Un paseador de perros encuentra un cráneo de la Edad del Hierro en Inglaterra

El análisis ha revelado que perteneció a una mujer de 45 años o más de edad que vivió a finales de la Edad del Hierro, mucho antes de la primera invasión romana del territorio

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Foto: South West Heritage Trust

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Cráneo de una mujer

Cráneo de una mujer de finales de la Edad del Hierro, de más de 2.200 años de antigüedad, hallado en la ribera del río Sowy, en el condado de Somerset, en el suroeste de Inglaterra.

Foto: South West Heritage Trust

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Zona del hallazgo

La Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido redujo el nivel del agua en la zona del hallazgo, con el objetivo de que pudiera ser estudiada por los arqueólogos, pero no se encontraron más restos humanos.

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Roger Evans, un paseador de perros, encontró el pasado mes de marzo un cráneo en buen estado de conservación en la ribera del río Sowy, en el condado de Somerset, en el suroeste de Inglaterra. El hallazgo fue notificado a la policía y después fue analizado. Varios meses después, los resultados han revelado que perteneció a una mujer de 45 años o más de edad que vivió a finales de la Edad del Hierro (380-190 a.C.), mucho antes de la primera invasión romana del territorio, según han anunciado hoy la Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido y la organización South West Heritage Trust.

El pasado mes de diciembre, dicha agencia redujo el nivel del agua en la zona del hallazgo, con el objetivo de que pudiera ser estudiada por los arqueólogos, pero no se encontraron más restos humanos. Sin embargo, los arqueólogos descubrieron que el cráneo yacía cerca de unos postes redondos de madera, profundamente clavados en el lecho del río, que probablemente sean los restos de una antigua calzada o pasarela. Actualmente se está realizando la datación por radiocarbono de los postes de madera para comprobar si son de la misma fecha que el cráneo.

Los arqueólogos descubrieron que el cráneo yacía cerca de unos postes de madera

El análisis del cráneo femenino, por parte de un experto en huesos humanos, ha indicado que sufrió considerablemente de la enfermedad de las encías y de pérdida de dientes. Su dieta incluía alimentos ordinarios que desgastaron sus dientes de forma desigual y que le ocasionaron una osteoartritis grave en la articulación de la mandíbula derecha. También sufrió de, al menos, un episodio de enfermedad crónica o estrés nutricional durante la infancia.

La cabeza de la mujer parece que fue separada intencionadamente durante o poco después de la muerte. "Las cabezas cortadas no son descubrimientos infrecuentes de la Edad del Hierro, pero la ubicación del cráneo en un humedal junto a una estructura de madera es muy excepcional y posiblemente refleja una práctica de realizar ofrendas rituales en entornos acuosos", observa el arqueólogo Richard Brunning, de South West Heritage Trust.