Mitos y leyendas de Asia Central

Las Puertas Caspias, las legendarias murallas del Cáucaso

Conocidas popularmente como las Puertas de Alejandro por la literatura medieval, lo más probable es que las Puertas Caspias, unas imponentes fortificaciones erigidas durante el siglo VI d.C., fueran construidas por orden del rey sasánida Cosroes I con el objetivo de contener el avance imparable de los pueblos bárbaros del norte y mantener Anatolia y Oriente Medio a salvo de posibles invasiones.

La ciudadela de Naryn-Kala en Derbent, Rusia.

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Aquellos a los que las fuentes se refieren como "turcos celestiales" fueron una abigarrada confederación de pueblos nómadas que se distribuyeron a lo largo de las estepas orientales y el noroeste del Asia Central. Estas gentes constituyeron un poderoso estado, que recibió el nombre de Kaganato de Korktuk, cuyo poder se extendió desde el año 553 al 631 d.C. Tal vez para frenar su avance, el rey sasánida Cosroes I hizo levantar una imponente fortificación, unas murallas conocidas como las Puertas Caspias, cuya construcción legendariamente se ha atribuido (sobre todo en la literatura medieval) al conquistador macedonio Alejandro Magno. Pero ¿dónde estaban las Puertas Caspias? Actualmente sigue siendo un misterio su localización exacta, aunque los investigadores barajan dos posibles ubicaciones para estas míticas defensas.

Una ubicación misteriosa

Una de las ubicaciones que se ha propuesto para las Puertas Caspias es el desfiladero de Darial, una garganta fluvial situada en la frontera entre Rusia y Georgia por la que discurre el río Terek. En esta ubicación ya existían fortificaciones romanas y persas desde el año 150 a.C. El geógrafo griego Estrabón las llamó Porta Caucasica y Claudio Ptolomeo, Fortes Sarmatica. La segunda ubicación propuesta es Derbent, que significa "puerta cerrada" en persa. Esta ciudad de la república de Daguestán, en Rusia, cuenta con una impresionante muralla compuesta nada menos que por treinta torres orientadas al norte, que se extiende a lo largo de 40 kilómetros entre el mar Caspio y las montañas del Cáucaso, y que se erigió en época sasánida. La ciudad también cuenta con una ciudadela de la misma época que es conocida por los árabes como Bāb al Abwab (Puerta de las puertas) y por los turcos como Demirkapi (Puerta de hierro).

La segunda ubicación propuesta para las Puertas Caspias es Derbent, que significa 'puerta cerrada' en persa. Esta ciudad de la república de Daguestán, en Rusia, cuenta con una una impresionante muralla.

Fortaleza Naryn-Kala en Derbent, Daguestán, Rusia.

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Vista aerea de Fortaleza Naryn-Kala en Derbent, Daguestán, Rusia.

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Así, aunque las Puertas Caspias históricas no se empezaron a construir hasta, muy probablemente, el reinado del rey sasánida Cosroes I, en el siglo VI d.C., mucho tiempo después de Alejandro Magno, su construcción siempre se ha atribuido de un modo legendario al rey macedonio, y ha pasado a formar parte de las muchas leyendas que envuelven la figura del conquistador del Imperio persa. Lo que sí es probable es que algunos altos oficiales del ejército de Alejandro visitaran la zona tras la conquista del Imperio aqueménida, y ordenasen una mejora de las defensas ya existentes para evitar sorpresas desagradables.

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Muralla de leyenda

Sea como fuere, también el historiador judío del siglo I d.C. Flavio Josefo afirma que aquellas murallas erigidas en el Cáucaso fueron levantadas por Alejandro para evitar posibles invasiones de pueblos escitas, identificados por los judíos como Josefo con los magogitas, según los textos bíblicos descendientes de Magog y que habitaban en los extremos del mundo conocido. Las referencias a estas fortificaciones que hace Flavio Josefo aparecen en dos de sus obras: La guerra judía, en la que historiador insinúa que las Puertas de Hierro que levantó Alejandro estaban controladas por el rey de Hircania, una región situada al sur del mar Caspio, que permitía el paso a los alanos, a quienes Josefo consideraba una tribu escita, y también las menciona en Antigüedades de los judíos, la segunda obra de Josefo, que contiene dos pasajes importantes. En uno de ellos el historiador considera a los escitas descendientes de Magog y en otro narra que las Puertas Caspias fueron atravesadas por los escitas durante el conflicto que enfrentó a los romanos con los partos por Armenia durante el gobierno del emperador Tiberio.

Según el historiador judío del siglo I d.C. Flavio Josefo aquellas murallas erigidas en el Cáucaso fueron levantadas por Alejandro para evitar posibles invasiones de pueblos escitas, asociados por los judíos como Josefo con los magogitas.

Miniatura en la que se representa a Dhul-Qarnaynque construyendo la Muralla de Hierro con la ayuda de unos djins (genios) para mantener a los bárbaros Gog y Magog alejados.

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Las referencias a estas legendarias murallas aparecen asimismo siglos después en la obra El romance de Alejandro, escrita alrededor del año 338 d.C. En ella se narra que Alejandro Magno persigue a los besos, una tribu de origen tracio, en su paso entre dos picos situados en el Cáucaso que son conocidos como los Pechos del Mundo. Según El romance, Alejandro hace prisioneras a las "naciones sucias" del norte, entre las que se incluye a las tribus de Gog y Magog (naciones que, según el Apocalipsis, se encuentran "en los cuatro extremos de la Tierra") y las retiene tras un enorme muro de hierro. Una historia similar aparece mencionada en una sura del Corán, la llamada al-Kahf (la cueva), en la que un hombre bueno que anhelaba el conocimiento y la verdad, llamado Dhul-Qarnayn (el que tiene dos cuernos), y al que algunos identifican con el propio Alejandro Magno, construye un gran muro a los pies de las montañas para detener a Gog y Magog y proteger así a los inocentes.

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Las Puertas Caspias en la Edad Media

Durante la Edad Media, las Puertas de Alejandro también aparecen mencionadas en el libro de viajes de Marco Polo y en los Viajes de sir John Mandeville. Este último ha sido considerado como un autentico bestseller de la Edad Media. En él, el autor mezcló y copió obras de Marco Polo, Odorico (un misionero y viajero del siglo XIII) y el historiador y monje Haitón de Córico, e identificó a Gog y Magog con las Diez Tribus Perdidas de Israel. Marco Polo también hace referencia a las Puertas de Hierro de Alejandro, pero dice que quienes se encuentran atrapados tras estos gigantescos muros son los miembros de una tribu que habita al norte del mar Negro y el río Volga, los cumanos. Marco Polo también menciona a los pueblos de Gog y Magog, pero los ubica en China, tal vez en un intento de explicar la existencia de una construcción de características tan colosales como la Gran Muralla.

Marco Polo también hace referencia a las Puertas de Hierro de Alejandro, pero dice que quienes se encuentran atrapados tras estos gigantescos muros son los miembros de una tribu que habita al norte del mar Negro y el río Volga, los cumanos.

Miniatura del siglo XV que representa al pueblo de Gog y Magog siendo apresados por el ejército de Alejandro Magno.

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Asimismo, muchas otras leyendas medievales parecen tener su origen en las famosas Puertas de Alejandro, como por ejemplo la leyenda que hace referencia a la existencia de los llamados "judíos rojos", un pueblo que invadiría Europa durante las tribulaciones que precederían al fin del mundo. En opinión de uno de los mayores especialistas en este tema, Andrew Gow, que ha estudiado a fondo los textos en alemán antiguo en los que se los menciona, la historia de estos "judíos rojos" en realidad sería el resultado de la fusión de tres tradiciones distintas: las referencias bíblicas a Gog y Magog, a las tribus pérdidas de Israel y un episodio del Romance de Alejandro Magno en el que el rey macedonio encierra a una raza de paganos detrás de una gran muralla en el Cáucaso. En todo caso, muy posiblemente la historia de las Puertas Caspias, Puertas de Alejandro o Puertas de Hierro seguirá constituyendo un interesante enigma para los historiadores.