Un icono de la arquitectura

Los secretos del Partenón, la maravilla de la Acrópolis

partenon

partenon

Foto: Istock

En el siglo V a.C., Pericles, el gran gobernante de Atenas mandó construir el templo más majestuoso de la Grecia clásica para conmemorar la victoria de los griegos, comandados por el poderoso imperio naval ateniense, sobre los persas en las guerras Médicas. El Partenón, llamado así por estar dedicado a Atenea Partenos (la Virgen), debía ser la joya de la nueva Acrópolis, arrasada por los propios persas en la década de 480 a.C. precisamente durante las Guerras Médicas. En los últimos 2.500 años, el edificio se ha convertido por su singular perfección y belleza, en el símbolo de la ciudad y de toda la civilización griega y su silueta es un icono mundial reconocible por cualquier persona. 

1 /8
iStock-1009269376

Foto: iStock

1 / 8

El apogeo de Atenas

A mediados del siglo V a.C., Pericles, el gran estadista ateniense, persuadió a sus conciudadanos para erigir un recinto que testimoniara la grandeza de la ciudad, que había liderado la victoria contra los persas en las guerras Médicas y que disponía de un imperio marítimo que parecía no tener rival en el Mediterráneo. El resultado fue la Acrópolis de Atenas, la colina sagrada que dominaba la ciudad y que acoge varios templos dedicados a Atenea, como el Erecteion, a la izquierda del Partenón, y el de Atenea Niké –Atenea Victoriosa–, en el bastión de la derecha junto a la monumental entrada al recinto, los propileos. 

reconstruccion

Foto: Neue Pinakothek

2 / 8

Un santuario fascinante

Las guerras, las inclemencias meteorológicas, terremotos y también el expolio han hecho qyue muchos de los edificios de la majestuosa acrópolis (como el propio Partenón) hayan perdido parte de su esplendor. Durante la Antigüedad, el comjunto era una obra que maravilló a todos sus visitants con edifcios sorprenentes pintados de vivos colores y grandiosas esculturas. Así lo imaginó Leo von Klenze en el siglo XIX.

obreros

Foto: Alte Nationalgalerie

3 / 8

Una construcción sin igual

El Partenón fue la culminación de ese grandioso proyecto. Se comenzó a construir en el 447 a.C. y fue finalizado en el 432 a.C. Las obras fueron supervisadas por Fidias, que se centró en la decoración escultórica, mientras de la construcción se encargaban Ictino y Calícrates. Las obras necesitaroningentes cantidades de obreros dedicados a los más variados oficios: canteros, albañiles, carpinteros, pintores... Todos los trabajadores, ya fueran ciudadanos de Atenas, extranjeros o esclavos cobraban lo mismo por el mismo trabajo. Este óleo de W. Ahlborn (1836) muestra el trabajo de estos obreros.

iStock-155128414

Foto: iStock

4 / 8

Rodeado de columnas

El edificio es un períptero, un templo rodeado por una fila de columnas: ocho en los frontales y 17 en los laterales. Es decir, la columnata no es el templo, el templo estaba dentro. Cada una de estas columnas mide 10,93 m de alto y 1,91 m de diámetro. No tienen base, el fuste, de sencillas acanaladuras en ángulos vivos, descansa directamente sobre el estilobato (el suelo). Su capitel también es muy básico, en forma de plato. Eso sí, estas columnas son imperceptiblemente más anchas en su parte central, lo que paradójicamente las hace parecer más rectas, un efecto denominado éntasis. El estilobato, el último escalón, es más bajo en sus ángulos para conseguir el mismo efecto óptico y también para desaguar el templo los días de lluvia. Las columnas definen el orden arquitectónico al que pertenece el templo: dórico, el más antiguo y austero de los tres órdenes griegos (los otros son el jónico y el corintio) y tal vez el más elegante.

pediment

5 / 8

"Catedral" de la Atenas clásica

Por encima de estas columnas, se situaba el friso y la cubierta, con una decoración excepcional, obra del mismísimo Fidias. Como en las catedrales medievales, la decoración tenía una función didáctica y de reafirmación cultural. Los frontones representaban el nacimiento de Atenea y la fundación de la ciudad. Hoy están completamente dispersados, sobre estas líneas, una posible reconstrución.

fronton detalle

6 / 8

Esculturas monumentales

Las esculturas son de un tamaño enorme y estaban pintadas de vivos colores que se han perdido los dos últimos milenios. Muchas de ellas se conservan en el Museo Británico, aunque parcialmente mutiladas, de ahí que se haya podido hacer alguna hipótesis sobre su reconstrucción. Arriba, una parte de la propuesta del Museo Británico Museo Británico, de izquierda a derecha: Helio y sus caballos, Dionisio, Deméteer y Perséfone (o dos Horas) y Ártemis.

friso

Foto: iStock

7 / 8

Civilización y barbarie

El friso es una sucesión de escenas de combate entre la barbarie y la civilización (Atenas). El friso este, representa la lucha contra los gigantes, al norte la guerra de Troya. Sobre estas líneas, restos del friso oeste, combate contra las Amazonas. Como en el caso del frontón, las esculturas casi han desaparecido fruto del destrozo de cristianos y musulmanes y de la explosión de 1687 que casi destruyó el templo. Solo se conservan en buen estado las del sur, en el Museo Británico, la lucha contra los centauros.

atenea

Foto: Museo Británico

8 / 8

La gran estatua de Atenea

El Partenón era excepcionalmente grande porque debía albergar una estatua gigante de marfil y oro de Atenea Partenos (virgen) hecha por Fidias. Medía 13 metros de alto y no se ha conservado. La copia sobre estas líneas fue realizada para la reproducción del Partenón que  en Nashville, Tennessee, que trató de ser lo más fidedigna posible.

Para saber más

Atenea, la protagonista

Partenón, el gran templo de Atenea

Leer artículo