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Lo que han revelado las últimas excavaciones en el yacimiento egipcio de Heracleópolis Magna

Un equipo de arqueólogos españoles saca a la luz desde hace más de cincuenta años la historia oculta de Heracleópolis Magna, en el Egipto Medio, una floreciente ciudad que fue capital del antiguo Egipto durante las dinastías IX y X, hace unos 4.000 años, y en la que han descubierto vestigios de todos los períodos de la historia de este país milenario.

Basa de Estatua de la tumba de Tanetamón, Gran Concubina del harén de Heryshef. Necrópolis del Tercer Periodo Intermedio en Heracleópolis Magna (Dinastía XXII). 

Foto: Ahmed Amin

Di la verdad en tu casa para que te respeten […]. No distingas entre un hijo bien nacido y un plebeyo. Toma al hombre según sus habilidades [...]. Trabaja para el futuro". Estas palabras, contenidas en un texto sapiencial conocido como Instrucciones para Merikare, fueron pronunciadas hace más de 4.000 años por el rey Khety e iban dirigidas a su hijo, el futuro rey Merikare, que gobernó Egipto desde la ciudad de Heracleópolis Magna (la Nen-nesu de los antiguos egipcios) durante la dinastía X (hacia 2025 a.C.).

Heracleópolis Magna, la actual Ehnasya el-Medina, es una ciudad situada en el Egipto Medio, a 130 kilómetros al sur de El Cairo, la capital del país. Se halla emplazada en la orilla occidental del Nilo, cerca del Bahr el Yusuf, el brazo del río que desemboca en el oasis del Fayum. En época faraónica, la ciudad fue la capital del XX nomo (que es el nombre que recibían en el antiguo Egipto las provincias) del Alto Egipto llamada Naret-Hentet o Naret Superior. Ahora, la necrópolis del yacimiento está siendo excavada por la Misión Arqueológica española, bajo la dirección de la egiptóloga M. Carmen Pérez-Díe, cuyos descubrimientos van a permitir recuperar la memoria de los antiguos heracleopolitanos.

Relieve con la representación del dios Heryshef seguido de su esposa Hathor. Enfrente, parte de los cartuchos de Ramsés II. Reino Nuevo. Pertenece a la puerta del pilono de templo de Heryshef.

Foto: Antonio Gómez

Historia de un proyecto

La historia empieza en 1967, cuando el Gobierno de España y el de la República Árabe de Egipto acordaron llevar a cabo un programa conjunto de cooperación cultural. La idea surgió tras la exitosa campaña de excavaciones en Nubia con motivo de la construcción de la presa de Asuán, que iba a inundar una parte del territorio egipcio y sudanés. El Estado español solicitó entonces la concesión de la excavación del yacimiento de Heracleópolis Magna, muy extenso y poco explorado hasta la fecha. Así daría inicio un proyecto adscrito al Museo Arqueológico Nacional de Madrid, en colaboración con el Servicio de Antigüedades egipcio, que es pionero y con continuidad en el tiempo. De hecho, es el primero de todos los realizados en Egipto por arqueólogos españoles.

En 1967, el Gobierno de España y el de la República Árabe de Egipto acordaron llevar a cabo un programa conjunto de cooperación cultural.

Entre 1966 y 1983, las excavaciones en Heracleópolis estuvieron dirigidas por el prestigioso arqueólogo Martín Almagro, y desde 1984 hasta la actualidad por M. Carmen Pérez-Die, egiptóloga y exconservadora jefe del departamento de Antigüedades Egipcias y del Oriente Próximo en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, cargo que ocupó hasta 2020. Antes de 1980, pudo realizarse el reparto de algunas piezas descubiertas en el transcurso de la excavación y que actualmente se exhiben en el museo español.

Estela de falsa puerta de la dama Meret, concubina real. Necrópolis de Época Heracleopolitana / inicios del Reino Medio (Dinastías IX-XI). 

Foto: Ahmed Amin

En 1984, cuando la egiptóloga M. Carmen Pérez-Die se hizo cargo del proyecto de excavación de Heracleópolis Magna, se planteó innumerables preguntas a las que intentó buscar respuesta; todo ello con el objetivo de lograr presentar adecuadamente las conclusiones que los trabajos españoles podían aportar a la historia de Egipto. De hecho, textos escritos y arqueología, las fuentes principales de conocimiento, han ido de la mano, completándose unos con otras.

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Equipo multidisciplinar

Los profesionales que componen el equipo arqueológico español han usado las más modernas técnicas que hoy en día pueden aplicarse a la arqueología: fotogrametría, estudios geofísicos y geomágnéticos, estudios epigráficos, estratigráficos, arqueológicos... El proyecto es multidisciplinar y en él participan arqueólogos, restauradores, dibujantes, arquitectos, ingenieros, antropólogos, geólogos, astrónomos, ceramólogos... así como estudiantes egipcios. Los resultados han sido espectaculares: Heracleópolis Magna se ha revelado a los investigadores como una de las ciudades más relevantes del antiguo Egipto, tanto durante el período faraónico como durante el copto, la última etapa de la historia egipcia.

El proyecto es multidisciplinar y en él participan arqueólogos, restauradores, dibujantes, arquitectos, ingenieros, antropólogos, geólogos, astrónomos, ceramólogos... así como estudiantes egipcios.

La época de máximo esplendor de la ciudad tuvo lugar durante la conocida como Época Heracleopolitana, correspondiente a las dinastías IX y X (hacia 2160- 2025 a.C.), cuando Heracleópolis fue la capital de Egipto. Las tumbas de los dignatarios de este período han sido descubiertas por arqueólogos españoles que han contribuido a que la esquiva Época Heracleopolitana emerja ahora con absoluta certeza. Tumbas con pinturas, estelas de falsa puerta o mesas de ofrendas hacen de este cementerio uno de los lugares más fascinantes excavados actualmente en Egipto.

Pared meridional de la tumba de Hotep-Uadjet. Medidor en la estancia del antyu.  Aportación de ofrendas a la mesa del difunto. Necrópolis de Época Heracleopolitana/inicios del Reino Medio (Dinastías IX-XI). 

Foto: Ahmed Amin

También los soberanos del Reino Medio y del Reino Nuevo se hallan presentes en Heracleópolis. El equipo ha descubierto inscripciones datadas del reinado de Sesostris II (1877-1870 a.C.), procedentes de su templo funerario en Lahun, que fueron reutilizadas en el templo de Heryshef y traídas a este lugar por el faraón Ramsés II (1279-1213 a.C.), quien amplió el santuario con nuevas estancias e inscripciones. El faraón nos deja asimismo menciones de su fiesta Heb sed (una ceremonia que tenía lugar cada 30 años y que servía para regenerar las fuerzas y el poder del soberano), que debió de celebrarse solemnemente en este templo.

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Tumbas de las últimas dinastías de Egipto

Por su parte, la necrópolis "real" del Tercer Periodo Intermedio, correspondiente a las dinastías XXII-XXIV (945-715 a.C.), albergó los cuerpos de los hijos de los faraones de Tanis, en el Delta, que habían asumido el control político, religioso y militar de la ciudad junto con las hijas de los sumos sacerdotes de Tebas, las adoratrices de Amón. Se hicieron enterrar con un ajuar funerario digno de su rango: vasos canopos, ushebtis y recipientes de alabastro. Los investigadores han podido situar cronológicamente a estas personas vinculadas a la familia real y establecer sus relaciones de parentesco.

Además, la excavación de las tumbas de más de mil personas que murieron durante la dinastía XXV (747-656 a.C.) permite concluir que fueron precisamente estos individuos quienes sufrieron el asedio de la ciudad y los que cayeron en la batalla librada entre el rey kushita Piankhy y el heracleopolitano Paeftchauauyenbastet. La arqueología, así, ha confirmado lo que relatan las inscripciones de la conocida como Estela de Piankhy.

La necrópolis real contiene los cuerpos de los hijos de los faraones de Tanis que fueron enterrados con lujosos ajuares funerarios.

Necrópolis del Tercer Periodo Intermedio. Vista general. Dinastías XXII-XXV (850-650 a.C.). 

Foto: Carmen Pérez Die

Se ha logrado, asimismo, reconstruir virtualmente el templo de Heryshef y se ha otorgado una importancia primordial tanto a la restauración de piezas como a la recolocación de losas de piedra en el pórtico del edificio, así como a la creación de un museo al aire libre en el yacimiento. De hecho, todos estos hallazgos permiten abrir nuevos frentes de investigación y Pérez Díe es muy optimista respecto al futuro de las excavaciones. "Seguiremos hallando respuestas a nuestras preguntas y difundiendo en conferencias y congresos las aportaciones a la historia de Egipto del trabajo que realizamos los españoles", concluye la egiptóloga.

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