Grandes obras maestras

Los secretos de la 'Adoración de los magos' de El Bosco

Hieronymus Bosch   Triptych of the Adoration of the Magi   WGA2606

Hieronymus Bosch Triptych of the Adoration of the Magi WGA2606

Foto: Museo del Prado

Al contemplar la obra de Jheronimus van Aken, el Bosco, el espectador se sumerge en un mundo onírico. Su catálogo de escenas fantásticas, criaturas fantasmagóricas y situaciones surrealistas no deja de sorprendernos. La adoración de los Magos fue encomendada por Peeter Scheyve, recaudador de impuestos de Amberes, y su esposa Agnes Gramme, que la donaron a la capilla de la Cofradía de Nuestra Señora de la catedral de s'Hertogenbosch

Tal vez no sea este un tríptico tan abigarrado y lleno de escenas surrealistas como El jardín de las delicias, sin duda su obra más emblemática, pero en la escena de la Epifanía, El Bosco también nos ofrece una gran variedad de simbolismos e imágenes moralizantes que reflejan las ideas religiosas de su época, que él compartía, y la virtud de la pareja que le hizo el encargo.

 

 

 

 

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Foto: Museo del Prado

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El milagro de san Gregorio

El tríptico cerrado ofrece una imagen en grisalla de la misa de san Gregorio. Según la leyenda, Jesucristo se apareció a este papa del siglo VI durante la celebración de un oficio. Dos personajes en color, arrodillados, destacan sobre el resto: el de la izquierda se ha identificado tradicionalmente con el padre del donante y el de la derecha, el hijo del matrimonio.  

Foto: Museo del Prado

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Imagen de la Pasión

Sobre el altar, aparece una imagen de Cristo como Varón de los Dolores, que muestra las heridas de su tormento, rodeado por nueve ángeles. El retablo se completa con siete imágenes de la Pasión que deben leerse de forma zigzagueante de abajo a arriba y de izquierda a derecha, culminadas por la crucifixión pintada sobre el marco. 

Foto: Museo del Prado

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La adoración

Una vez abierto el tríptico, el panel central muestra la escena que da título a la obra: los tres sabios de oriente acuden a mostrar sus respetos al hijo de Dios y le traen sus presentes. El anciano y el adulto, arrodillados y tras ellos, en pié, el más joven. Bajo este último aparece la firma del artista.

Las edades del hombre

Foto: Museo del Prado

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Las edades del hombre

Los tres reyes representan las edades del hombre. El anciano, asociado a la sabiduría y a la humildad, arrodillado frente al niño. Se ha despojado de su corona y el regalo que ha postrado en el suelo es una escultura que representa el sacrificio de Abraham. El hombre adulto viste ropa más ostentosa. Su mantohace referencia a la visita de la reina de Saba a Salomón, que prefigura la Epifanía de los reyes magos.

Pecados de juventud

Foto: Museo el Prado

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Pecados de juventud

El Bosco representa al rey Baltasar como un personaje exótico. Su visión o es especialmente positiva. En su ropa observamos las criaturas aladas tan presentes en El jardín de las delicias, que el artista asocia a la lujuria y a la gula, pecados típicos de la juventud. La decoración del inciensario que lleva en sus manos refleja la visita de Abner al rey David, que , como la de la reina de Saba a Salomón, es un antecedente de los magos.

El Anticristo

Foto: Museo del Prado

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El Anticristo

Detrás de la escena principal asoman por la puerta del establo una serie de pintorescos personajes asociados evidentemente a rasgos negativos. Entre ellos destacan el Anticristo, cuyo aspecto es el de un Jesucristo grotesco, con una tiara papal en la mano. La representación es un claro aviso a estar preparados para el final de los tiempos. 

Foto: Museo del Prado

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San José, "desterrado"

El personaje de la sagrada Familia que falta en la tabla central, san José, lo encontramos en la lámina izquierda secando al calor del fuego los pañales del niño.

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El Bosco incluyó en su obra a la pareja que encargó la obra. En el panel izquierdo aparece  Peeter Scheyfve, protegido por san Pedro y con su divisa, Een voert al (Uno para todos).

La esposa y el Cordero de Dios

Foto: Museo del Prado

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La esposa y el Cordero de Dios

De igual manera, a la derecha aparece Agnes Gramme, protegida por santa Inés. Encima de ella, un cordero, que puede ser interpretado como el Agnus Dei (cordero de Dios), que en latín tiene evidentes similitudes fonéticas con el nombre Agnes.

Una pareja omnipresente

Foto: Museo del Prado

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Una pareja omnipresente

Un detalle que llama la atención es la profusión del matrimonio por toda la obra. La pareja aparece en miniatura en las tres láminas. A la izquierda paseando de espaldas, en el centro delante de una posada de dudosa reputación (el cisne de su enseña y el palomar en lo alto lo identifican como un burdel), y a la derecha devorada por lobos. El Bosco querría alertar a los fieles de los peligros de sucumbir ante el mal (el lobo) y caminar por la senda del pecado. 

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Foto: Museo del Prado

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Un paisaje real

Detrás del nivel inferior de la pintura, en el que se representa la escena principal y a los virtuosos donantes de la obra, el paisaje describe un lugar mundano en el que el hombre debe pasar su existencia a la espera de la redención con la vuelta de Cristo. Ese paisaje está repleto de miniaturas con simbolismos diversos. La estatua de Marte hace referencia al dominio romano durante el nacimiento de Jesús. El mozo que tira del asno sobre el que va montado un mono alude a la lujuria. O los ejércitos a caballo que van de un lado a otro, en las guerras de la época de El Bosco.

Para saber más

El Evangelio de San Mateo cuenta que unos magos llegados de Oriente fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acababa de nacer.

El origen de la tradición de los Reyes Magos

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