Historia NG: La primera pregunta es casi obligatoria. ¿Cómo nació la primera parte y en qué momento decides escribir un segundo libro?
Santiago Posteguillo: Cuando estoy acabando Trajano busco un nuevo personaje. Llevo una evolución desde la segunda novela de Escipión hasta la última de Trajano donde cada vez doy más protagonismo a los personajes femeninos, porque realmente creo en la justicia entre personajes femeninos y masculinos. Y entonces me cruzo con una excelente biografía escrita por la profesora Barbara Levick, que empezaba diciendo que no entendía cómo no había ni novelas ni películas sobre Julia Domna. Y según fui leyéndola pensé ¡madre de Dios!, madre de dos de los Césares, de los emperadores, este personaje es más importante de lo que se conoce.
El caso es que me puse a escribir la historia de Julia, pero como vi que se alargaba y quería presentarme al premio Planeta decidí acotar y mostrar el ascenso como una unidad en sí misma. Gano el Planeta, se reedita muchas veces y mucha gente me pide que explique el final de la historia de Julia. Y como ya tenía reunido el material, tampoco es tan raro que haya una continuación de la historia.
Eso sí, decido hacer la segunda parte y quiero que sea una segunda parte y punto, porque el material que había daba para eso, salvo que siguiera con sus sobrinos, nietos, etcétera, pero ese ya es un período que no me interesa tanto.

Santiago Posteguillo con un ejemplar de su último libro "Y Julia retó a los dioses"
Foto: Editorial Planeta
HNG: Entonces, como estás diciendo, Julia era influyente según las fuentes, pero realmente la influencia que tiene sobre su marido... ¿es real? ¿Qué parte hay de novelación y cuál de realidad histórica?
Santiago Posteguillo: Evidentemente hay una parte de novelar los diálogos, pero si vas a las fuentes clásicas, a Herodiano, Aurelio Victor, Dion Casio... todos inciden en que Severo tenía muy presente lo que le decía su esposa y que, como muestro en Y Julia retó a los dioses, ella emerge aún con más fuerza porque tiene una influencia tremenda sobre sus hijos. Julia se interpone para evitar la división del imperio. Cuando sus hijos lo quieren dividir, ella hace cualquier cosa para controlar a Caracalla cuando pierde la razón, controla el correo imperial, decide qué lee y qué no lee el emperador... La pena es que Caracalla no le hace caso. Si le hubiera hecho caso las cosas habrían ido mejor. Yo creo que realmente fue así.
HNG: Así pues, ¿Caracalla era tan malo como lo pintan?
Santiago Posteguillo: Igual que la gente tiene una idea muy positiva de Adriano gracias a la novela Memorias de Adriano, donde sólo se cuenta la parte bonita de este emperador, la gente asocia a Caracalla con las Termas de Caracalla, que es un magnífico monumento donde hoy en día se hacen óperas, representaciones teatrales... Y yo creo que inconscientemente asociamos Cultura con Caracalla. Luego lo analizas en profundidad y te das cuenta de que no era así. De que depende de lo que cojas de cada uno.
HNG: Entonces, volviendo la historia de Julia Domna, ¿qué tres adjetivos podrían definir a Julia en general?
Santiago Posteguillo: La determinación, la resistencia y la ambición.
HNG: Para Julia, entonces, primaba la idea de la dinastía familiar por encima de otras cuestiones morales...
Santiago Posteguillo: De eso estoy convencido. Pero de la misma forma que no puedo trasladar ideas feministas a su mente porque sería un presentismo falso, me niego a evaluar a Julia desde el siglo XXI de forma diferente a como evaluamos a Napoleón o a Julio César, que fueron unos malos padres. Parece que cuando hablamos de una mujer la ambición está mal. ¿Por qué? me pregunto. Ella tiene sus objetivos políticos, quiere fundar una dinastía; incluso cuando se va a morir de cáncer quiere dejarlo todo atado para que la dinastía siga. Y lo consigue. ¡Es una campeona a pesar de todo!
HNG: Hablando de la enfermedad de Julia, un personaje clave es Galeno. ¿Por qué te fascina tanto este personaje?
Santiago Posteguillo: Básicamente porque es una persona que hace avanzar la ciencia médica, y no la hace avanzar más porque no dispone ni de la tecnología ni del permiso para hacer disecciones humanas. En este caso, el poder político detiene el avance científico. Y más desde nuestra perspectiva actual, pues consideramos que no permitir hacer disecciones humanas es una estupidez. Y en ese sentido Galeno me resulta admirable. Por ejemplo es el tipo que se da cuenta de que lo de lavar las heridas evita la infección y el que consigue frenar un brote de viruela en Egipto. ¡Es un pionero de la medicina!
HNG: Un recurso muy interesante que hemos encontrado en la novela es el uso de la mitología, de los dioses, tanto al principio como al final, basándote un poco en obras como la Ilíada. ¿Qué pretendes, suavizar el final?
Santiago Posteguillo: Sí, es una especie apoteosis de justicia poética literaria. Cuando acabo con cualquier personaje en una saga tengo un problema anímico para el lector. La gente se encariña de Escipión, de Trajano, de Julia... y claro, llega el final y mueren. Con Escipión añadí un capítulo en el que su hijo iba al Senado y machacaba a Catón. De este modo el lector se quedaba con la idea de que al menos la familia seguía. Con Trajano, una historia de amor, un final bonito que compensa la muerte trágica del emperador. Con Julia buscaba lo mismo, y pensé que tenía que encontrar alguna estrategia para que el lector no se quedara únicamente con la muerte de Julia y punto, pues la gran victoria de esta mujer es su legado. Una forma era continuar un poco más con la historia de su hermana, Julia Mesa. Pero no me convencía, pues no se trataba de Julia y perdería fuelle narrativo. Y entonces empecé a pensar en introducir un recurso narrativo similar al que emplea Homero en la Ilíada y la Odisea; así, mientras seguía contando lo que hacía Julia Mesa luchando contra Macrino, siguiendo el plan de su hermana, la protagonista estaría en el inframundo, en el reino de los muertos, encontrándose con su amante de toda su vida, enfrentándose a Caronte...

Retrato de Santiago Posteguillo
Foto: Ricardo Martín
HNG: En tus libros utilizas un montón de fuentes y realmente a nivel literario los novelistas os permitís ciertas licencias. Pero ¿crees que las novelas distorsionan la realidad histórica?
Santiago Posteguillo: Claro que sí, y se ha hecho... pero yo creo que lo mejor es no hacerlo. Yo creo que no debes coartar tu libertad como novelista, aunque sí que intento hacer lo que denomino "novelas históricas con un razonable nivel de historicidad". Es decir, que de verdad yo cuento las cosas en función de lo que creo que se sabe que pasó y los vacíos se llenan con lo que denomino "hipótesis probables". Si yo no me creyera que Julia fue más o menos como he contado habría escrito sobre otro personaje. Yo intento narrarlo sin distorsiones, pero es verdad que subjetivamente te apasiona un personaje y a lo mejor no puedes evitar encumbrarlo... Pero en el caso de Julia hay una serie de acciones moralmente cuestionables y no las rehuyo, sino que las cuento tal cual aparecen en las fuentes.
Otro tema es hasta qué punto se inventan o no la historia las fuentes clásicas. También lo evalúo porque las fuentes clásicas occidentales como la Historia Augusta y Aurelio Víctor critican mucho más a Julia que Herodiano o Dión Casio, que son autores orientales. Hay que evaluar a veces las fuentes, pero lo que yo retrato se basa en lo que dicen las fuentes clásicas, y analizo qué fuentes clásicas son más fiables en según qué momentos.
HNG: En tu novela hay un ejercicio de recuperación de esos importantes personajes históricos femeninos, hay un punto de justicia feminista.
Santiago Posteguillo: Sí, sí, yo creo que hay trabajo por hacer y por eso quiero seguir con esta línea. Eso no significa que me comprometa ahora a que voy a escribir novelas donde el personaje central siempre sea una mujer, pero sí me comprometo a que haya un equilibrio entre personajes masculinos y femeninos, y a otras muchas cosas. Por ejemplo, ahora estoy inmerso en proyectos como una nueva serie para Movistar, El corazón del imperio, sobre las mujeres en la antigua Roma, y también en un curso en la Universidad Jaume I sobre la mujer en la literatura.
HNG: Hablando de series de televisión, de Twitter, Instagram, Facebook... ¿Qué papel juegan los libros en la sociedad actual?
Santiago Posteguillo: Yo a mis estudiantes en la universidad les digo que no está mal utilizar las redes sociales, que no es malo leer por internet en distintos formatos, saltando de una web a otra gracias a los enlaces, o enviarse muchos mensajes... Todo eso está bien y permite desarrollar una serie de destrezas muy interesantes. Pero también les digo que leer un texto de cierta extensión en papel, de manera continuada y con constancia, desarrolla otras destrezas complementarias como la reflexión o la concentración. Y lo ideal es que adquieran esas destrezas sin abandonar las nuevas que estáis adquiriendo. A mí me gusta que mi hija, aunque esté enganchada al móvil y a las redes sociales, siga leyendo libros de papel.
HNG: Hablando de novelas para jóvenes... ¿estás pensando en pasarte a la literatura más juvenil? ¿Cuál es tu próximo proyecto? ¿Tienes otra novela en mente ambientada también en el Imperio romano?
Santiago Posteguillo: Voy a seguir en la época de Roma, pero con otro personaje. Quiero empezar una nueva saga de novelas, y creo que va a llamar bastante la atención. Pero no puedo decir mucho más... De la primera novela de la saga he escrito el último capítulo, porque me va a ayudar a saber adónde quiero llegar. No lo hago siempre así, pero creo que es un buen capítulo final. ¡Ahora solo me falta el resto! (risas).
HNG: ¿Cuánto tardas en escribir un libro? o lo que es lo mismo... ¿Cuándo podremos leer esa nueva novela?
Santiago Posteguillo: Aproximadamente dos años. Es verdad que con Y Julia retó a los dioses tardé un poco menos porque tenía todo el material recopilado y muy pensado, pero normalmente tardo dos años. Yo no creo que esté lista antes de finales de 2021 o ya en 2022.