Parecen ruinas clásicas sumergidas, pero no lo son

Unos buzos descubrieron en la isla griega de Zacinto los posibles vestigios de un asentamiento que había sido devorado por el mar: basas de columnas clásicas, pavimentos e incluso patios

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Foto: University of East Anglia

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Restos subacuáticos

Los buzos examinan los restos subacuáticos hallados al norte de la isla de Zacinto, en Grecia.

Foto: University of East Anglia

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¿La basa de una columna?

Concreción con forma de basa de columna clásica.

Foto: University of East Anglia

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¿Un suelo pavimentado?

Losas en el fondo marino que parecen formar un pavimento.

Foto: University of East Anglia

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¿Un punto de amarre?

Concreción en forma de tubo que parece un noray o un punto de amarre.

Imagen: Google Maps

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Isla de Zacinto

Los extravagantes hallazgos han sido realizados en la bahía de Alikanas, en la isla de Zacinto, perteneciente a las islas Jónicas.

Unos restos sumergidos hallados por unos buzos al norte de la isla griega de Zacinto parecían pertenecer a una antigua civilización que había caído en el olvido. A una profundidad de entre dos y cinco metros distinguieron los posibles vestigios de un asentamiento que había sido devorado por el mar: basas de columnas clásicas, pavimentos e incluso patios. "El sitio fue descubierto por unos buzos que creyeron que se trataba de una antigua ciudad portuaria perdida en el mar. En el fondo marino les pareció ver las bases de unas columnas circulares y suelos pavimentados, pero misteriosamente no había otros signos de vida como por ejemplo cerámica", explica Julian Andrews, de la Universidad de Anglia del Este (Inglaterra), quien ha dirigido la investigación sobre estas estructuras subacuáticas, en colaboración con la Universidad de Atenas. "No es oro todo lo que reluce o, en este caso, columnas y pavimentos en el mar no siempre antigüedades serán", así describen los hallazgos los autores del estudio, publicado en Marine and Petroleum Geology.

"Columnas y pavimentos en el mar no siempre antigüedades serán", dicen los expertos

El extravagante hallazgo, cercano a la bahía de Alikanas, fue examinado con esmero por la Eforía de Antigüedades Subacuáticas de Grecia. El equipo de investigadores realizó análisis mineralógicos, químicos y microscópicos y usó radiografías y la técnica de isótopos estables. Y resulta que no son restos arqueológicos, sino fenómenos geológicos naturales. Las concreciones, que así es como se llaman estas formas tan extrañas, posiblemente datan del Plioceno, hace más de dos millones de años. "El disco con forma de dónut, que se parece un poco a la base circular de una columna, es típico de la mineralización en las emanaciones de hidrocarburos, que se ven tanto en fondos marinos modernos como en sitios antiguos", aclara Andrews. Todas estas concreciones son el resultado de una falla submarina de la cual han surgido gases de las profundidades como el metano. La erosión del fondo marino finalmente creó las formas que desconcertaron a los buzos. "Este tipo de fenómeno es bastante raro en aguas poco profundas. La mayoría de hallazgos similares suele estar a cientos o miles de metros de profundidad en el mar", asevera Andrews.