Recuperan canciones olvidadas de los supervivientes del Holocausto

Los nazis obligaron a los prisioneros a cantar algunas de estas canciones a diario, antes o después de realizar sus respectivos trabajos forzados

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Foto: The University of Akron

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Grabador de alambre

Uno de los primeros magnetófonos de alambre, que perteneció al psicólogo David Boder, junto a los carretes con sus grabaciones y notas de sus entrevistas.

Foto: The University of Akron

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Grabador de alambre modernizado

Grabador de alambre modernizado que ha permitido escuchar las voces de los supervivientes del Holocausto.

Foto: The University of Akron

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Cuatro investigadores

De izquierda a derecha: James Newhall, quien rediseñó el magnetófono de alambre, junto a Jon Endres, Jodi Kearns y David Baker, todos del Cummings Center.

Foto: The University of Akron

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Grabador de alambre modernizado

Grabador de alambre modernizado. Jon Endres, un productor y especialista en multimedia del Centro Cummings, consiguió digitalizar las grabaciones.

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La Universidad de Akron, en el estado de Ohio, ha localizado entre sus archivos un carrete de un grabador de alambre que contiene las denominadas Canciones de Hénonville, cantadas en yiddish y en alemán por supervivientes del Holocausto en un campo de refugiados situado en dicho municipio, en el norte de Francia. Los nazis obligaron a los prisioneros a cantar algunas de estas canciones a diario, antes o después de realizar sus respectivos trabajos forzados, explica un comunicado que difundió ayer la Universidad de Akron. Las grabaciones, fechadas en el verano de 1946, finalizada ya la Segunda Guerra Mundial, hacía tiempo que se daban por perdidas. "Es importante ofrecer al mundo las melodías cantadas por aquellos que fueron sentenciados a muerte mediante trabajos forzados, durante uno de los horrores más abominables del siglo XX", destaca David Baker, director general del Centro para la Historia de la Psicología de la Universidad de Akron.

David Boder (1886-1961) nació en el seno de una familia judía de Letonia y fue profesor de psicología en el Instituto de Tecnología de Illinois. En 1946 viajó a Europa y, como sabía hablar nueve idiomas, entrevistó a más de 130 judíos supervivientes que se encontraban en campos de refugiados de Francia, Suiza, Italia y Alemania. Boder utilizó un magnetófono de alambre, la tecnología más avanzada de la época, y acumuló 200 carretes de alambre con todo tipo de grabaciones: historias reales, canciones y servicios religiosos.

Recientemente, el Centro para la Historia de la Psicología de dicha universidad desarrolló un proyecto de digitalización de sus archivos y casualmente apareció una lata sin etiquetar, que contenía las Canciones de Hénonville. Sin embargo, ningún magnetófono de alambre del centro era compatible con los carretes descubiertos y tuvo que pasar un año hasta encontrar un aparato semejante en eBay. Jon Endres, un productor y especialista en multimedia del Centro Cummings, consiguió digitalizar las grabaciones. "Escuchar de nuevo estas canciones, después de setenta años de silencio, supone ofrecerle al mundo una mayor comprensión de las circunstancias y experiencias de aquellos que fueron testigos de un capítulo oscuro de la historia humana", expresa Baker.

Escucha fragmentos de las canciones en el siguiente enlace.