Tecnología al servicio de la historia

Reconstruyen el aspecto de una mujer sueca de hace 4.000 años

Usando última tecnología y mucho arte, se ha reconstruido el aspecto de una mujer de hace 4.000 años sólo a partir de su esqueleto.

Mujer de Lagmansören

Mujer de Lagmansören

Foto: Óscar Nilsson / Västernorrlands Museum

Reconstruir de manera 100% fidedigna el aspecto que tenía una persona que vivió hace milenios sólo a partir de su esqueleto puede ser una tarea imposible, pero actualmente la ciencia brinda muchas herramientas para acercanos lo más posible a ello. Un ejemplo es la llamada mujer de Lagmansören, una escultura construida a partir del cráneo de una mujer de hace 4.000 años y expuesta en el Västernorrlands Museum de Suecia.

Utilizando escaneo e impresión 3D, se creó una réplica del cráneo que sirvió de base al artista Oscar Nilsson para reconstruir la cara de la mujer. Posteriormente, la arqueóloga Helena Gjaerum creó para ella ropa y accesorios para darle el aspecto que podría haber tenido una mujer escandinava del Neolítico tardío. Ahora, la estatua de la mujer de Lagmansören es la atracción principal de la exposición permanente del museo.

El esqueleto de la mujer de Lagmansören fue hallado junto con el de un niño o niña de 7 años.

¿Quién fue la mujer de Lagmansören?

El esqueleto fue hallado en 1923 en las proximidades del río Indalsälven, en los bosques del noreste de Suecia; medía 1'50 metros de altura y su estudio determinó que tenía entre 20 y 30 años. Junto a ella se encontraba otro esqueleto, de unos 7 años y sexo indeterminado (en individuos que no han alcanzado la pubertad no se puede establecer porque los cambios morfológicos entre sexos aún no se han desarrollado). Aunque el ADN se encontraba demasiado degradado como para establecer si eran parientes, la hipótesis principal era que se trataba de una madre y su hijo o hija.

La tumba era una cista, un tipo de enterramiento prehistórico entre losas de piedra, que contenía un trozo de pedernal además de los dos esqueletos. La sepultura cobra importancia por ser la única de este tipo que se ha encontrado en la región, por lo que en 2019, cuando se decidió renovar la exposición permanente, se decidió dar el protagonismo a la mujer de Lagmansören. Para ello se pusieron en contacto con el paleoartista Oscar Nilsson, especializado en la reconstrucción de rostros a partir de restos arqueológicos; y con la arqueóloga Helena Gjaerum, que ha estudiado el clima y los animales del Neolítico escandinavo para elaborar una propuesta de ropa que podría haber llevado la mujer.

La reconstrucción de la mujer de Lagmansören, junto al cráneo

La reconstrucción de la mujer de Lagmansören, junto al cráneo

Foto: Óscar Nilsson / Västernorrlands Museum

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Dar vida a los huesos

Reconstruir un rostro a partir de un cráneo es una tarea compleja: en primer lugar porque lo que da forma a la cara son en buena parte los tejidos blandos que no se conservan; y en segundo, porque el ADN tan antiguo se encuentra demasiado degradado para saber características como el color de la piel o del cabello.

Sin embargo, una aproximación bastante fiable es posible mediante el escaneo y el estudio del cráneo. Características como la prominencia de los dientes y de la mandibula, la posición de las cuencas de los ojos o el hueso nasal permiten predecir cómo se habrían desarrollado los músculos sobre el hueso. Lo más complicado es dotar al rostro de una expresión real y ahí es donde entra el arte y la imaginación. Oscar Nilsson ha empleado más de 350 horas en reconstruir la cara de esta mujer de forma realista con una arcilla especial que imita la piel, pero algunos detalles distintivos – como el color del pelo o de los ojos – son conjeturas basadas en el estudio de las migraciones.

También es hipotética la reconstrucción de la ropa de la mujer, que luce el aspecto que podría haber tenido una granjera y agricultora de hace 4.000 años. Helena Gjaerum se ha basado en la información conocida sobre la fauna así como las técnicas de artesanía de aquella época y los materiales que hubiera tenido disponibles, como huesos y pieles de animales: ciervo y alce para el vestido; reno, castor y zorro para los zapatos; y una garra de pájaro para el collar. No sabremos nunca cómo fue realmente la mujer de Lagmansören, pero la que recibe a los visitantes en el museo parece tan real como la original.

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