Literatura del siglo XX

Sylvia Plath, la poeta ganadora del primer Pulitzer póstumo

Pese a su temprana muerte y la pérdida de parte de su trabajo, la obra de Sylvia Plath es considerada una de las piezas más extraordinarias de poesía del siglo XX. Su aproximación al dolor, a la enfermedad mental y al sufrimiento la convirtieron en una de las máximas exponentes del género confesional, plasmado de manera brillante en sus versos descarnados.

La escritora y poeta Sylvia Plath.

La escritora y poeta Sylvia Plath.

Foto: Cordonpress

Sylvia Plath nació en Boston, Massachussets, el 27 de octubre de 1932. Sus padres, Otto Emil Plath y Aurelia Schober, eran ambos de ascendencia alemana. Él daba clases de alemán y biología en la universidad, y ella de inglés y alemán. Juntos tuvieron a Sylvia, la mayor, y a Warren, que nació en 1935.

Desde muy pequeña, Sylvia destacó por ser sumamente perfeccionista y aplicada. Escribía, pintaba, tocaba el piano y sacaba matrículas de honor. A los ocho años publicó su primer poema y, a partir de entonces, no dejó de desarrollar su genio creativo.

En 1940, Otto Emil Plath falleció a causa de una diabetes que nunca quiso tratarse. Su muerte destrozó por completo a la joven Sylvia, que con nueve años sufrió su primera depresión. Durante el duelo, Sylvia tuvo que lidiar con el dolor que le producía sentirse traicionada por su padre al morir, pese a que había tenido una relación bastante problemática con él (ya que era un hombre muy autoritario), y los desencuentros con su madre, a quien siempre echó en cara que no llorara en público la pérdida de su marido.

En la adolescencia, Sylvia empezó a escribir un diario personal que mantuvo durante toda la vida, al igual que otras reconocidas autoras como Virginia Woolf o Anaïs Nin. En el diario, Plath comenzó a cuestionarse su rol como mujer en una sociedad que esperaba de ella que se convirtiera en una madre sumisa (como la suya), cosa que contrastaba con su intención de ser una feminista radical. “Mi gran tragedia es haber nacido mujer”, escribió.

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Estudios y matrimonio

Después de terminar el colegio, Sylvia fue a estudiar al Smith College. En el primer año de universidad, la escritora intentó quitarse la vida por primera vez. Entonces la ingresaron en el Hospital McLean, una institución psiquiátrica, donde fue tratada con electrochoques. Tras este episodio, Sylvia se recuperó y terminó el curso con honores, dejando aquel oscuro episodio atrás y confiando en que no se volvería a repetir. Sin embargo, Sylvia Plath fue diagnosticada con depresión clínica y padeció esa patología durante muchos años.

Gracias a sus notas sobresalientes, Plath obtuvo una beca Fulbright que le permitió ir a estudiar a la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido. Fue entonces cuando conoció al poeta inglés Ted Hughes, con quien contrajo matrimonio en junio de 1956. Durante todo este tiempo, Sylvia continuó escribiendo y publicó algunos relatos y poemas en el periódico universitario.

Poco después de casarse, Sylvia y Ted se trasladaron a Estados Unidos, donde residieron entre 1957 y 1959. Plath empezó a dar clases en el Smith College, la misma institución donde ella había estudiado, y siguió con su labor creativa. Al poco tiempo, descubrió a su marido coqueteando con una estudiante en el campus, cosa que la quebró por completo.

En Boston, Sylvia asistió a los seminario de Robert Lowell, donde coincidió con la poeta Anne Sexton, con quien se la compara muchas veces. Al poco tiempo, Sylvia se quedó embarazada y la pareja decidió regresar a Inglaterra.

Vida tormentosa y creación literaria

Sylvia Plath y Ted Hughes residieron primero en Londres y luego fueron a vivir a North Tawton, un pequeño pueblo de Devon. En 1960, Sylvia tuvo a su primera hija, Frieda, y publicó su primer poemario titulado El Coloso. Poco después, sufrió un aborto que la sumió de nuevo en la oscuridad. Un año más tarde, Sylvia recitó en la BBC su famoso poema Tres mujeres, en el que narra la maternidad a través de tres voces desde una perspectiva feminista y antibelicista. En este poema también habló del dolor causado por su aborto. A partir de su experiencia en la BBC, Sylvia empezó a concebir sus poemas para ser leídos en voz alta. Ese mismo año nació su segundo hijo, Nicholas.

Sylvia Plath y Ted Hughes.

Sylvia Plath y Ted Hughes.

Sylvia Plath y Ted Hughes. 

Foto: CC

El año 1963 también fue importante para Plath porque publicó su primera y única novela, La campana de cristal. En este relato semiautobiográfico, Sylvia explora la inestabilidad emocional que lleva a un episodio depresivo a su personaje principal, la periodista Esther Greenwood. La primera edición la publicó bajo el pseudónimo “Victoria Lucas”, pero en 1967 la novela ya apareció firmada con su verdadero nombre.

A partir de entonces, el matrimonio entre los dos poetas, que ya se había empezado a deteriorar en Estados Unidos, fue de mal en peor. Tras descubrir varias infidelidades por parte de Ted (que mantenía una relación con la poeta Assia Wevill) y sufrir sus malos tratos, Sylvia decidió divorciarse. Así, regresó a Londres con sus dos hijos, donde alquiló un piso en el que había vivido W.B. Yeats, algo que Sylvia consideró un buen presagio.

Aquel invierno fue demasiado duro para la escritora que sola, con dos niños, alejada de su ciudad natal, enferma y con problemas económicos, se sumió de nuevo en el lugar más oscuro de su mente. La mañana del 11 de febrero de 1963, Sylvia Plath dejó preparado el desayuno para sus dos hijos, que estaban en la casa, y se quitó la vida metiendo la cabeza dentro del horno y abriendo la llave de gas. Así, Plath puso fin a los episodios depresivos y el trastorno bipolar (que se cree que padecía) que tanto la habían atormentado. Tristemente, la autora no contó con los recursos necesarios para curar su salud mental y seguir en vida.

Sylvia Plath fue enterrada en el cementerio de Hepton Stall, en West Yorkshite.

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Publicaciones póstumas y reconocimientos

Tras fallecer su primera esposa, Ted Hughes adquirió los derechos de explotación de la obra de Plath y se convirtió en el editor de su legado literario. Hughes supervisó y editó sus manuscritos y, en 1965, publicó el poemario Ariel, en el que están recopilados los poemas que escribió la autora durante los meses anteriores a su muerte.

Ariel es considerada la obra maestra de Sylvia Plath, por sus profundas reflexiones sobre el corazón roto y la creatividad y la radical honestidad con la que describe su dolor. En Ariel están los famosos poemas Daddy y Lady Lazarus, en el que Plath habla sobre el suicidio y hace un homenaje a la supervivencia. Este conjunto de poemas marcó un punto de inflexión en la carrera de la poeta que, al escribirlos, se convirtió en una de las máximas exponentes del género confesional.

En los años siguientes, Hughes publicó Cruzando el agua (1971) y Árboles invernales (1972), además de una colección de cuentos, fragmentos de sus diarios y ensayos titulada La caja de los deseos (1977).

Muchos críticos han acusado a Ted Hughes de haber utilizado y censurado la obra de Sylvia Plath en su beneficio. De hecho, lo primero que hizo el poeta al adquirir los manuscritos de Plath fue destruir el último volumen de sus diarios, en los que la autora narraba el tormentoso matrimonio que compartieron. Antes de morir, Hughes publicó Cartas de cumpleaños, donde compiló todos los poemas que le había escrito a Sylvia.

Sylvia Plath murió a la temprana edad de 30 años.

Sylvia Plath murió a la temprana edad de 30 años.

Sylvia Plath murió a la temprana edad de 30 años.

Foto: Cordonpress

A partir de las décadas de 1980 y 1990, se empezó a estudiar la obra de Plath desde una perspectiva crítica feminista y de género. En 1982 la escritora fue reconocida con el Pulitzer de poesía por su obra recogida en Poemas completos, siendo la primera autora en recibir este premio de manera póstuma. Poco después, en 1998, se publicó la edición casi completa de sus Diarios.

Pese a su temprana muerte y la pérdida de parte de su trabajo, la obra de Sylvia Plath está considerada como una de las piezas más extraordinarias de poesía del siglo XX. Por eso sus poemas se siguen leyendo, recitando e interpretando hoy en día, haciendo eco de la voz de una autora que plasmó de la manera más honesta y visceral lo que es el dolor.

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