Tecnologia y paleoantropología

Reconstruyen virtualmente el cráneo de un neandertal que vivió hace unos 150.000 años

Un estudio liderado por la Universidad La Sapienza de Roma, y que ha contado con la participación del IPHES-CERCA, ha conseguido describir virtualmente el cráneo de uno de los fósiles neandertales más enigmáticos del mundo, el conocido como Hombre de Altamura, que fue descubierto en 1993 en la cueva de Lamalunga, al sur de Italia.

Reconstrucción virtual del Hombre de Altamura realizada mediante complejos procesos informáticos.

Reconstrucción virtual del Hombre de Altamura realizada mediante complejos procesos informáticos.

Reconstrucción virtual del Hombre de Altamura realizada mediante complejos procesos informáticos.

IPHES

En 1993, un grupo de espeleólogos se encontraba explorando un sistema de rocas kársticas cerca de Altamura, una localidad del sur de Italia, cuando en un conducto vertical de unos quince metros de altura, en la cueva de Lamalunga, encontraron tres pasillos. Tras iluminar el del centro se dieron cuenta de que las paredes estaban repletas de huesos de animales que habían quedado atrapados entre las estalactitas y las estalagmitas modeladas por el tiempo. Pero las sorpresas no acabaron ahí. Al final del pasillo lograron acceder a una pequeña cámara donde en medio de una gran columna de calcita sobresalían los restos de lo que parecía un cráneo humano.

Los análisis preliminares desvelaron que además del cráneo se habían conservado más huesos del individuo y que, al parecer, se trataba de un hombre adulto. Finalmente, gracias a los avances tecnológicos y al buen estado de conservación que presentaban los restos, se pudo averiguar que el cráneo del Hombre de Altamura era el de un neandertal que vivió hace unos 150.000 años, uno de los ejemplares más antiguos conocidos hasta la fecha, lo que convierte al yacimiento de Altamura en uno de los más importantes del mundo. 

Características arcaicas

Pero ¿cómo llegó hasta allí? Los investigadores sugirieron que podría haber caído por el conducto vertical en el que se habían acumulado asimismo una gran cantidad de huesos de animales. Especularon con que lo más probable es que aquel hombre hubiera quedado atrapado y al final muriera de hambre. En aquel momento los investigadores desconocían el período, así como la especie humana a la que pertenecían los restos del individuo, al que bautizaron como Hombre de Altamura, aunque se especuló con que se trataba de un Homo heidelbergensis.

En un principio, los investigadores desconocían la especie humana a la que pertenecían los restos, así como el período.

Uno de los investigadores durante los trabajos de reconstrucción virtual.

Uno de los investigadores durante los trabajos de reconstrucción virtual.

Uno de los investigadores durante los trabajos de reconstrucción virtual.

IPHES

Ahora, el equipo de investigadores de Altamura, liderado por el paleoantropólogo de la Universidad La Sapienza de Roma Antonio Profico, y que ha contado con la participación del investigador posdoctoral en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA) Costantino Buzi, ha conseguido recrear virtualmente el cráneo del neandertal de Altamura. Los resultados de esta nueva investigación acaban de ser publicados en la revista Communications Biology.

Según ha explicado Buzi, aunque la morfología del cráneo de Altamura encaja dentro de la variabilidad neandertal, conserva algunas características que se han identificado en muestras europeas arcaicas, lo que ha permitido a los investigadores plantear la hipótesis de que los rasgos arcaicos del Hombre de Altamura podrían deberse al aislamiento geográfico de las primeras poblaciones de neandertales que vivieron en el sur de Italia.

Para saber más

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un Excepcional estado de conservación

En un principio, tras su descubrimiento, los restos del Hombre de Altamura se vieron relegados al olvido debido a la dificultad que presentaba su extracción. Pero en 2015, investigadores de la Universidad de La Sapienza pudieron acceder de nuevo a la cavidad y con la ayuda de un brazo robótico consiguieron extraer una muestra ósea de la escápula derecha. Los resultados de aquel estudio, incluido el del ADN mitocondrial, fueron publicados en la revista Journal of Human Evolution y determinaron sin ningún género de duda que se trataba de un Homo neanderthalensis que vivió hace entre 130.000 y 172.000 años. 

Los huesos del Hombre de Altamura fueron relegados al olvido debido a la dificultad de su extracción de la cueva, pero en 2015, gracias a un brazo robótico, se pudo extraer una muestra.

El cráneo de Altamura se encuentra a caballo de dos cámaras dentro del sistema kárstico.

El cráneo de Altamura se encuentra a caballo de dos cámaras dentro del sistema kárstico.

El cráneo de Altamura se encuentra a caballo de dos cámaras dentro del sistema kárstico.

IPHES

Con todo, el díficil acceso a la cavidad y la imposibilidad de la extracción física de los huesos han obligado a los investigadores a desarrollar técnicas virtuales para analizarlos sin causarles daño alguno. Así, gracias a los avances tecnológicos que se han dado en los últimos años en el campo de la paleoantropología virtual, los investigadores de la Universidad de La Sapienza y del IPHES han sido capaces de recrear virtualmente el cráneo del Hombre de Altamura gracias a sofisticados procesos informáticos (combinando el uso de sensores láser y fotogrametría), como explican detalladamente en su artículo. 

Para saber más

Rostros del pasado. Reconstrucción de un neandertal en base a los fósiles hallados en el yacimiento francés de La Chapelle-aux-Saints, por Elisabeth Daynes.

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"El hombre de Altamura representa un ejemplo único: es un neandertal potencialmente completo (no sabemos de otros tan representativos). El esqueleto está desarticulado y cubierto de capas de calcita, cuya formación ha favorecido la conservación excepcional incluso de las estructuras esqueléticas más frágiles, como las del interior de la apertura nasal", afirma Costantino Buzi sobre unos huesos que, por su antigüedad y su excepcional estado de conservación, con toda seguridad proporcionarán abundante información sobre la morfología y la evolución de esta extinta especie humana.