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Un equipo arqueológico del Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico de la Universidad Autónoma de Barcelona (CEPArq-UAB) excava desde 2018 en la conocida como Cova Gran de Santa Linya (Avellanes-Santa Linya, en Lleida). En su interior, los investigadores llevaron a cabo un importante descubrimiento: una plaqueta de hace unos 14.000 años (finales del Paleolítico Superior) que presenta grabados por ambas caras y que es el primer documento arqueológico de este tipo descubierto en un yacimiento del Prepirineo catalán. "Esta representación artística identifica un nuevo elemento singular que viene a sumarse al rico y amplio registro arqueológico que en los últimos veinte años está proporcionando la investigación en este yacimiento, clave en el actual desarrollo de la arqueología de Cataluña", ha señalad Rafael Mora, director del CEPArq y catedrático del departamento de Prehistoria de la UAB.
El hallazgo se hizo en el mismo sector de la cueva donde en 2021se localizaron los restos de una hembra de Homo sapiens que fue bautizada con el nombre de "Linya", pero en un nivel de ocupación varios siglos anterior. La fortuna quiso que la plaqueta con grabados apareciese en un contexto arqueológico en el que los investigadores recuperaron asimismo carbones que pudieron fecharse mediante radiocarbono, lo que arrojó una datación de 14.000 años. "Hay placas similares, como la plaquita de Sant Gregori (Gironès), que se recuperó el 1930, o los hallazgos en el Hort de la Boquera (Priorat), en la Cova dels Fems y especialmente en el Molí del Salt, pero hasta ahora se pensaba que eran mucho más tardías", afirma Jorge Martínez-Moreno, investigador del CEPArq-UAB que ha participado en el estudio de este objeto.

Lugar de localización de la plaqueta en la Cova Gran de Santa Linya.
Foto: CEPArq-UAB
Misteriosos orígenes y un animal en movimiento
La plaqueta es de roca margo-calcárea, un material que no existe en la Cova Gran, lo que sugiere que fue traída desde otro lugar. Sus dimensiones son de 11 x 8 cm y presenta por ambas caras una combinación de trazos intencionados compuestos por líneas finas y espesas, posiblemente hechas con instrumentos de sílex. Este objeto ha sido restaurado y estudiado a fondo por el equipo investigador, que para ello ha contado con la colaboración de Rafael Martínez Valle, especialista en Arte Prehistórico del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación de Bienes Culturales de la Generalitat Valenciana (IVCR+i). El estudio ha permitido reconstruir las composiciones que se plasmaron en la plaqueta.
Las dimensiones de la plaqueta son de 11 x 8 cm, y presenta por ambas caras una combinación de trazos intencionados compuesto por líneas finas y espesas, posiblemente hechas con instrumentos de sílex.
Así, ¿qué se grabó sobre la plaqueta y qué simboliza? Hace 14.000 años alguien grabó en este objeto una serie de figuras de gran simbolismo. "Encontramos elementos y recursos visuales con los que narrar historias o concretar espacios que denotan que la persona o personas que los ejecutaron eran inteligentes y técnicamente diestras, y que combinando escasas líneas eran capaces de generar visualizaciones con un alto contenido empático que hemos podido descodificar miles de años después", destaca Martínez-Moreno.

Plaqueta descubierta en la Cova Gran de Santa Linya por sus dos caras.
Foto: CEPArq-UAB
La llamada Cara A presenta numerosos trazos por toda su superficie, por lo que para intentar clarificar la visión se llevó a cabo un escaneo en 3D y se emplearon asimismo otras técnicas visuales con el objetivo de desentrañar la escena. Al final se pudo reconocer una cabeza de perfil con una gran cornamenta, también se aprecian el lomo, el vientre y lo que parecen las extremidades de un animal. Según los investigadores parece tratarse de un bucardo, una especie de cabra propia del Pirineo que se extinguió en el año 2000. Asimismo, se han identificado nuevas líneas que forman otra figura que se superpone a la anterior. Parece el mismo animal, pero esta vez erguido sobre sus extremidades posteriores. Todo ello parece sugerir, según los especialistas, una intención de crear movimiento.
¿Representación del paisaje?
Por su parte, la Cara B presenta grabados que se escoran hacia los bordes, dejando un amplio vacío, tal vez premeditado. Un gran trazo cóncavo que en la base se cierra con dos líneas paralelas quebradas, configura lo que, según los investigadores, parece ser un intento muy esquemático de representar el paisaje de la Cova Gran, con la silueta de la bóveda del abrigo y a sus pies el cauce del torrente de Sant Miquel. Tal vez se trató de una forma de enfatizar la importancia que aquel paisaje tenía para las personas que allí se asentaron.
Para los investigadores, la Cara B es un intento esquemático de representar el paisaje de la Cova Gran, con la silueta de la bóveda del abrigo y a sus pies el cauce del torrente de Sant Miquel.

La Cara B de la plaqueta que, según los investigadores, plasma el paisaje circundante.
Foto: CEPArq-UAB
Para los investigadores, el estudio de la plaqueta de Cova Gran ha resultado un gran desafío. "Su estudio y el de otras representaciones similares abre nuevas vías para explorar una tradición artística ancestral poco conocida y que se nos antoja muy rica. Pablo Picasso, el gran visionario del nuevo arte del siglo XX, afirmaba que había necesitado toda una vida para aprender a pintar como un niño. Esta aseveración subraya que estas grafías prehistóricas, aparentemente simples, están impregnadas de un aire de modernidad presente en nuestra cotidianeidad, que se puede rastrear en el discurso del arte contemporáneo y se consolida en el lenguaje del comic", concluye Jorge Martínez-Moreno.
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