Segunda Guerra Mundial

Sant'Anna de Stazzema, la masacre nazi en Italia de 1944

El 12 de agosto de 1944, varias unidades alemanas ametrallaron a cientos de civiles en Sant’Anna y otras localidades de Stazzema, en la Toscana italiana, prendiendo fuego a sus cuerpos para esconder la masacre. Del recuerdo de ese episodio nace ahora una propuesta de ley de iniciativa popular en Italia: la ley antifascista de Stazzema.

Un superviviente de la masacre de Stazzema contempla la fosa común donde están enterradas 150 personas, incluidos todos los miembros de su familia. Foto tomada el 14 de diciembre de 1944 por un soldado del ejército estadounidense.   

Foto: Cordon Press

"Una enorme pila de cadáveres ardía lentamente y se pegaban entre sí en una inmensa carnicería que no hacía otra cosa que retroalimentar el propio fuego […] Corrí hacia el montón: una masacre indescriptible, no se podía reconocer a nadie. Y ahí abajo estaban mi mujer, mi madre, mis hermanas Pierina y Aurora, mi sobrino y muchos otros amigos". A primeras horas de la tarde del 12 de agosto de 1944, un escenario espantoso se materializó frente a Mario Bertelli, uno de los testigos de los instantes posteriores de la masacre de Stazzema, un pueblo de los Alpes Apuanos en los sub-Apeninos toscanos. Se trata de uno de los más brutales asesinatos en masa cometidos por la alianza nazi-fascista en territorio italiano, junto con el de Marzabotto.

76 años después, el 19 de octubre de 2020, el alcalde de Stazzema, Maurizio Verona, al frente de un comité promotor, presentó ante el Tribunal Supremo una propuesta de ley de iniciativa popular comúnmente conocida como "Ley Antifascista de Stazzema" y relativa a las "leyes contra la propaganda y difusión de mensajes alabando el fascismo y el nazismo y la venta y producción de objetos con símbolos fascistas y nazis ”. La propuesta tiene como objetivo establecer sanciones para quienes comercialicen productos que contengan referencias explícitas al nazismo y al fascismo, pero también para quienes emitan mensajes alabando estos regímenes, especialmente en las redes sociales. Aunque la recogida de firmas finalizó el pasado 31 de marzo, antes ya se habían alcanzado las 50.000 necesarias para llevar el proyecto de ley al Parlamento para su debate en la cámara.

Se trata de uno de los más brutales asesinatos en masa cometidos por la alianza nazi-fascista en territorio italiano, junto con la de Marzabotto

Guerra a los civiles

La historia de la resistencia italiana está salpicada de brutales episodios de "guerra contra civiles" perpetrados por los ocupantes nazis y sus aliados fascistas. Las acciones partidistas fueron seguidas inevitablemente por represalias contra personas inocentes. Países enteros fueron aniquilados por la furia nazi. Según los historiadores Marcello Flores y Mimmo Franzinelli "desde septiembre de 1943 hasta principios de mayo de 1945, más de 10.000 civiles fueron asesinados por los nazi-fascistas en una serie de episodios sangrientos que van desde ejecuciones públicas en las plazas de las ciudades, hasta masacres durante redadas en áreas más apartadas”. Según otro historiador, Paolo Pezzino, la masacre de Stazzema "es parte de esa fase particular del conflicto en Italia que se abre con la retirada del ejército alemán en la llamada Línea Gótica [...] Se trata de operaciones de rastreo de partisanos que en realidad esconden acciones terroristas de limpieza del territorio, verdaderas masacres de todos los que se encontraban dentro del área delimitada como la de ser "recuperada".

El Parque de la Paz se estableció con la Ley 381 de 2000 con el objetivo de mantener viva la memoria histórica de los trágicos hechos del verano de 1944.

El Parque de la Paz se estableció con la Ley 381 de 2000 con el objetivo de mantener viva la memoria histórica de los trágicos hechos del verano de 1944.

Foto: Antonio Pisacreta / Ropi / Zumapress.com / Cordon Press

En las montañas de Lucchesia este tipo de "limpieza humana" fue una responsabilidad que recayó sobre los soldados de la 16 División SS-Panzer-Granaderos que, en las operaciones de confrontación contra las bandas rebeldes, cometieron graves actos de violencia sobre la población civil acusada de proteger la guerrilla partisana. De hecho, la X brigada bis Garibaldi “Gino Lombardi” operaba en la zona que, según las fuentes, «estaba dispuesta en un arco alrededor de Sant’Anna, como si tuviera que defenderla de un posible asalto enemigo». Entre el 19 de julio y los primeros días de agosto de 1944, las emboscadas partisanas y las redadas nazis continuaron sin cesar, causando heridos y víctimas en ambos lados. A través de una extraordinaria movilización de varios departamentos, los alemanes decidieron atacar Stazzema, el pueblo que ocupaba una posición crucial en la guerrilla partisana. La aldea de Sant'Anna fue una de las más afectadas.

Ametrallados y quemados

“En esta dolorosa y horrible circunstancia perdí a mis ocho queridos hijos, todos menores, y a mi pobre querida esposa”, así recuerda el teniente de Marina, Antonio Tucci, único sobreviviente de su familia, los dramáticos hechos de la mañana del 12 de agosto de 1944. Para escapar de la redada anunciada de "todos los hombres válidos", Antonio se había refugiado en Valdicastello desde donde, al enterarse de la masacre de Sant'Anna, corrió en busca de su familia: "Encontré alrededor de un centenar de cadáveres carbonizados frente a la plaza de la iglesia y entre ellos solo pude reconocer a mi pobre esposa sosteniendo en sus brazos a su último bebé de tres meses”. Había sido una auténtica masacre. En pocas horas, cientos de civiles fueron conducidos a los establos y alcanzados con descargas de ametralladoras y granadas de mano. Sus casas fueron incendiadas.

"Perdí a mis ocho queridos hijos, todos menores, y a mi pobre querida esposa", recuerda el teniente de Marina, Antonio Tucci, único sobreviviente de su familia.

En Al Pero, la aldea más grande de Stazzema, las casas alrededor de la iglesia fueron destruidas, las personas asesinadas en la plaza con disparos de ametralladora y sus cuerpos amontonados y reducidos a cenizas para destruir las huellas de la masacre. Se calcula que las víctimas mortales fueron alrededor de 400 personas: el recuento asciende a 560 considerando los no residentes.

La engorrosa justicia

Al cabo de pocos días, las autoridades militares estadounidenses se enteraron de la masacre por un desertor alemán y algunos testigos civiles. Ya a mediados de septiembre de 1944 se creó una comisión militar estadounidense, que comenzó a recoger los testimonios de los pocos supervivientes. En 1947 le tocó el turno al Servicio de Investigación Británico. La acusación contra el general alemán Albert Kesserling llevó a los investigadores a centrarse en la figura de Max Simon, comandante de la 16.ª División Panzer-Granaderos: entre las diversas acusaciones formuladas por el tribunal militar inglés estaba también la masacre de Stazzema. Simon fue declarado culpable y condenado a muerte, pero la pena le fue conmutada por cadena perpetua y posteriormente fue indultado. En 1951 se celebró el juicio contra el mayor Max Reder en el tribunal militar de Bolonia: las pruebas no fueron suficientes para una condena y fue absuelto. A partir de ese momento la masacre cayó en el olvido y la ciudad de Stazzema, ahora reducida a una aldea desolada, solo conoció la luz eléctrica a mediados de la década de 1950.

Monumento a las víctimas de la masacre de Sant'Anna de Stazzema.

Monumento a las víctimas de la masacre de Sant'Anna de Stazzema.

Foto: Antonio Pisacreta / Ropi / Zumapress.com / Cordon Press

A principios de 1960 llegó la disposición de archivo provisional por parte del poder judicial militar italiano. El 16 de octubre de 1971, tras un intenso debate parlamentario, la comunidad de Sant'Anna de Stazzema recibió la medalla de oro al valor militar como "Víctima de los horrores de la ocupación nazi”. En marzo de 1995, más de medio siglo después de la masacre, el expediente sobre Stazzema llegó al fiscal militar de La Spezia. El juicio que siguió, celebrado ante el tribunal militar de la ciudad de Liguria, condujo en 2005 a la cadena perpetua para los miembros de las SS responsables de la masacre. La sentencia se mantuvo firme en las sucesivas etapas del juicio entre 2006 y 2007, pero Werner Bruss, Alfred Concina, Ludwig Göring, Karl Gropler, Georg Rauch, Horst Richter, Heinrich Schendel, Alfred Schönemberg, Gerhard Sommer y Heinrich Sonntag nunca cumplieron sus respectivas condenas. Como recuerdan los historiadores Flores y Franzinelli: "Las órdenes de detención europeas han sido ignoradas, y las solicitudes destinadas a cumplir condenas en Alemania han tenido éxito [...] Mientras tanto, los diez condenados a cadena perpetua, que nunca cumplieron un día de cárcel o arresto domiciliario, murieron en sus casas”.

Por el contrario, la existencia de Lina Antonucci, herida pero que escapó de la masacre cuando solo tenía nueve años porque estaba protegida por un comedero y un montón de cadáveres, quedó marcada para siempre: "Yo en Sant'Anna, ese día de 1944, perdí a mi abuela, con quien iba del brazo. Se escapó y le dispararon con un revólver, y yo me quedé en las profundidades, debajo de los muertos. No recuerdo nada más".

Ahora Italia ha echado la vista atrás y ha recordado a las víctimas de la masacre nazi. Gracias al aval de más de 50.000 firmas recogidas en toda Italia, la "ley Stazzema" llegará pronto al parlamento para ser debatida. Sin embargo, no es la primera ley de este tipo que puede llegar a ver la luz en Italia, el país que vio nacer y crecer a Mussolini. Muchos estados están luchando contra los peligros de ideologías fascistas y totalitarias a través de la legislación, llegando en algunos casos a suponer castigos penales. En Italia está prohibido realizar el saludo fascista y en Alemania han seguido una línea parecida, castigándose ciertas expresiones de simpatía con el nazismo también con penas de cárcel. Por su parte, e Francia las sanciones son un poco más suaves, pues el país galo prohíbe la simbología fascista solo en función del contexto. Finalmente, la legislación española se podría decir que es la más blanda de las cuatro en lo que a regímenes totalitarios se refiere, pues no supone ningún tipo de delito la exhibición pública de símbolos de la dictadura franquista.

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