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Un proyecto de iluminación, mantenimiento y restauración ha sido completado en la Sacristía Nueva, un ambiente de la basílica de San Lorenzo de Florencia, proyectado en 1519 por el genio italiano Miguel Ángel (1475-1564) para alojar las tumbas de Juliano II de Médici (1479-1516) y Lorenzo II de Médici (1492-1519) y que es una de sus obras maestras como arquitecto y como escultor. Además de realizar los extraordinarios grupos escultóricos y las decoraciones, Michelangelo Buonarroti diseñó el edificio con sus ventanas y con su cúpula de casetones que recuerda a la del Panteón de Roma. Miguel Ángel fue cuidadoso y escrupuloso al elegir las posiciones de las ventanas, muy consciente de la potencialidad de la luz solar.
La arquitectura, la escultura y el uso de la luz natural están en profunda unión en el arte de Miguel Ángel. La construcción de la Capilla de los Príncipes entre el siglo XVII y el XVIII, cerca de la Sacristía Nueva y con su gran cúpula que durante una parte del año intercepta el recorrido del sol, atenuó la intensidad de la luz difusa y modificó los efectos ideados por Miguel Ángel. Gracias a las nuevas tecnologías, y a un uso inteligente de la luz, se ha instalado una nueva iluminación que evoca, después de más de tres siglos, unas condiciones lumínicas similares a aquellas creadas por el artista del Renacimiento italiano. El proyecto ha sido llevado a cabo por el historiador de arte y restaurador Antonio Forcellino, a quien se debe también la cuidadosa limpieza de la Madonna Medici y de los santos Cosme y Damián, y por el maestro de la luz Mario Nanni, con la colaboración de la doctora Monica Bietti, historiadora del arte, según anunció ayer en un comunicado los Museos del Bargello, que ha promovido el nuevo proyecto con la ayuda de Lottomatica.