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El Rooswijk era un barco de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales que en enero de 1740 se hundió en el traicionero banco de arena conocido como Goodwin Sands, frente al condado de Kent, en el sureste de Inglaterra. El barco se dirigía a Batavia (la actual Yakarta, la capital de Indonesia) con un importante cargamento de lingotes de plata y monedas. Según parece no hubo supervivientes.
Los restos del Rooswijk fueron descubiertos por un buzo hace más de diez años. Este verano están siendo excavados por un equipo internacional de arqueólogos marítimos: las bodegas y los espacios habitables de popa, los grandes arcones de madera, las jarras y cucharas de peltre, las botellas de vidrio, los mangos ornamentados de los cuchillos e incluso los zapatos de los marineros, según reveló el pasado viernes Historic England, que se ocupa de la excavación de unos restos que pertenecen al gobierno neerlandés.
Algunos objetos del Rooswijk, entre ellos centenares de lingotes de plata y monedas de oro españolas, han sido recuperados en los últimos años. Recientemente, varios medios británicos han informado sobre el hallazgo de nuevos objetos valiosos y los primeros huesos de las víctimas del naufragio. Los restos que permanecen hundidos se encuentran amenazados por las corrientes marinas y las arenas movedizas, por lo que están siendo excavados urgentemente. "Barcos hundidos como el Rooswijk son cápsulas del tiempo que ofrecen una mirada única al pasado y que cuentan una historia", dice Alison James, una arqueóloga marítima de Historic England.