Trato inhumano

Palizas y torturas, las secuelas que la esclavitud dejó en los esqueletos en México

El análisis de varios esqueletos africanos confirmaría los relatos sobre sus duras condiciones de vida: heridas por palizas, secuelas de graves enfermedades, desnutrición severa y anemia.

Trabajo físico extenuante, jornadas laborales interminables y malos tratos continuados que podían llegar a convertirse en verdaderas palizas. La imagen que tenemos de la esclavitud a través del relato de los propios esclavos emancipados y de las crónicas históricas ha encontrado una cruda confirmación forense gracias a los análisis de esqueletos del siglo XVI encontrados en un yacimiento de Ciudad de México. 

La presencia de esclavos africanos en la América española es un episodio poco conocido de la historia. Muchos creen, equivocadamente que la presencia de afrodescendientes en el país se debe a la llegada de fugitivos que huían de las plantaciones norteamericanas. Actualmente se calcula que la trata llevó hasta 200.000 africanos a América durante tres siglos, pero tan solo han llegado hasta nosotros unos pocos nombres de esclavos africanos, sobre todo los que acompañaron a los conquistadores en sus expediciones militares.

Esclavos olvidados

Por ello son tan importantes los estudios como el que en 2020 llevaron a cabo el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y el Instituto Max Plank, que permitió conocer un poco mejor el origen y cómo vivían los primeros esclavos africanos llegados al Virreinato de Nuevo México, muy pocos años después de la caída del imperio azteca en 1521 a manos de Hernán Cortés, un periodo poco conocido en la historia de la trata de esclavos.

El análisis forense de los restos fue publicado en la revista Current Biology y ponen de manifiesto que los tres individuos sufrieron malos tratos continuados y jornadas de trabajo extenuhantes. Por ejemplo, uno de ellos sobrevivió a varias heridas de bala mientras que los huesos del cráneo de este y los de un segundo individuo muestran un adelgazamiento asociado a la desnutrición y la anemia. Además, el esqueleto del tercer hombre muestra signos de estrés por un trabajo físico agotador, visible en las lesiones de las inserciones musculares, y una pierna rota mal curada.

Los tres individuos padecieron jornadas de trabajo extenuantes y palizas que dejaron secuelas visibles en sus huesos

Para los investigadores estos signos de abuso evidencian que los hombres fueron esclavos. Pero sus huesos no sólo muestran las duras experiencias de estos tres anónimos desgraciados, también permiten establecer su nacimiento en África occidental y las enfermedades introducidas en América desde África.

tortura Everett : Cordon Press

tortura Everett : Cordon Press

Los soldados españoles castigan a los esclavos que no cumplieron con su cuota de oro y plata de las minas. Este grabado de 1595 es una de las primeras representaciones del trato brutal reservado a los esclavos africanos en América.

Everett / Cordon Press

Su origen ya fue intuido en la década de 1980, cuando se halló el yacimiento, una fosa común del antiguo Hospital Real de San José de los Naturales de la capital mexicana, construido alrededor de 1530 para pacientes indígenas. Los tres cuerpos pertenecían a hombres jóvenes, fallecidos alrededor de la treintena, se supone que víctimas de una epidemia. En este sentido, los investigadores recuerdan que en 1531 se propagó por la ciudad una plaga de sarampión que pudo ser la causa de la muerte de todos los individuos enterrados apresuradamente en esa fosa común.

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Enfermedades "africanas"

Ya en su momento, los restos fueron clasificados como de origen africano al advertir en ellos unas modificaciones dentales características de los esclavos de ese continente que todavía se pueden observar en algunos grupos que viven en África occidental en la actualidad. Ahora, el análisis de ADN ha confirmado que los tres individuos pertenecían a un mismo linaje genético procedente de una región indeterminada del África subsahariana. Para los responsables del estudio no hay duda de que se trata de alguno de los primeros esclavos africanos en las Américas.

crani esclau

crani esclau

Los cráneos hallados presentaban modificaciones dentales características de diversas regiones del África subsahariana.

Foto: Rodrigo Barquera / INAH-MPI

Los investigadores pudieron reconstruir dos genomas completos de patógenos a partir de las muestras de dientes de estos individuos: una cepa de la hepatitis B que se encuentra en África occidental en la actualidad, y otra de pián (enfermedad de la misma familia que la sífilis). Sería la primera evidencia directa de la introducción de cepas africanas de estas enfermedades como resultado de la trata transatlántica de esclavos, según los autores del estudio.

Los investigadores han reconstruido el genoma completo de dos cepas africanas de enfermedades introducidas en América

Además de crueldad y sufrimiento, tanto los esclavos como los esclavistas que viajaban en las embarcaciones negreras transportaron la semilla de terribles epidemias y pandemias desconocidas hasta entonces en América. El esclavo negro se convirtió en un nuevo vector de enfermedades desconocidas que en ocasiones afectaron a los europeos y nativos por igual, pero que muchas veces se cebaron con más saña sobre los segundos, que nunca habían estado expuestos a las cepas del continente africano. 

Mano de obra olvidada

El traslado de mano de obra esclava africana en Nueva España se inició casi al mismo tiempo que se fundaba el virreinato y miles de personas fueron transportadas a América a la fuerza tras ser secuestradas en su población natal. El grueso de la esclavitud se dedicó al principio a tareas en fincas urbanas para ser usados más adelante como mano de obra en las explotaciones agrarias y mineras.

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En las grandes ciudades llegaron a constituir casi un tercio de la población entonces, y en la actualidad su ascendencia genética forma parte del patrimonio humano de América. Los análisis forenses y genéticos pueden ayudar a trazar la historia de esta primera generación de africanos de América, olvidados en favor de reyes y navegantes.