Bild, hace referencia a un discurso que hizo Himmler antes líderes de la SS en la ciudad ocupada de Poznan: "Entre nosotros podemos hablar de ello abiertamente, pero nunca lo hablaremos en público. Me refiero a la evacuación de judíos, la extinción del pueblo judío".
De una banalidad insultante, las notas cuentan que Himmler recibió un masaje antes de ordenar la ejecución de diez polacos. También instó a las SS a entrenar a perros para mantener separados a los prisioneros de Auschwitz. Los documentos describen al jefe nazi jugando a las cartas, contemplando el firmamento o viendo una película. "Himmler era un monstruo de las contradicciones. Por un lado fue un despiadado ejecutor que pronunció sentencias de muerte y que planeó el Holocausto. Por otro lado fue un meticuloso cuidador para la élite de las SS, para su familia, amigos y conocidos", afirma Matthias Uhl, historiador y director de este proyecto de investigación sobre los diarios de Himmler, según recoge International Business Times.