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En 1957, unos trabajadores se toparon con tres esqueletos en la cripta del priorato de Whithorn, en Escocia. Desde entonces, poco ha podido averiguarse sobre quiénes fueron y cómo vivieron estas personas. Ahora, más de 60 años después, los investigadores han empleado la ciencia forense para ponerles rostro mediante el uso de la reconstrucción facial en 3D y la animación digital, y, así, devolverles en cierto modo a la vida. Conocido como el Caso sin Resolver Whithorn, este proyecto forma parte de una iniciativa liderada por The Whithorn Trust, una organización benéfica escocesa, que administra Whithorn Priory, una de las primeras comunidades cristianas de Escocia.
Christopher Rynn, un antropólogo craneofacial forense, fue el encargado de llevar a cabo la reconstrucción de estos tres individuos utilizando una combinación de la más moderna tecnología y técnicas forenses. Los esqueletos pertenecen a una mujer joven, un sacerdote y el único individuo del que sí se conoce su identidad: el obispo Walter. Este personaje se convirtió en obispo de la comunidad en 1209, según han explicado expertos de los Museos Nacionales de Escocia.

Imagen de los restos del priorato de Whithorn donde fueron hallados los tres esqueletos.
Foto:CC (Chris Andrews)
Tecnología al servicio de la arqueología
El primer paso de Rynn fue crear un escaneo 3D de cada cráneo."No quería que estos rostros parecieran una escultura digital, así que cuando se trataba de los músculos, los esculpí en cera y luego los escaneé en 3D de la misma manera que se escaneó el cráneo", ha explicado Rynn en la presentación del proyecto. "Hice que pareciera una persona agregando texturas fotográficas, que es un proceso de selección de fotografías de varias personas diferentes que se parecen al modelo 3D y luego las proyecté en el cráneo", continúa.
'No quería que estos rostros parecieran una escultura digital, así que cuando se trataba de los músculos, los esculpí en cera y luego los escaneé en 3D', ha explicado Rynn.

Reconstrucción digital de uno de los cráneos encontrados.
Foto: Museos Nacionales de Escocia (Chris Rynn)
Los resultados de las reconstrucciones en 3D de los tres cráneos son muy realistas. Rynn usó inteligencia artificial para darles vida, hizo que se movieran, parpadearan e incluso sonrieran, dando la impresión de que estaban vivos. "Fue realmente interesante trabajar con todos estos cráneos porque uno de ellos, el del sacerdote, que tenía labio y paladar hendido; es el cráneo más asimétrico con el que he trabajado", ha afirmado Rynn. Por otra parte, según el investigador, "la joven es el cráneo más simétrico con el que he trabajado".
La historia en imágenes 3D
Según Christopher Rynn, la simetría que presenta el cráneo femenino sugiere que la joven poseía una gran belleza: "Cuando la cara crece durante la infancia, durante la adolescencia, no crece simétricamente simultáneamente. Crece de izquierda a derecha; algo así como caminar". La joven, que tenía unos 20 años en el momento de su muerte, fue enterrada en un ataúd de piedra situado frente al altar mayor, junto a la tumba del obispo Walter, lo que hace pensar a los investigadores que tuvo un elevado estatus a pesar de su juventud.
La mujer, que tenía unos 20 años en el momento de su muerte, fue enterrada en un ataúd de piedra situado frente al altar mayor.

Reconstrucción facial del obispo Walter.
Foto: Museos Nacionales de Escocia (Chris Rynn)
Whithorn Trust presentó las animaciones el pasado 30 de septiembre durante el Festival del Libro de Wigtown como una forma de volver a visitar "el archivo arqueológico del área", en sus propias declaraciones. Junto a Rynn se encontraban la doctora Kirsty Dingwall, de Headland Archaeology, y el doctor Adrian Maldonado, de los Museos Nacionales de Escocia. "La oportunidad de ver e imaginar que podemos escuchar a estas tres personas de hace tantos siglos es una forma notable de ayudarnos a comprender nuestra historia y ascendencia", ha declarado Julia Muir-Watt, gerente de desarrollo de The Whithorn Trust.
"Siempre es un desafío imaginar cómo era realmente la vida en la época medieval, y estas reconstrucciones son una manera brillante de relacionarse con quiénes eran realmente estas personas de nuestro pasado, conocer su vida cotidiana, sus esperanzas y sus creencias", concluye convencida.