Àlex Sala
Periodista especializado en Arte e Historia del Arte
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En Las Meninas, una de las pinturas más célebres de la historia del Arte, Diego Velázquez retrató al que se suponía era el hombre más poderoso del mundo en ese momento, Felipe IV, rodeado de sus más allegados. Lejos de estar formado por aristócratas o militares, ese privilegiado círculo lo integraban la esposa y la hija del monarca y sus sirvientes, También se incluyó a sí mismo en él, y a humilde perro, un mastín español. Desde que fue domesticada hace al menos 12.000 años, esta subespecie de lobo convive con el ser humano como compañero de caza, protector o, simplemente, como su mejor amigo. Es sin duda con el gato una de las dos mascotas más populares del mundo y esa estima y convivencia milenarias han tenido un reflejo también en el arte. Los perros han protagonizado junto a sus amos –desde reyes a simples campesinos– algunas de las obras de arte más conocidas de la historia. A alguno lo conocemos por su nombre, otros simbolizan conceptos como el amor, la fidelidad o la humildad, pero todos ellos han alcanzado la inmortalidad junto a las obras maestras en las que aparecen.