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A finales de la Segunda Guerra Mundial, mientras las tropas del Tercer Reich emprendían su retirada ante el avance del Ejército Rojo, los nazis escondieron bajo tierra, en algún lugar entre las poblaciones polacas de Wroclaw (Breslavia) y Walbrzych –entonces parte del territorio alemán–, un tren de más de 100 metros de longitud supuestamente cargado de oro, joyas, piedras preciosas y obras de arte. Del tren nunca más se supo… hasta el pasado mes de agosto, cuando dos vecinos de la ciudad minera de Walbrzych aseguraron haber dado con el lugar donde está enterrado el famoso “tren del oro nazi”. Piotr Koper y Andreas Richter propusieron que se excavara la zona y a cambio se les recompensara con el 10% del tesoro por el hecho de haberlo descubierto y en reconocimiento de la larga labor de investigación.
Aunque nadie encontró nada, la noticia caló en el Gobierno polaco, que a finales del mes de septiembre desplegó un equipo de zapadores del ejército dispuesto a comprobar si había minas en la zona que delatasen la presencia del supuesto tren. Los soldados se desplegaron entre el kilómetro 61 y 67 de la ruta ferroviaria que va de Wroclaw a Walbrzych, donde se sospecha podría encontrarse el preciado tren. La determinación del Ejecutivo de Polonia, cuyo viceprimer ministro de Cultura, Piotr Zuchowski, llegó a asegurar que “estaba convencido al 99 %” de que el tren se hallaba enterrado en algún lugar de aquella zona”, despertó el interés de los medios de comunicación internacionales.
Para acabar con la incerteza, Polonia ha decidido dar un paso más. A finales de 2015 un equipo de ingenieros mineros realizó una prospección no invasiva para rastrear la zona donde supuestamente se encuentra el tren. Los expertos utilizaron aparatos de medida y detectores pero no estaban autorizados a cavar ni perforar el terreno. Parece que el misterioso "tren del oro nazi" sigue siendo una incógnita sin resolver.