Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Un grupo liderado por arqueólogos de la Washington State University (WSU) ha encontrado evidencias del importante papel que tenía el pavo en la cultura de los indios Pueblo, un grupo de poblaciones nativas de lo que hoy es Nuevo México. El hallazgo de mantas fabricadas con plumas de este animal les ha llevado a la conclusión de que los ancestros de los Pueblo criaban pavos para aprovechar sus plumas en la confección de diversas prendas de abrigo. El descubrimiento de tumbas de estas aves refuerza la teoría de que las tenían en muy alta estima.
El descubrimiento de tumbas de pavos y de mantas fabricadas con sus plumas son evidencias del importante papel que tenía este animal en la cultura de los indios Pueblo.
El equipo encontró recientemente una manta del siglo XIII fabricada con alrededor de 11.500 plumas de pavo, el equivalente al plumaje de entre cuatro y diez aves adultas. Las plumas estaban unidas con fibras de yuca, una planta característica de las zonas áridas de América del Norte y Central. La manta se encuentra expuesta en el museo Edge of the Cedars State Park Museum en la localidad de Blanding, Utah (EE.UU.).
Proveedores de abrigo y de carne
William D. Lipe, profesor emérito de la WSU, ha analizado el hallazgo en el estudio “Mantenerse caliente en las tierras altas del suroeste: una visión de la producción de mantas con plumas de pavo desde la parte proveedora”. El profesor señala que “los antiguos nativos Pueblo hacían un gran uso de mantas y ropa fabricadas con plumas de pavo como elementos aislantes en lo que ahora son las tierras altas del suroeste [de EE.UU.], pero se sabe muy poco sobre su fabricación porque debido a su naturaleza perecedera se han conservado muy pocas”.

Manta de plumas de pavo nativos pueblo 2
La manta de plumas de pavo recuperada casi intacta.
Foto: Edge of the Cedars State Park Museum, Blanding, Utah
El estudio apunta a que las plumas se obtenían “de forma indolora durante los periodos de muda natural del plumaje”, lo que permitiría una “recolección sostenible” durante la vida natural de las aves, que sería de diez años o más. Los pavos fueron una de las primeras especies nativas de la zona que fueron domesticadas y según el estudio, en un principio se criaban exclusivamente para este fin. Solo cuando otras fuentes de carne empezaron a escasear -alrededor de los siglos XII o XIII-, los Pueblo recurrieron a los pavos como alimento.
Animales de gran importancia
Esto encaja con lo que otros hallazgos arqueológicos nos dicen sobre la importancia de este ave en la cultura de los antiguos nativos Pueblo. En las excavaciones de las zonas habitadas por los Pueblo se han encontrado esqueletos completos de pavo, lo que indica que fueron enterrados sin haber servido como alimento. Esto apunta a que “las aves eran tratadas como individuos importantes para la comunidad”, según Lipe, y que “es probable que cada miembro de la comunidad tuviera uno”.
Las tierras altas donde vivían los antiguos nativos Pueblo se sitúan por encima de los 1.500 metros de altura, por lo que debían su supervivencia a estas aves. Lipe afirma que “esta veneración por los pavos persiste todavía en las danzas y rituales de los Pueblo. Sus plumas están presentes junto a las de las águilas, lo que indica su importancia simbólica y cultural”.