Rodolfo II de Arcimboldo

Rodolfo II de Arcimboldo, el retrato más original de la Historia del arte

vertumno bona

vertumno bona

Erik Lernestål / Skoklosters

A finales del siglo XVI Giuseppe Arcimboldo desarrolló un estilo de pintura tremendamente original y lleno de simbolismos. Representaba la fisonomía de los protagonistas de sus obras a través de objetos cotidianos. Así retrataba al bibliotecario a través de libros, al cocinero con variadas viandas o al jardinero a partir de las plantas que cuidaba.

Conocidas como cabezas compuestas, la más conocida de estas pinturas representa a uno de los hombres más poderosos de la época, el emperador Rodolfo II, encarnado a través de todo tipo de frutas y verduras, desde nabos, coles o zanahorias, hasta frutas exóticas como cerezas o moras. Lejos de ser una obra irónica o un simple divertimento, este óleo presenta al emperador como el dios romano Vertumno, personificación de las estaciones, y proyecta una imagen de él como un gobernante poderoso. 

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Estilo original y único

Museo Civico Ala Ponzone

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Estilo original y único

El estilo desarrollado por Arcimboldo es original y muy peculiar. Es una mezcla de surrealismo y realismo. Representa una imagen distorsionada y grotesca confeccionada por objetos cotidianos, pintados de manera muy naturalista. Sobre estas líneas, Retrato con verduras (izquierda), que cuando se gira 180º se convierte en un clásico bodegón.

Un estilo original y único

Louvre

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Las cabezas compuestas

Este original estilo ha sido denominado como cabezas compuestas y el retrato del emperador Rodolfo II es su culminación. Otro ejemplo de este tipo de representaciones son las alegorías de las cuatro estaciones, realizadas con elementos de cada una de ellas. Son las pinturas más populares del Louvre tras la Gioconda. Arriba, la pintura dedicada al verano.

El emperador

Kunsthistorisches Museum

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El emperador

Rodolfo II de Habsburgo fue Archiduque de Austria, rey de Hungría y de Bohemia y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico  entre 1576-1612. Tenía una personalidad extravagantey era un gran mecenas de las artes y las ciencias. Estableció su corte en Praga, lugar habitual de reunión de los más destacados alquimistas de la época, ciencia que él mismo practicó. Arriba, el emperador, retratado por Martino Rota hacia 1580.

El dios romano

CC

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El dios romano

Por su parte, Vertumno era un dios ancestral de la mitología romana, de origen etrusco, que representaba la noción del cambio del cambio de las estaciones y el crecimiento de las plantas. Se le atribuía el don de transformarse en cualquier forma que desease.

rodolfos

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Una elaborada alabanza

El retrato es mucho más que un divertimento o un chiste, el emperador no permitiría que se rieran de él. Bajo esta apariencia de frivolidad, la obra esconde un simbolismo halagador. Presenta al emperador como generador de riqueza en la naturaleza, que bajo su gobierno viviría una primavera eterna. Sobre estas líneas un retrato de Rodolfo II en 1594 y la obra de Arcimboldo.

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Las partes y el todo

El retrato está resuelto con la mayor maestría. Se puede reconocer los rasgos de una persona en su conjunto, pero cada elemento está tratado de forma individual en un realista bodegón. Y esto nos lleva a la gran paradoja de esta obra: o vemos a Rodolfo o vemos los vegetales.

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Riqueza y exotismo

Alguna de las frutas con las que Arcimboldo representa al gobernante son exóticas, sobre todo en Praga, como las cerezas que cuelgan de sus orejas. Sólo están al alcance de los más ricos y poderosos.

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Alegoría de la literatura latina

La pintura remite a las Elegías del poeta latino Sexto Propercio, del siglo I a.C. en las que describía a Vertumno como "La primera uva cambia de tonalidad, para mí, en racimos que se oscurecen".

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Exuberancia

"Las mazorcas peludas se hinchan de granos lechosos. Aquí se ven cerezas dulces, ciruelas de otoño y moras enrojecidas durante los días de verano [...] "pepinos de color verde oscuro, las calabazas con el vientre hinchado". Todos estos frutos componen el cuerpo del emperador en la obra de Arcimboldo.

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Emperador y dios

Con su obra, Arcimboldo, diviniza la figura del emperador. No solo tenía poder sobre las personas, sino también sobre la naturaleza. Los vegetales de todas las estaciones del año simbolizando una primavera eterna, metáfora de la Edad de Oro que viviría Europa bajo el gobierno de este monarca.