Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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En la antigua Roma los materiales de construcción eran muy valiosos, tanto que incluso la basura podía ser de utilidad. Las excavaciones en Pompeya, sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., han sacado a la luz algo más que edificios y espacios públicos: en varias ubicaciones se han hallado depósitos de materiales descartados, como cerámicas y yeso, que también se encuentran en las paredes de los edificios: según los investigadores esto demuestra que el reciclaje tenía un papel importante en las ciudades romanas.
“Hemos descubierto que parte de la ciudad está construida con basura. Fuera de los muros hay montones de materiales apilados que luego se recogían para rellenar los muros”. Esta es la conclusión de la arqueóloga Allison Emmerson, del equipo de la Universidad de Cincinnati que trabaja en la ciudad romana. Estos materiales son muy variados: fragmentos de ánforas y de baldosas, mortero y yeso son los más comunes, por lo que eran especialmente adecuados para ser reutilizados como elementos de relleno en la construcción.
Parte de la ciudad está construida con basura. Fuera de los muros hay montones de materiales apilados que luego se recogían para rellenar los muros.
Estos depósitos se acumulan extramuros, pero en ubicaciones donde también se encontraban edificios habitados, lo que según los investigadores sugiere que estos lugares no eran vertederos sino espacios pensados para materiales que los propios habitantes pretendían reutilizar y querían tener a mano. “Los pompeyanos vivían mucho más cerca de su basura de lo que muchos de nosotros consideraríamos aceptable, no porque la ciudad no dispusiera de la infraestructura o no se preocuparan de gestionar sus residuos, sino porque sus sistemas de organización se basaban en principios diferentes”.
Según la profesora Emmerson, este modelo “tiene relevancia para la actual crisis de residuos” ya que se basa en los mismos principios que se intentan aplicar actualmente en la gestión eficiente de las ciudades, priorizando la reutilización de residuos en vez de desecharlos en vertederos. Así pues, al ya generoso legado romano que hemos heredado, hay que sumarle el reciclaje.